Capitulo 6

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  "It's just another night and I'm staring at the moon. I saw a shooting star and thought of you"  

Los grandes momentos se construyen de a poco, quizás en cámara lenta, eso convierte un gran momento, en un épico momento.

Los épicos momentos te marcan de por vida.

Los momentos épicos te convierten en alguien diferente o te abren los ojos a cosas que no habías visto.

Aún no vamos a tener un momento épico. Pero estamos construyéndolo.

Las cosas no cambiaron mucho en un mes. Un mes es muy pronto para este tipo de cosas. Un mes es muy pronto para saber qué es lo que quieres cuando no entiendes bien que es lo que sientes.

Sin embargo, hay situaciones que empujan un poco las cosas.

Camila se mantenía en su habitación, porque sin duda era el lugar más seguro de casa.

Casa, difícil llamar así a su lugar cuando todo lo que quería era salir corriendo de ahí, si tuviese a donde ir, quizá lo haría.

Los gritos de su papá y el llanto de su mamá se escuchaban por todas partes, retumbaban en sus oídos casi tanto como el fuerte latido de su corazón. Los problemas entre ellos eran frecuentes. Su papá... él vivía en su propio mundo de vicios y trabajo, ella estaba segura que lo único que representaba su familia era comida y atención. No tenía recuerdos de un padre amoroso, solo esto. Esto que ahora estaba martillándole la cabeza.

Esperó pacientemente a que se acallaran los gritos. Se habría colocado los audífonos y encendido el reproductor, pero nada acallaría los sollozos de su madre ya instalados en su mente. Así que solo esperó, a que el silencio reinara, los gritos se apagaran, los sollozos se cansaran. Esperó y esperó, sin saber exactamente cuánto tiempo pasó.

Tomó un suéter y un beanie, acomodo su cabello con el gorro, tomó su celular y los audífonos y se dispuso a salir de casa sin ser notada. Ella siempre había intentado hacer las cosas bien, obedecer las reglas de casa, las reglas de Sinuhe. Pero ¿acaso ellos se preocupaban por cumplir las reglas? ¿Acaso ellos se preocupaban por lo que estaba sintiendo, por lo que sentía cada vez que discutían? Ella no podía pasar más de un minuto en la misma casa, con toda esa tensión y angustia respirándose en el aire, un aire viciado, corrupto para su alma.

Era de noche, ella una adolescente, y era más que insensato caminar por la calle sola. Pero no podía exactamente idear una mejor cosa. Y a la única persona que podía llamar, Chris, estaba en una fiesta. No quería molestarlo.

Caminó y caminó, dos cuadras, luego tres, encendió su reproductor donde había quedado la última vez, simplemente dejo que su cabeza se inundara con notas y canciones estridentes, para poder sacarlo de su mente. Sabiendo hacía donde se dirigía no se permitió respirar en paz hasta llegar al parque. Era una pequeña plaza con algunos juegos infantiles, árboles y caminerías, pasto bajo para que las personas se sentaran en el día y descansaran un rato. No es como si ella hiciera estas cosas ahí, de día, pero si había pensado en ese lugar como un sitio para encontrar tranquilidad, irónico, porque cuando ves este sitio de día, escuchas gritos y demasiado ruido, nada contrario a la tranquilidad, pero los recuerdos del día y la seguridad de la noche le hicieron saber a Camila, que ese parque tenía lo que ella necesitaba y si había algo que ella necesitaba en ese momento era eso, tranquilidad.

Se sentó en las barras que formaban una estructura alta de cuadros, había visto jugar a niños en ella, ahora ella simplemente se sentó, se recostó hacía atrás sobre las barras y miró a través de otras tantas hacía el cielo, una vez más despejado. Se maravilló con la cantidad de estrellas que brillaban esa noche, intentó contarlas pero cada vez le parecía ver más, era imposible y eran hermosas. Pidió deseos a las estrellas que veía, encargó sus sueños en ellas, construyó historias y vivió fantasías de vidas mejores mientras observaba aquel cielo y la música resonaba en sus oídos.

LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora