Capitulo 3

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"No te miento, es el café lo que me acciona cada mañana. Antes pensaba que una taza era suficiente. Entonces conocí sus ojos, y supe que tendria que beber de ellos cada mañana. Ella, el café de sus ojos, me devuelven cada día a la vida"

Abrir los ojos, sentir la claridad en el rostro, besar el nuevo día.

Respirar con la consciencia de que lo estás haciendo y saber que tienes una nueva oportunidad para vivir. Eso es lo que significa un nuevo día y un nuevo respiro.

La rutina viene, levantarse, ir al baño, lavarse, bañarse, cambiarse, desayunar.

Hasta que la rutina se rompe, porque es un nuevo día y hay maravillosas posibilidades para él, pueden ser malas o buenas, pero parece que son maravillosamente buenas.

Es salir de la casa para ir al instituto, caminando porque no quedó en nada con Chris la noche anterior, es salir y levantar la mirada, porque no importa cuántas cosas ocupen tu mente, nunca debes caminar con la cabeza gacha, podrías perderte las más maravillosas cosas por caminar con la cabeza agachada y eso, era algo, que Camila no estaba dispuesta a pasar.

Un latido. Dos sonrisas y un corazón que apenas puede contener la emoción, sus manos pican y sudan y en su estómago ocurren todas estas sensaciones maravillosas, porque Dios, la vida es hermosa, ella lo está viendo de antemano.

El auto de Chris, pero no es Chris quien lo lleva, Chris no está y eso no debería de serle maravilloso, pero lo es.

—Buen día—susurra casi sin aliento cuando sube al auto, no espera indicaciones, simplemente sabe que debe hacerlo. No le preocupa que su mamá haga preguntas sobre Chris, porque sabe que una vez ella sale de casa, su mamá no se preocupa por asomarse a la ventaba a ver quién ha venido a buscarla o si va caminando, ella solo se va a revolcarse en su propio mundo de engaños con su papá.

—Buenos días—había extrañado esa voz, mirar sus ojos color esmeralda, sentir como su corazón se sacude con eso y sonrojarse en el proceso.

— ¿Chris?—pregunta, porque luego de ese saludo no sabe que decir. El auto está en marcha ahora.

—Le he pedido que me deje venir por ti hoy, él se fue en el autobús.

— ¿Por... por qué él...él no vino también? Todos vamos al instituto—tartamudea, incapaz de no dejarse llevar por lo que sea que eso significara.

—Porqué quería ser solo yo, viniendo por ti—dice—Te extrañe, pequeña Camz, mucho—dice y conduciendo con una sola mano, arrastra la otra hasta su pierna, apretándola y haciendo erizar su piel, ahogándola en emociones.

—Gra-gracias—murmuró, sonrojada.

—No se agradece. Yo estoy teniendo mi parte en eso—dice.

Ella solo sonríe, sonríe porque la mañana ha empezado de la mejor manera.

— ¿No estas preocupada?—pregunta, quizá aquellas palabras van solo a arruinar lo que es una maravillosa mañana.

— ¿Por qué iba a estarlo?—respondé Camila con una sonrisa enorme, está feliz y no piensa ocultarlo.

—Porque vas a llegar conmigo al instituto, sin Chris. Sé que debería habértelo dicho antes, darte la opción de llegar o no conmigo, porque Camz, si tú pasas tiempo a solas conmigo, sabes lo que eso va a significar para el resto de ellos—suspira, lamentablemente esa es la realidad y nadie quiere eso para Camila.

Camila sabe eso, siempre lo ha sabido pero no es como si... no es como si estuviesen haciendo algo malo.

— ¿No tenemos una amistad?—le pregunta.

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