Al acabar la excursión llegamos a casa. Allí nos recibió el abuelo de Ruben, un hombre con barba y cabello blanco, también muy sonriente.
Al ver que no sabía español le di dos besos sin decir nada, sólo le sonreí. Él dijo algo en noruego.
-Dice que eres muy guapa.-Me tradujo Ruben.
-Ahh... Dile que gracias.-Dije nerviosa.
Ruben le dijo en noruego y el rió. Empezamos a cenar, la madre de Ruben había hecho una sopa deliciosa.
Pero la hermanita no quería comer.
-Vamos, acabate la sopa... Si te la comes serás muy fuerte y guapa. Y además si te la acabas te daré un regalo que te he traído de Madrid... -Dije en voz baja. La niña asintió contenta y empezó a comer con ganas.
Ruben y su madre me miraron sorprendidos.
-Has hecho que se coma la sopa?!-Dijeron los dos a la vez. Yo sólo reí.
Al acabar de cenar, cogí del brazo a la hetmanita de Ruben, la llevé a la habitación y le di un paquete que saqué de la maleta.
-Es para mi?-Preguntó ella.
-Claro! Porque te has comido la sopa...-Le acaricié el pelo.
Lo abrió con ganas. Le había comprado un peluche de Jake el perro (de hora de aventuras). Ella lo abrazó y me miró: -Me gusta! -Lo volvió a abrazar.
-Me alegro de que te guste tanto cielo.-Le di un beso en la mejilla. Me daba la sensación como si la conociera de toda la vida, era una niña preciosa.
Llegó Ruben a la habitación. La niña le enseñó el peluche.
-Es para mi no?-Dijo Ruben bromeando.
-No! Es mío!-Dijo la niña mientras salía de la habitación.
-Gracias.-Me susurró Ruben.
-Por?
-Por todo.
Hacía mucho frío así que nos pusimos tres mantas encima.
-Pero qué exagerada mujeer! Me muero de calooor! -se quejó Ruben.
-Más te vale callar o te envío a dormir al jardín.
-Oye!-Gritó Ruben. Yo me empecé a reír.
Me desperté pero no quería salir de la cama. Eran las diez de la mañana y se oía a la hermana de Ruben gritar y hacer ruidos.
Hacía mucho frío y me abracé a Ruben que aún seguía dormido. Le besé el cuello, que tenía su dulce olor a perfume. Al cabo de media hora despertó y yo seguía abrazada a él, temblando.
Noté su sonrisa. Y me abrazó más para que no tuviera frío. Entonces, llegó y saltó encima nuestro la hermanita de Ruben. Se empezó a reír.
-Buenos días!-Dijo la niña.
-Sal de encima, nos estas aplastando.- Se quejó Ruben.
-Dice el yayo que os despierte porque hoy vamos a pescar al rio! -Exclamó ella.
-Guai! -Dije yo.
Nos vestimos y nos fuimos Ruben, yo y su abuelo a pescar. Su madre y su hermanita se quedaron en casa.
Con una barquita muy mona, navegamos hasta el medio del lago y Ruben y su abuelo se pusieron a pescar.
La paz de aquel sitio, solitario y escondido tras las montañas me tenía fascinada. Yo me senté en la punta de la barca, estaba saliendo el sol y aproveché para quitarme la chaqueta. Sentía el calor en mi piel y a la vez el aire frío. Cerré los ojos, sólo se oía el agua y de fondo la risa de Ruben. No había ningún sonido mejor que ese.
El abuelo de Ruben se fue al cabo de un rato ya que había pescado tres peces bastante grandes. Ruben y yo nos quedamos en la barca. Yo seguía en silencio. No necesitaba ningún ruido más. Había un silencio entre los dos, pero no era para nada incómodo, simplemente era un silencio de paz.
Ruben dejó de pescar ya que sólo había podido coger un pez. Se sentó en frente mío. Sabía que él me estaba mirando, pero yo cerré los ojos. Noté su mano en mi cara, haciéndome una caricia, sus manos estaban heladas pero el contraste con mi piel caliente me gustaba. Abrí los ojos y nos estuvimos mirando casi diez minutos sin apartar la mirada, ninguno de los dos decía nada. Porfin Ruben dijo:
-Hasta el silencio a tu lado me parece precioso.-Me sonrojé. Me tenía demasiado enamorada.
No encontré palabras para responderle, sólo le abracé, muy fuerte.
-Aquí soy yo mismo sabes? Aquí soy Ruben y no Rubius. Aquí nadie me conoce, puedo ser una persona normal, estar contigo todo el día sin importar nada, sin que nadie me pare por la calle, desconecto de todo.-Le cayó una lágrima. -Perdona, no quiero parecer una víctima.-Se secó la lágrima.
-Ruben, conmigo no tienes que hacerte el fuerte. -Le besé en la mejilla.- A mi también me encanta este sitio.
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Des de que apareciste.(Fanfic ElRubius)
RandomMía es una chica insegura y siempre ha tenido problemas de autoestima. Un día decide reencontrarse con Daniel, un amigo de la infancia. Daniel le presenta a sus amigos y uno de ellos resulta ser el famoso youtuber Ruben Doblas Gundersen (el Rubius)...