capítulo 6

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Me desperté con los ojos rojos y llorosos. Me miré las muñecas llenas de cicatrices del pasado, soy demasiado débil, tenía miedo de volver a recaer. Me las tapé con unas pulseras. Me cambié y salí de la habitación. Daniel aún no se había despertado (seguro que ayer se estuvieron divirtiendo hasta la madrugada). Así que me puse a ver la T.V. con el volumen bajo, mientras almorzaba. Cuando acabé me acerqué a la habitación de Daniel para cerrar la puerta pero vi que no estaba. La cama estaba echa. Seguro que anoche durmió en casa de una de las guarras.
Miré el móvil y tenía muchos mensajes, los de Daniel:

Dónde estas?
No dormiré en casa esta noche.

El de mi madre:

Cómo va todo por Madrid? Espero que bien! Te quiero.

I... El de Ruben:

Donde estás?
Te has enfadado?
Pensaba que la noche estaba saliendo bien...
Perdoname si he hecho algo mal.
En serio, lo siento.

Sólo respondí a Daniel y a mi madre. No quería responder a Ruben, tampoco sabía qué responderle. En realidad no tenía razónes para enfadarme. No éramos nada, él era libre de hacer lo que quisiera con quien quisiera.
Mientras me lamentaba a mi misma sonó el teléfono. Era Daniel.
-Daniel?
-Hola!
-Que quieres? Son las nueve de la mañana.
-Puedes recojerme en coche? Estoy en casa de Ruben.
-No se conducir, Daniel.
-Pues caminando. Es que estoy un poco bebido....
-Puedes caminar tu solito.
-Que te pasa?
-Nada.
-Por favor. Yo lo haría por ti.
-Pf... Esta bien, me visto y vengo.
-Eres la mejor, te quiero.
-Te odio.
No me hacía gracia la idea. Ahora que estaba almorzando tranquilamente, tenía que ir en busca de un borracho, a las nueve de la mañana, a casa del chico que ayer me rompió el corazón? Que palo.
Me vestí y con el metro llegué en diez minutos. Piqué al interfono y por mi suerte contestó Mangel. Subí apresuradamente pero con miedo. Al abrir la puerta me encontré a dos de las chicas de ayer en el comedor. Entonces me imaginé lo peor. Seguro que se acostaron con Ruben. No podía seguir así. Entonces sin saludar a nadie me dirigí a la habitación de Rubius para poder encontrar a Daniel. Abrí la puerta sin previo aviso pero no estaba Daniel, algo peor, o... Mejor. Estaba Ruben en boxers sin camiseta ni pantalones. Entonces me quedé paralizada. Y me tapé la cara.
-Donde está Daniel?! -Grité con enfado.
-En el baño.-Dijo Ruben con cierta burla en su tono de voz.
Entonces empezó a reír. Y lo miré a los ojos con ira.
-Qué es lo que te hace tanta gracia Ruben?
-Te has puesto colorada. -Y seguía riendo aún sin ropa, sólo con esos boxers apretados.
-No me cabrees que hoy no es mi día. Sólo he venido a buscar a Daniel. -Dije sentándome en una silla de su habitación.
-Qué te pasa? Pensaba que me venías a ver a mi. -Dijo aún más burleta.
-Que gilipollas eres cuando quieres. Te he dicho que no estoy bien y veo que a tu te hace mucha gracia. -Dije mietras me levantaba de la silla.
-Lo siento era sólo una broma.-Dijo agarrándome del brazo para que no me marchara. Entonces al cojerme de la mano vio las cicatrices de mis muñecas. Y me miró a los ojos con sorpresa y tristeza. Con lo que yo estiré el brazo rápido y tapé mis muñecas con las mangas de la camiseta. Y salí de aquella habitación, donde dejé a Ruben aún con la boca abierta.
Olvidándome de Daniel salí de aquella casa llorando. Corría por las calles de Madrid, mientras llovía muy fuerte. El agua me había mojado todo el cabello y la ropa. Pero yo seguía corriendo. No sabía hacia dónde iba, pero tenía que alejarme de allí. Sí, definitivamente ese chico me importaba demasiado, me había enamorado por primera vez en mi vida.
Daniel me llama y cojo el teléfono.
-Lo siento. No voy a ir a buscarte. -respondo rápidamente.
-Ya. Estas bien?
-No. Rubius se ha acostado con una tía.
-Te equivocas. Después de que tu marcharas de la disco se marchó a casa, nos dijo que se sentía fatal, que te habías ido por su culpa. Yo no lo había visto nunca tan afectado. Mía, te quiere de verdad.
De repente unos gritos detrás de mi me sorprenden. -Tengo que colgar.
Los gritos se acercan.
-Mía! No te vayas!
La voz de Ruben me retumba la cabeza. Se nota débil y floja. Sigo corriendo pero una vez más él me alcanza por el brazo y me gira hacia él. Nuestros rostros están muy cerca, apenas hay espacio libre entre nuestros cuerpos. Pero yo me arrepiento y me alejo de él empujándole. Entonces mis llantos aumentan.
-Mía.
-Ruben.
La lluvia nos moja por completo.
-Lo siento.
Yo no se que decir y me encojo de hombros.
-Es que... Tengo tanto miedo a perderte...
Mis lágrimas se confunden con las gotas de la lluvia.
-Eso nunca.
Ruben me acaricia la mejilla con la mano y yo la aparto.
-Es que yo... Da igual dejame. No me hables nunca más. Ya me has hecho bastante daño.
Me alejo de allí caminando lentamente. Pero Ruben nuevamente me agarra de la cintura y me gira hacia su rostro sin darme tiempo a reaccionar. Sin darme cuenta sus labios están juntados a los míos. Yo me quedo parada unos segundos. Él aparta su rostro.
-Mía, yo te quiero. -Me susurra al oído.
Me estremecco. No tengo palabras para describir lo que siento. Ese chico me volvía loca literalmente.
-Como vas a querer a una chica como yo?
-Te quiero así, así eres perfecta.
Me sonrojo y le miro a lo ojos. La lluvia cae sobre nosotros. Y ahora un beso apasionado nos invade. Ahora el beso es más intenso y más pasional.
Quiero repetir ese momento una y otra vez. Ese chico era lo único que quería de verdad.

Des de que apareciste.(Fanfic ElRubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora