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—¡Eso fue un golpe bajo! —gritó Castiel al levantarse del suelo y limpiar su ropa, inútilmente, con sus manos. Una nube de polvo se levantó a su alrededor, dándole una imagen espectral que me hizo reír en voz baja.
—Deja de quejarte como niña y pelea —replicó Haliee que estaba en posición de ataque permanente, siempre lista para la batalla—. Tu aura se volvió gris, Castiel —bromeó al ver que la nube de polvo ahora lo envolvía por completo.
—Detesto este horroroso y sucio lugar —dijo el elfo que sacudía sus manos en el aire para esparcir el polvo.
Haliee aprovechó su momento de distracción e intentó darle una patada en las piernas para tirarlo al suelo, pero en el último momento Castiel tomó la pierna de la chica y con una fuerza increíble la hizo girar en el aire, para que luego cayera sobre la dura piedra bajo ella con un gran estruendo.
Jadeé por la brutalidad del ataque, pero la hechicera me sorprendió riendo y ofreciendo sus mano al elfo que no dudó en levantarla como si de un pétalo de tratase.
—Ustedes están locos —bufé. Acababa de despertar y digamos que esa no es la imagen que esperas ver al abrir los ojos.
Sin embargo, al notar que la situación de Alhaster no mejoraba en lo absoluto, me retracté; Sí, era preferible ver una lucha entre Castiel y Haliee que el rostro pálido y ojeroso de mi dragón. Se veía cada vez peor, su piel se ponía más áspera y sus cabellos dorados habían tomado un color opaco y perdido toda su suavidad. En cinco días sólo había estado despierto el tiempo suficiente para pronunciar un par de nombres y tomar un poco de agua o caldo —Ni siquiera había recordado la luna menguante de hacía un par de días y eso era decir mucho—. Respiraba muy lentamente y el miedo de perderlo, mientras dormía, me aterraba.
Tomé sus muñecas con cuidado y al correr un poco sus grilletes, pude ver su piel a carne viva. Un nudo se formó en mi estómago, no podía imaginar el dolor que estaría sintiendo.
—Necesito saber qué es lo que tienen estas esposas —dije en voz alta, dirigiéndome a nadie en particular.
—En otras circunstancias buscaría por cielo y tierra para ayudarlo —murmuró Haliee, dejando de luchar con Castiel y caminando hasta sentarse a mi lado.
—Lo sé, te conozco —respondí—. Eliden me dijo que investigaría, pero no sé hasta qué punto pueda ayudarnos y lleva casi una semana sin aparecer.
Su ausencia era extraña, pero aún guardaba la esperanza de verlo una vez más.
—Las hadas no son tontas, deben sospechar de él y seguramente lo tengan en la mira por un tiempo. Lo que me preocupa porque nos hacen falta muchas cosas si queremos salir de aquí.
Asentí, tomando la temperatura de Alhaster y tuve que contener un grito al comprobarlo.
—Está volando de fiebre —dije e inmediatamente Haliee corrió por su bolso y volvió con nosotros.
Se arrodilló frente a Alhaster y comenzó a rebuscar entre sus cosas, hasta que sacó una especie de sobre de cuero que contenía unas extrañas hojas ya secas por permanecer guardadas. Rápidamente tomó una y guardó las demás.
—Alhaster, ¿puedes decirme si sientes dolor de cabeza? —le preguntó.
—Mi cabeza... explota... —logró decir mi dragón a duras penas.
—Dudo que pueda masticarlas, tendré que aplicárselo sobre la piel.
—¿Qué es eso? —cuestioné.
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CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]
FantasyCuando todo lo que amas amenaza con destruirse, ninguna elección debería ser juzgada. Con la partida de dos miembros de su grupo, ciñéndose sobre todos, Ilora tendrá que continuar su viaje. Sin embargo, recibirá una invitación a la que no podrán dec...