2. Capítulo 18: Monstruos interiores (2ª Parte)

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Bienvenida, Ilora de Normandia. La voz de Evhannahj fue clara en mi cabeza y me sentí estúpida por no haber cuestionado el significado de esas palabras mucho antes, por lo que, turbada y sin dejar de sostener mis cabellos por la incesante, pero decadente conjunción de voces, me levanté sobre mis pies.

Debía parecer una demente, pero tenía la certeza de que en eso me convertiría si seguía postergando el llenar los vacíos que tenía. Necesitaba respuestas y las necesitaba de inmediato.

Intenté dar un paso, esquivando el cuerpo del elfo, pero fui detenida.

—¿A dónde vas ahora?

El simple tacto de Castiel en mi codo empujó una vivida imagen de una versión más joven de sí mismo con los ojos abiertos y llenos de sorpresa, al recibir un beso de alguien cuyo rostro me era imposible distinguir, debido a su posición.

Los largos cabellos de ambos se mecían con el viento, en medio de un bosque rojizo, tal vez durante el otoño, mientras el rumor de voces y sonidos de animales daba al lugar un ambiente ilícito y atractivo...

—¡No me toques! —chillé, sacudiéndome al experimentar todo el frenesí, dolor y miedo que me trasmitió el evento.

Estaba abrumada y a punto del colapso. Sentía que iba a ser consumida por algo inexplicable y que bailaba miserablemente sobre una brecha entre mi cordura y la falta de la misma. Ni siquiera los horribles episodios en mi niñez, antes de asistir a terapia, me habían agobiado tanto.

—Lo-lo si-siento —balbuceé al recibir tan solo silencio como respuesta y descubrir terror en el rostro de mis amigos, una vez fui capaz de mirarlos.

Lo que sea que estaban viendo en mí era en definitiva peor de lo que sentía y, como si alcanzara a comprender lo que me sucedía, Haliee me envió a un sueño profundo.

Somnus, escuché, antes de perder el conocimiento.

~~~

—Solo explora sus poderes —escuché la suave voz de Haliee.

—No, no es normal. Dejó de serlo cuando empezó a usar magia desconocida para cualquiera; no conoce más de un par de hechizos, sin embargo, pudo hacer volar a Bellatrix durante la prueba élfica —replicó Castiel en susurro y, por el silencio que le siguió supuse que revisaba que siguiera durmiendo.

Fingí que así permanecía y bastaron solo unos segundos para que continuara.

»Y lo que hizo con el fuego con los elfos caídos y en la prueba con los licántropos, ¿eso cómo se explica?

—Puedes hacer volar a alguien si manejas el aire, quizá de forma instintiva lo usó. No lo sé, Castiel, vi muchos e intensos despliegues de poder en novatos durante el tiempo que pude asistir a la escuela de magia. El miedo y la ira pueden provocar estas situaciones y con los elfos la situación fue extenuante.

»Para cuando se dio la prueba con Lu, ya estábamos afianzando su control de Ignis. Ella lo hacía bien, y siempre que puedas controlar un elemento, puedes darle forma a tu antojo. Ilora es virtuosa con la magia, eso no puede hacerla un monstruo —me excusó la hechicera y me sentí aliviada por su defensa. Era como si una parte de mí intentara creerle.

—¿Y lo que pasó en la corte de las flores? ¿Cómo hizo para mezclar agua y fuego e inmediatamente crear alguna especie de tormenta? Por un momento creí que nos mataría a todos y sé que también lo sentiste —El silencio de Haliee pareció alentar a Castiel, porque entonces continuó su discurso de manera más enérgica, aunque sin dejar de cuidar el volumen de su voz—. Y los látigos de energía que usó con Cassie en prisión. Merde, eso fue horrible.

CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora