Una semana había pasado de la forma más lenta y agónica. No había salido de la barraca, más que a bañarme y cambiarme cada día y había tenido que postergar la mayoría de las cosas que tenía planeadas hacer antes del brote de cólera. Parecía como si mi mundo se hubiera salido de órbita y solo tuviera tres cosas seguras en ese momento: Haliee, Castiel y Kira, porque de los demás no tenía ninguna seguridad.
Con el dolor de mi alma, había tenido que decirle adiós al herrero y los planes con los inyectables; a Heria y los que llamó Eternos; a insistir con las visiones sobre mis padres y Luigi, al reinado de Cassie y las hadas y la huida de Brennan junto a Eliden; a las seseantes voces que parecieron mermar, mientras era consumida por el estrés de Esselka y, finalmente, a la conversación pendiente con Castiel sobre Kelium y el inaplazable momento en que le diría la verdad sobre mí y confirmaría sus sospechas acerca de mi magia siendo extraña.
Aunque, admitía que solo había una cosa que no había postergado y ello era cuestionarme una y otra vez cómo estaría Alhaster y por qué había dejado de sentirlo a través de la marca. Me era imposible ignorar el dragón tatuado en mi piel, cuando al menos una vez al día tenía que verlo. Tan solo me consolaba saber que, en cualquier lugar que estuviera, él debía estar bien, porque se suponía que, si algo malo le sucedía, yo tendría que ser la primera en sentirlo... o al menos eso era lo que me decía a mí misma para no entrar en pánico.
En Esselka aprendí a entender que nadie conoce su verdadera fortaleza, hasta que ser fuerte es la única opción para seguir adelante. El personal médico iba en crescendo y todos los pacientes recibían las dosis de solución hidratante. El pueblo estaba tan organizado que incluso habían decidido horas específicas para bañarse, comer e ir de caza.
Sin embargo, no todo era perfecto. La situación, tal como lo esperaba, daba la sensación de empeorar y, aunque todos nos esforzábamos, la comida, la ropa y las ganas del principio empezarían a disminuir si todo continuaba de la misma manera. Habíamos tenido muchas bajas y algunos pacientes comenzaban a entrar en pánico al ver morir a otros. Los registros hablaban de veinte muertos y treinta y dos personas luchando contra el brote. Trece de ellos en condiciones de riesgo y el resto reaccionando positivamente al tratamiento.
Estaba cumpliendo una ronda en la primera de las cabañas, cuando una pequeña mujer de cabello grisáceo llamó mi atención. Llevaba prisa y, por su vestimenta ligera, a pesar del frío, supuse que era de las cazadoras. Probablemente, una licántropa.
—Mi nombre es Aliyah, princesa, y tengo un mensaje para usted —dijo, cuando estuvo frente a mí.
Sonreí, porque, a pesar de mis peticiones, los habitantes de Esselka, a excepción de Castiel, Haliee y Cainán, se habían negado a llamarme de otra forma que no fuera princesa. Había sido incomodo al principio, pero ya me había acostumbrado a responder por el apelativo.
La invité a transmitir su mensaje, mientras me acompañaba a cubrir la ronda, revisando el estado de los niños y ancianos, que conformaban la cabaña en donde estaba. Ellos habían sido apostados en una zona especial, por ser los más delicados y quienes más necesitarían cuidados.
—Los hombres que recibieron la tarea de investigar el nacimiento del cauce del río que pasa por nuestra linde han descubierto que la tribu sexta de los licántropos es la responsable. Se supone que el agua era usada por los nuestros para comida y consumo y ellos han estado botando sus desechos allí...
Mi cara ha debido decirle que era grave, porque la mujer había pasado de comentar una situación a casi borbotearla. Aquello era peligroso y era una suerte que el pueblo completo no hubiera enfermado. Tendría que agradecerle a Haliee por hervir todas las aguas y a Castiel por ser tan insistente sobre tomar baños de agua caliente, aunque sus motivos hubieran sido meramente estéticos.
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CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]
FantasyCuando todo lo que amas amenaza con destruirse, ninguna elección debería ser juzgada. Con la partida de dos miembros de su grupo, ciñéndose sobre todos, Ilora tendrá que continuar su viaje. Sin embargo, recibirá una invitación a la que no podrán dec...