"El amor es como las rosas, hermosas, suaves y radiantes. Saber tocarlas es esencial, si no quieres pincharte y llorar"ANÓNIMO
—¿Y a quien busca?— me dijo la joven, que lejos de aparentar ser secretaria, parecía una puta barata.
Oculté una mueca de nerviosismo y respondí.
—Al jefe... De este lugar.— le dije tragando mis nervios, más que nada porque necesitaba este trabajo.
Me miró divertida y una sonrisa escapó de sus labios. ¿Se burla de mi?
—Planta 4, primer pasillo, la última puerta a la derecha.— me dijo y me dió un pequeño papel.
Lo tomé entre mis manos y camine hasta el ascensor.
Presione el botón 4 y espere, mirándome en el enorme espejo que colgaba tras de mi.
Ahí estaba con mi cabellera atada en una alta cola, con mi camisa blanca discreta y formal, y una falda negra que casi me llegaba a las rodillas... ¿Me aceptarán? O ¿creerán qué soy una cualquiera con esta falda que..?Me interrumpió el pitido del ascensor cuando llegó, entonces salí y seguí las indicaciones.
—Primer pasillo.— murmure para mi misma.
Camine por el primer pasillo y busque la última puerta.
—Derecha.— murmuré y giré mi cabeza hacia la derecha, ahí ví la puerta, simplemente se veía cara y enorme.
La toque, dos veces sintiendo a mis nudillos quejarse por lo dura de la puerta.—¡Adelante!— escuche la voz de ese hombre.
Entré y miré dentro de la enorme oficina. Probablemente esto alcanzaba a ser mi casa entera.
Sillones de cuero cafés, cuadros de pintores de fama, suelo de piedra maciza, paredes de diseños caros, mesas de madera de roble... Y sí sigo terminare muriéndome de la envidia.Y ahí lo vi, luego de desear todo con la mirada pude ver al hombre.
Estaba de espaldas, mirando a través de su enorme ventana, que más bien parecía ser una pared.
Alto, cabello castaño, y de traje negro que brotaba desde lejos su precio de miles de dólares.—¿Se ha quedado muda?— dijo de repente, haciéndome temblar del nerviosismo.
Carraspeé guardando mi tranquilidad.
—Disculpe, buenos días... Soy Mery.— dije apenada.
Soy estúpida, soy estúpida...
—¿Mery que?— casi escupió lleno de frialdad.
—Mery Storm.— dije alto.
Se tensó y volteó lentamente.
—¿Qué...?— dijo ya mirándome.
Me quedé estática.
—No es posible.— dije sintiendo a las lágrimas acumularse en mis ojos.
—¿Mery? ¿Qué haces en aquí?
No... Él es Mario...
Mierda, mierda, mierda...
Comenze a llorar sin control...
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Mi Dulce Perdición® [TERMINADA]
Romance-De los 7.000.000 hombres que hay, tuve que enamorarme de él. #+18 (O de mente abierta) #Palabras obscenas, escenas sexuales. #1era historia publicada por mí, ahora que la veo desde mi bella silla, le doy 2 estrellas de 5, decide si leerla :) Mi Dul...