#8 Fiestas y patadas

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JAVIER

Estaba contento de que Daniel no fuera una amenaza pero... Tampoco podía caer... sabía que Abigail quería algo conmigo pero no podía, si ella seguía insistiendo, terminaría haciéndola mía... si saben a que me refiero.

—¿Tan lejos vive el tal Oscar?—Preguntó la rubia.

—Calma ya estamos cerca.— dije.

Entonces, como casi todo el camino, Evelyn empezó a reírse, otra vez.

—Evelyn... ¿Me vas a decir que estas haciendo?— dijo Abigail.

—Shhhh...— la cayó Evelyn y luego volvió a teclear en su celular mientras sonreía como una estúpida.

Luego de un silencio incómodo y más risas de Evelyn ya habíamos llegado.

—Llegamos.— dije deteniendo el auto.

—¡VIVA!— Dijo Abigail saliendo rápidamente del auto.

Abigail se había quedado mirando la enorme casa de playa de Oscar.

—¿Otra mansión?— dijo Abigail.

—Es una simple casa de playa.

Abrí el maletero y le entregue la maleta a Abigail, porque Evelyn seguía tecleando sin quitar su mirada del celular. Ya esta cansándome.

—Evelyn ya déjalo.— dijo Abigail.

—Shhhh.— la volvió a cayar Evelyn para luego continuar con lo que estaba haciendo.

Entonces Oscar salió de su cabaña, se sorprendió y luego nos saludó.

—No esperaba tantas personas.— dijo Oscar.

—La chantajista que está obsesionada con el celular es la culpable.— le murmure.

—Que buen culo tiene.— dijo mirando a Evelyn de pies a cabeza.

Rodé los ojos.

—Si te la vas a tirar que no sea acá.— dije a lo que los dos reímos.

—¡Dejen de reírse y ayudenme que estoy llevando todo!— Dijo Abigail.

Olvidé ayudarla, llevaba las 5 mochilas ella sola, se veía ridícula.

—¿Y esta gruñona de donde salió?— dijo Oscar mirándola de pies a cabeza.

—¡Gruñona tus pelotas!— gritó enfadada Abigail.

¡Qué carácter!

—Háblale bien, él es el dueño.— dije mirándola.

Se sonrojo de vergüenza, típico de ella.

—Lo lamento.— dijo mirando el suelo.

—Tendrás que comportarte si no quieres que te castigue.— dijo Oscar con una sonrisa.

—¿Disculpa?— dijo Abigail enfadada.

Bipolar.

—Que tendrás que comportarte o te castigare.— repitió Oscar.

Lo miré y le hize un gesto de "te arrepentirás", se lo que hará Abigail, así que me hice a un lado para disfrutar la escena.

Como sospeche le dio en la entrepierna con una patada perfecta, Oscar calló al suelo gritando de dolor, y yo sólo me reía.

—Ahí tiene su castigo por idiota.— dijo Abigail con una sonrisa.

—Mierda Javier, me hubieras dicho...— dijo todavía retorciendose en el suelo.

Mi Dulce Perdición® [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora