Mi Dulce Perdición® [TERMINADA]

#59 Te extrañaba

JAVIER

Sentía la mirada de Liam y Abigail sobre mi.

—Ejem.— dijo Liam.— tenemos que seguir.

—Vale pesado.— dijo Lucía y rompió el abrazo.

Me senté en la silla donde estaba y mire de reojo a Abigail.
Estaba haciendo una mueca muy graciosa.

—El siguiente es de Luis.— dijo Thomas.

Liam tomó el regalo y lo abrió.

—¿Una tarjeta?— dijo Liam confundido.

—Puedes usarla para tener 7 cámaras gratis.— dijo Luis sonriente.

—¡Perfecto! Les tómate fotos a mis bebes.— dijo Lucía tomando la tarjeta.

Liam resoplo.

—Acá están nuestros regalos.— dijo la madre de Liam entrando con unas bolsas, atrás de ella venían el papa de Lucía y el de Liam.

Lucía tomó el regalo de su padre y Liam el de sus padres.
Liam saco un sobré blanco y Lucía saco otro igual.
Los abrieron y sacaron de este muchos billetes.

—Son 5.000 euros, para cada uno, en total serían 10.000 euros para reparar la casa donde irán a vivir.— dijo el padre de Lucía.

Lucía corrió y abrazo a su padre, y Liam les agradeció a sus padres.

—Joder tío... Con tanto dinero me iría del país.— me murmuro Oscar sonriente.— imagínate... En Miami con chicas en ropa de baño...

—Deja de imaginar estupideces.

Liam hizo una llamada, y a los pocos segundos se puso de pie junto a su esposa.

—Gracias a todos por los regalos... Ahora Lucía y yo iremos a nuestra luna de miel...— dijo Liam alegre.

Me acerque a Liam junto a Luis, Thomas y Oscar.

—Eh tío... Disfruta esas vacaciones que no volverás a tenerlas.— dijo Thomas.

—Callate... Lo asustas.— dijo Luis.

—Ya enserio tío... Tener hijos te quita los privilegios.— dije.

—¿Que privilegios?— dijo Liam sonriente.

—Cuando papá oso y mamá osa se quieren mucho...— dijo Luis.

Reímos a carcajadas.

—Lo siento Liam... Se acabaron tus noches de follar.— dijo Thomas.

—Las tuyas también, idiota.— dije.

—¡Liam! ¡Amor mío! ¡no tenemos todo el día!— grito Lucía subiendo a la limusina.

—No me extrañen.— dijo Liam.

—Ten por seguro que así será.— dijo Luis.

Liam río y se subió a la limusina con su esposa.
Se fueron.
Amelia entro al comedor y comenzó a recoger los platos.

—Javi.— dijo alguien atrás de mi.

Voltee y encontré a Abigail.