Mi Dulce Perdición® [TERMINADA]

#14 La boda // parte I //

ABIGAIL

Al escuchar eso empiezo a toser.

¿Mario y mi mamá se van a casar?

—¿Nos van a felicitar?— pregunta mi mamá.

No es que no me guste la idea... sólo que me tomo por sorpresa.

—¿Mamá estas segura?

—Estoy muy segura.—responde mirando a Mario.

—¡Y nos dicen a último minuto!— grita Javier.

—Aún falta, nos vamos a casar este domingo.—dice Mario.

Javier y yo comenzamos a toser desesperadamente.

—¡Joder que hoy es viernes!

—Tenemos todo organizado.— dijo mi mamá.—sólo faltaba que tu y Javier se enterarán.

—¿Y porque le dijiste a Evelyn?

—Porque Evelyn y yo tenemos confianza, por favor Abigail necesito que lo entiendas.— me dijo mi mamá.

Abigail calmate, sólo se van a casar, felicita a tu mamá, que se acerca un día muy especial para ella.

—Mamá.— le digo acercandome a ella.

—¿Si?— me pregunta.

La abrazo y empiezo a llorar.

—Felicidades mamá.— le digo.

La dos comenzamos a llorar...

Les dije que herede su cursilería.

—Gracias mi abejita, te amo muchísimo.— me dice.

Sonrió llorando.

—Yo tambien mamá.— le digo.

*click*

Cuando me doy cuenta Evelyn nos toma una foto, donde mi mamá y yo lloramos como dos niñas, luego Evelyn comienza a llorar y nos abraza.

—Por fin mi tía se casa.— dijo Evelyn.— seré de la familia Shelfmaslktabla.

—Shelfmalskotsky, Evelyn.— le dijo mi mamá.

Las tres lloramos.

—Sólo falta que Javier este de acuerdo.— dijo Mario.

Javier me mira, y luego sonríe.

—Tu la amas ¿qué puedo hacer?— Dijo Javier.

Mario abraza a Javier. Obviamente como dos machos.

—Papá esto no es de hombres.— le dijo Javier a Mario.

—Olvídate de que somos hombres y abrazame.— le dijo Mario a Javier.

Luego todos nos abrazamos.

—¿Tú de verdad amas a Mario?— le pregunto a mi mamá.

—Si hija, lo amo, toda mujer se casa por amor.— me dijo mi mamá.

Sonrió pensando en mi boda.

—Me voy a lavar la cara, ya se me corrió todo el maquillaje.— dijo Evelyn.

Todos reímos.

—Yo también me voy esto es demasiado cursi para mi.— dijo Javier.

Se van Javier y Evelyn.

—Mario.— le dije.

—Dime.— me dijo.

—No lastimes a mi madre, te lo advierto ¿eh?— dije amenazante.