Mi Dulce Perdición® [TERMINADA]

#24 Bromas y miradas perversas

JAVIER

Sé que Abigail teme que nos separen pero yo no dejaré que eso pase.

Haré todo lo que este a mi alcanze, para evitar que la separen de mi lado.

De repente se escucha un grito.

—¿Ahora que?— dijo Abigail.

Reímos.

—Vamos por que sabes que son capazes de explotar la casa.

Entramos.

Lo primero que vi fue a Evelyn y Lili gritando encima de la mesa.

Evelyn tenía una cacerola y Lili una batidora.

Thomas y Daniel trataban de bajarlas pero ellas gritaban y se defendían.

Abigail corrió hacia el sofá y tomó el megáfono.

—¿Qué está pasando?

Nadie le hizo caso y siguieron con su "pelea".

—¿¡QUE ESTA PASANDO!?— gritó Abigail haciendo que todos se tapen los oídos.

—La queremos llevar a una cena doble.— explicó Daniel.

—¡Mentira!— gritó Lili.

—Ellos dijeron que sus princesitas no podían ir así que seremos el reemplazo.— dijo Evelyn.

Thomas y Daniel se sorprendieron y luego se miraron confundidos.

—¡ESTO NO ES UN ESTADIO! ¡BAJEN DE LA MESA!— gritó Abigail.

Ellas hicieron caso.

—¡AHORA RESUELVAN SUS PROBLEMAS COMO PERSONAS CIVILIZADAS!— gritó Abigail.

Thomas, Lili, Evelyn y Daniel estuvieron hablando.

Y al parecer llegaron a un acuerdo.

Yo no quería estar presente, así que fui a tomar una ducha.

Me cambié y me fui a dormir.

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Al despertar, me lave los dientes y fui a tomar desayuno.

No había nadie en la cocina y al parecer tampoco en la casa.

Comí un pedazo de tarta de chocolate y un vaso de zumo sentado en el comedor.

Entonces llegaron Lili, Evelyn, Lucía y Abigail con muchas bolsas de ropa.

—Me pidió perdón pero no le creo.— dijo Lili.

Ríen.

—Pobre Thomas.— dijo Abigail.

—¿Dónde estaban?— les pregunté.

Las cuatro me sobresaltaron por que al parecer no se habían percatado de mi prescencia.

—Joder maldito ninja.— dijo Lili.

Alcé las cejas divertido.

—De compras.— dijo Lucía.

—¿Resolvieron los problemas de ayer?

Ríen.

—Algo así.— dijo Evelyn.

Las cuatro subieron al segundo piso y yo iré con mis amigos a una fiesta.

ABIGAIL

—¿Se habrá dado cuenta?— dijo Lili.

Reímos.