Capítulo 4

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2 meses después

El verano se encontraba ya reinando en la ciudad, y podía notarse. El pasillo de la escuela rebosaba de alumnos y maestros, los cuales parecían emocionados por ser el final del curso. Gaia se encontraba emocionada por el simple hecho de saber que al día siguiente estaría en una organización de espías. La gran parte de la noche anterior había comenzado a fantasear con cómo serían los entrenamientos. Se imaginaba a sí misma como las espías que mostraban en las películas.

Al llegar a su casillero, tomó solo algunas cosas, pues sabía que al final del día tenía que vaciarlo como todos los años. Su mente estaba tan alejada de la realidad que ni siquiera se dio cuenta en qué momento había llegado Marlenne.

-¡BUUH!- exclamó sonriente.

- Uy que susto-dijo de manera divertida Gaia.

- ¿No te asuste? Creo que tengo que mejorar mis sustos-dijo mientras apretaba más la correa de la mochila- hoy es el último día en este infierno-

-Lo sé, otro año se nos ha escurrido por los dedos-

-No empieces con tu melancolía, es un día feliz-mencionó Marlenne con voz animada.

-Deberíamos de ir al centro comercial después de la escuela ¿Qué dices?-propuso la pelinegra.

-Me parece estupendo, porque mañana te vas-respondió, para después hacer puchero-no puedo creer que te vayas a un campamento sin mí-se cruzó de brazos.

-Es un campamento de personas cerebritos, ni siquiera te gusta ese ambiente-comentó entre risas Gaia.

-A ti tampoco-se burló Marlenne.

-Lo sé, pero mamá dice que puede ser algo útil. Ella cree que podré explotar mis habilidades en el estudio- mencionaba mientras caminaban con dirección al aula.

Muy a su pesar, Gaia había tenido que mentirle a su mejor amiga sobre lo que haría durante las vacaciones. Si llegaba a contarle la verdad, eso desencadenaría varias preguntas, y lo más probable era que terminaría confesándole sobre sus poderes.

La sola idea de tener que decirle la verdad sobre que tenía poderes desde pequeña le aterraba. Temía que al conocer su verdadero yo terminara alejándose de ella, y eso era algo que no podría soportar. El rechazo por esa causa ya lo había experimentado con parte de la familia del lado de su padre, los cuales habían cortado comunicación con ellos; habían muy pocos de ese lado de la familia que aun les hablaban. El recuerdo de ser tratada como un monstruo por sus propios primos la hacía temer.

Sabía perfectamente que podía confiar en Marlenne, pero pesaba más esa inseguridad que había crecido con el tiempo. Ella era su mejor amiga, su amiga más leal, y estaba rotundamente negada a perderla por culpa de una mentira que se había convertido en una bola de nieve inmensa.

Al entrar en el aula, buscaron un par de asientos libres y acomodaron sus cosas. Sus compañeros parecían demasiado emocionados por decirle hola a las vacaciones de verano, y ellas no eran la excepción.

-¿Y Crishna?-pregunto Marlenne.

-Entrando- mencionó la pelinegra, apuntando a la recién llegada -ahora si estamos completas-sonrió con diversión Gaia.

Las clases habían pasado demasiado rápido, pues ningún profesor había dado clases realmente. Todos se habían dedicado a desearles unas buenas vacaciones a sus alumnos. La profesora de la última clase se había mostrado emotiva por decirles adiós, y les repetía que habían sido un muy buen grupo, lo que había causado la risa de Gaia, pues durante todo el semestre les había repetido hasta el cansancio que eran el peor grupo de su generación.

Mystic: The little AvengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora