Nada fuera de lo común había sucedido dentro de la torre, solo el correr del tiempo. Cada vez sentían la presión de las semanas pasar cuando intentaban llegar al cetro de Loki. Thor había mencionado que los científicos necesitaban reconfigurar su busqueda, pues tal vez la mala calibración los había estado llevando por el lado equivocado.
A pesar de todo el ajetreo por el cetro, la ojiazul permanecía alerta de sus padres, pues sentía que en cualquier momento las cosas irían a mal. Aun con todo eso, la pelinegra se mantenía relajada y concentrada en su estudio sobre sus poderes, sobre todo porque la doctora Cho se encontraba en la torre desde hacía un par de días. Junto a un par de sus ayudantes, Gaia estudiaba a fondo su sangre, pero más allá de lo que había encontrado Banner no había nada, lo que la frustraba.
-Creo que es momento de que te tomes un descanso-mencionó Steve, quien ya era el único que la acompañaba en ese momento.
-Siento que estoy dejando algo de lado-comentó la ojiazul, sin prestar real atención a lo dicho por el rubio. El capitán se levantó de su asiento y tomó las manos de su novia, para separarla de las pruebas que hacía.
-Deberías tomarte un respiro, tal vez así puedas ver después qué falta-murmuró el primer vengador, dándole un beso en la mejilla. Gaia sonrió ante el gesto, pero negó con la cabeza.
-Mejor termino esto y tenemos toda la tarde para nosotros-respondió la joven, mirando al capitán, para después darle un corto beso.
El rubio no pudo objetarle nada ante la propuesta, por lo que solo le quedó la opción de esperar a que la ojiazul terminara de observar el comportamiento de su sangre al utilizar sus poderes. Tras cerca de una hora más, ambos se dirigieron al gimnasio, pues la joven le había dicho al capitán que quería entrenar, dado que llevaba varios días sin hacerlo.
Tras terminar, la pareja se dirigió al piso de sus habitaciones; Steve estaba por dirigirse a su recamara, pero la ojiazul lo tomó del brazo, para después guiarlo a su habitación.
-Gaia, ¿qué sucede?-preguntó el rubio con confusión.
-¿Qué dices... si nos duchamos juntos?-la propuesta de la ojiazul tomó por sorpresa al capitán.
-No creo que...-Steve no pudo continuar hablando, pues la joven unió sus labios en un beso lento-Gaia...-la llamó el capitán, cuando se separó de ella-no es buena idea-
-Ahorraremos agua-intentó convencerlo. El rubio sonrió divertido ante sus palabras, pero se dejó llevar por el momento.
Gaia sonrió ampliamente cuando lo escuchó decir que solo iría por su ropa limpia y regresaría a su lado. Mientras él regresaba, la joven también tomó algunas prendas y las metió al baño. Cuando Steve volvió, la encontró abriendo la llave de la regadera, preparando el agua. El capitán la abrazó por la espalda, para después darle un beso en el cuello, haciéndola suspirar.
-Y no querías venir...-se burló la joven.
La joven se volteó para quedar frente a él y besarlo. Poco a poco se desvistieron el uno al otro, pero el capitán decidió detener por un momento aquellas caricias, o temía que no salieran de ahí en un buen tiempo. Aquello era un momento íntimo, donde él le ayudaba a asearse, y ella a él, intentando alejar las segundas intenciones, mas los besos no podían faltar en esa situación. Ambos se encontraban relajados dentro de la ducha, pero una voz en la habitación de la ojiazul los tomó totalmente por sorpresa.
-Gaia, ¿has visto a Steve?-Natasha se encontraba del otro lado de la puerta del baño, por lo que el rubio guardó absoluto silencio.
-Ehh, no... tal vez esté en el gimnasio-respondió la joven, intentando sonar convincente.
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Mystic: The little Avenger
Fanfic"Todos estamos destinados a hacer grandes cosas, pero hay personas que tienen un destino más grande, y a la vez más difícil." Gaia era una chica fuera de lo común, pues a la tierna edad de 4 años, se dio cuenta de que tenía poderes, pero para no lla...