Una semana después
La sensación de perder poco a poco el aire comenzaba a desesperarla. Sus pulmones estaban al borde del colapso si se mantenía en esa situación. Desde hacía tres horas, la ojiazul se dedicaba a correr alrededor de los edificios de SHIELD, mientras que su entrenador simplemente se mantenía sentado, esperándola a que llegara nuevamente frente a él para gritarle que corría demasiado lento.
Su cuerpo entero pedía a gritos un descanso, por lo menos por un par de segundos, o terminaría colapsando en alguna parte del enorme recinto. Pasaba por milésima vez frente a su entrenador, quien miraba su celular tranquilamente. Gaia sabía que debía detenerse, o sería su fin.
-¡Ya es suficiente!-gritó la pelinegra con el enojo a flor de piel. Verlo tan tranquilamente, mientras que ella prácticamente se deshacía del cansancio.
-¿Quién dijo que podías detenerte?-preguntó sin real interés el entrenador, quien miraba cómo la joven se acercaba a él.
-Yo misma di la orden, estoy harta- sus ojos se encontraban al rojo vivo, muestras de su enojo- no me interesa ya si me sacan de SHIELD por desobedecer, solo quiero descansar- Gaia no paraba de pasar el dorso de su mano, intentando frenar las gotas de sudor que recorrían su frente.
En el rostro del entrenador no había emoción alguna. Gaia sentía el regaño acercarse cada vez más, pero nunca llegó, en cambio, presenció como su entrenador sonreía con burla, a la vez que asentía levemente.
-Vaya, pensé que jamás reaccionarías- mencionó tranquilo.
-¿De qué habla?-
-El correr sin parar no es un entrenamiento, lo que acabas de hacer sí- Gaia se enderezó al escucharlo.
-No entiendo- murmuró con el ceño fruncido.
-Sacarte de tus casillas era el entrenamiento, correr y la condición que has logrado solo es el efecto colateral-
-¿Por qué?-preguntó la pelinegra, totalmente confundida.
-Porque debes de saber que lo que haces es lo correcto, si alguien da una orden que solo afecte a tu equipo o a las personas en general, debes estar dispuesta a ignorar la orden y seguir tu instinto-
-Pero... ¿no se supone que un soldado debe de seguir a su líder?- el enojo había abandonado su ser, pero la confusión y la duda habían tomado ese lugar.
-Si... pero son un equipo, si la decisión que se ha tomado realmente es mal camino, tendrán que desobedecer a quien esté a cargo- le explicó. Gaia se sentía realmente confundida, pero había algo en sus palabras que le hacían sentido.
-Debió de haberlo disfrutado-mencionó la ojiazul después de unos segundos en silencio.
-No, realmente me frustraba pensar que nunca reaccionarías- respondió- te miraba tan segura de seguir las ordenes que creí que jamás dirías algo-
-¿Todos pasan por este entrenamiento?-
-Solo es para casos especiales- comentó con sencillez.
-¿Por qué?-preguntó de pronto la pelinegra.
-¿Disculpa?-
-¿Por qué a mí? Si es para casos especiales, ¿por qué hacerlo conmigo?-
-No lo sé... no me corresponde decírtelo-
-Bien... y ahora que reaccioné, ¿qué sigue?- Gaia estaba demasiado curiosa.
-Por ahora puedes irte a tu siguiente entrenamiento-respondió con una sonrisa, para después simplemente irse, dejando a la ojiazul demasiado confundida.
ESTÁS LEYENDO
Mystic: The little Avenger
Fanfiction"Todos estamos destinados a hacer grandes cosas, pero hay personas que tienen un destino más grande, y a la vez más difícil." Gaia era una chica fuera de lo común, pues a la tierna edad de 4 años, se dio cuenta de que tenía poderes, pero para no lla...