Capítulo 57

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Una semana después

La joven caminaba hacia la banca en la que se encontraban Marlenne y Richard comiendo. Esa era su última semana del semestre, por lo que sus clases eran casi nulas, dado que la mayoría ya había terminado con los temas, pero tenían que entregar los trabajos finales.

-Me siento muerto-dijo Richard-¿ven estas ojeras? Son por culpa del trabajo de hematología-

-Creo que todos estamos en las mismas, no necesitas especificar-comentó Marlenne riendo.

-Hay que ir a comer algo cuando salgamos de la clase de química clínica, ¿qué dicen?- preguntó la pelinegra.

-Me parece buena idea, ¿A dónde?-Richard había sonado como un niño pequeño, lo cual hizo reír a sus amigas.

-No lo sé, estaba pensando en ir tal vez a...- la ojiazul no pudo terminar de hablar, debido a que escuchó que alguien gritaba su nombre. El llamado provenía de alguien que se encontraba detrás de la joven, a unos metros de ella. Cuando Gaia volteó para saber quien la llamaba, se sorprendió al encontrar a Christine acercándose a ella a paso rápido- ¿Christine? ¿Qué haces a...- en el momento en que la rubia estuvo frente a Gaia le dio una fuerte cachetada, haciendo enojar enseguida a la vengadora más joven.

-¡¿Quién mierda te crees para meter a mi padre a la cárcel?!-preguntó con rabia.

-¿A la cárcel?-preguntó Marlenne, quien se encontraba detrás de Gaia.

-No te atrevas a volverme a golpear, porque créeme que te faltarán dientes para cuando llegues a tu casa-le advirtió la pelinegra- en cuanto a tu padre, es un delincuente-

-¡Mi padre es un hombre honrado! ¡Su trabajo son los hoteles!-gritó de manera desesperada-Tienes que sacarlo de ahí, tú lo metiste-

-Ni siquiera conoces a tu padre, una lástima-dijo con enojo la ojiazul- No solo tiene sus hoteles, sino también trafica armas-Christine al escuchar aquello dio dos pasos hacia atrás, aturdida por lo que acababa de escuchar.

-Mientes-susurró.

-Jamás metería a alguien a la cárcel si no fuera culpable, créeme-

-Lo hiciste porque me odias, tanto como yo a ti-aseguró Christine.

-Aunque te odie, no lo hice por eso-le aseguró-tu padre traficaba armas a grupos terroristas-le explicó-además, encontramos fotografías de pornografía infantil, un plus a su sentencia-la palidez se hizo presente en el rostro de la chica. La joven rubia no quería aceptar lo que le decía Gaia-¿nunca te preguntaste por qué su despacho tiene contraseña? ¿Alguna vez has entrado sin que él estuviera ahí?-a cada palabra la rubia se sentía más humillada por las palabras de la vengadora, pero no podía creerle, ella aseguraba que conocía a su padre.

-Me las vas a pagar-dijo Christine, para después dar media vuelta e irse de ahí. Gaia se mantuvo en la misma posición hasta que la vio desaparecer de su vista; podía imaginarse cómo se sentía, pero la ojiazul era consciente de que no había hecho nada malo.

-Gaia-la llamó Marlenne, tomándola del hombro para que reaccionara. La joven asintió y volvieron a sentarse-¿qué pasó con su padre? ¿realmente lo metiste a la cárcel?-preguntó la castaña.

-Es una historia un poco larga-mencionó Gaia.

-Tenemos tiempo de sobra-dijo Richard, ocasionando un suspiro pesado en la vengadora. 

~*~

Al entrar a su habitación dejó caer la mochila. Se sentía demasiado llena como para seguir de pie, por lo que se tiró en su cama, disfrutando de la suave sensación de su colchón. Gaia había terminado yendo a un buffet de pizza junto a Marlenne y Richard, por lo que los tres habían comido hasta hartarse. La pelinegra no podía más con su simple existencia, por lo que terminó quedándose dormida, igual que un bebé que acaba de bañarse.

Mystic: The little AvengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora