El sonido del despertador terminó por despertarla, muy a su pesar. Tras estirarse un poco, miró la hora. Su celular mostraba las 4:30 de la mañana y solo le quedó levantarse de la cama con pereza. Se encontraba emocionada por su primer día de entrenamiento, pero el que fuera demasiado pronto por la mañana no la dejaba demostrarlo. Caminó hasta el armario, tomó su ropa deportiva y tras vestirse, por fin salió de su habitación.
El reloj de mano le marcaba que solo habían pasado veinte minutos desde que se había levantado de la cama, dándole diez minutos de margen para encontrar el lugar donde la esperarían para comenzar los entrenamientos. Las instalaciones ya se encontraban en funcionamiento, desde soldados hasta personas que ejercían más un papel como secretarios.
Se encontraba caminando por fuera del sitio, caminando con tranquilidad mientras trataba de dar con el lugar. Natasha le había mencionado donde comenzaría su entrenamiento, pero habían ido a tantos lugares antes, que el punto desde la puerta al lugar no le había quedado demasiado claro. Al llegar al ala este del edifico, se detuvo a descansar un poco, pues no era precisamente pequeño el lugar. Mientras buscaba con la mirada algún indicio de encontrarse en el lugar correcto, sintió cómo alguien la tomaba por el cuello, estando ella de espaldas a la persona, mas logró zafarse del agarre en pocos segundos.
Un hombre de apariencia de poco más de los treinta y cinco años la miraba con una ceja alzada, como si estuviera levemente sorprendido por su facilidad para apartarlo. Gaia lo miraba con el ceño fruncido, pues el haberla sorprendido de esa manera la hizo desconfiar de él, a pesar de saber que se encontraba en SHIELD.
-Tienes buenas reflejos, solo te hace falta estar más alerta con lo que te rodea- mencionó el hombre.
-¿Quién es usted?-preguntó la pelinegra con seriedad.
-Tu entrenador- en el momento en que respondió, la joven bajó la guardia.
-Lo estaba buscando. No esperaba que tratara de atacarme- confesó la ojiazul.
-No intentes crear excusas conmigo, en territorio enemigo debes estar alerta-
'-No era... como sea, ¿vamos a entrenar?-pregunto Gaia con cierta impaciencia.
-Más bien, tú vas a entrenar-corrigió el entrenador.
-¿De qué habla?-
-Vas a trotar por la orilla del recinto- espetó con poco interés el hombre.
-¿Cuántas vueltas?-
-Te avisaré cuando tengas que parar- respondió con simpleza.
Algo en él la impacientaba demasiado, y fue en el momento donde supo que serían meses muy largos si las cosas serían así. Con fastidio, comenzó a trotar alrededor del edificio, esperando a que en algún momento le dijera que seguirían con otra cosa.
El tiempo comenzaba a pasar y las vueltas por el lugar se acumulaban, causando que la ojiazul poco a poco comenzara a cansarse, pero seguía con su entrenamiento a pesar de sentir cómo sus pulmones ardían. De pronto, escuchó al entrenador llamarla, por lo que se acercó a él, mas no se detuvo de inmediato, sino que poco a poco iba bajando la velocidad, hasta que pudo detenerse.
-Traes puesto lentes de contacto, ¿verdad?-aquella pregunta la confundió, pero por el cansancio ni ganas de preguntar le dieron.
-Sí, ¿por qué?-
-Quítatelos-ordenó.
-¿Qué? ¿Por qué?-exigió saber la pelinegra.
-No cuestiones mis órdenes, solo hazlo-respondió su entrenador.
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Mystic: The little Avenger
Fanfiction"Todos estamos destinados a hacer grandes cosas, pero hay personas que tienen un destino más grande, y a la vez más difícil." Gaia era una chica fuera de lo común, pues a la tierna edad de 4 años, se dio cuenta de que tenía poderes, pero para no lla...