Eran las once de la mañana cuando Gaia por fin abría los ojos. Ella esperaba que al despertar se encontraría con el rubio a su lado, pero este ya no estaba, por lo que asumió que había tenido que ir a ver algún informe sobre lo sucedido en Moscú. La ojiazul se sentó en la orilla de la cama, para después dirigirse al baño y lavarse la cara y los dientes.
Tras terminar se dirigió a su escritorio a revisar si sus profesores le habían mandado tarea para esos días, encontrando que sí, la joven contaba con tres tareas atrasadas y tres ensayos para el lunes; estaba a viernes.
-Mierda-se quejó. Todo lo sucedido con anterioridad la había tenido tan fuera de si que había olvidado checar las tareas y le preocupaba que no pudiera terminar su semestre con buenas calificaciones.
Gaia comenzó por hacer las tareas que tenía atrasadas, pero una de ellas requería de una práctica de laboratorio, en la cual no estuvo presente, así que se dirigió a uno de los laboratorios de la torre. Estuvo cerca de dos horas haciendo aquella práctica, hasta que pudo terminarla, y con ello esa tarea.
-Bien, ahora quedan cinco cosas por hacer-se dijo a si misma.
La pelinegra se mantuvo en aquel laboratorio por otras dos horas y media, donde logró terminar ambas tareas pendientes que tenía, quedando solo los ensayos. Estaba por comenzar uno de los ensayos, pero la voz del capitán la tomó por sorpresa.
-¿Está todo bien?-preguntó el rubio.
-Sí, estaba por empezar un ensayo-respondió la joven, volteando a verlo.
-¿Estás muy ocupada?- Gaia rápidamente entendió a qué se debía esa pregunta.
-Tal vez deberíamos ir a comer, antes de que comience con esto-comentó con una sonrisa.
-Si estás muy ocupada, podríamos ir después-mencionó el rubio, recibiendo un puchero por parte de la pelinegra.
-Me iré a bañar, siento que apesto a amoniaco-respondió la ojiazul con una sonrisa. Steve le sonrió de regreso y la acompañó hasta el piso de sus habitaciones, pero él se dirigió a su recamara.
En veinte minutos la pelinegra ya se encontraba lista para salir con el rubio. Al salir de su habitación caminó tranquilamente hasta la de Steve, para después tocar la puerta. El capitán abrió la puerta y sonrió al mirarla frente a él.
-¿Listo?-preguntó la ojiazul.
-Vamos-respondió él, saliendo de su recamara.
Ambos caminaron hasta el ascensor y bajaron al estacionamiento privado de la torre. Una vez ahí, tomaron uno de los autos y salieron del lugar, rumbo a un restaurante de Nueva York. Su camino al lugar era tranquilo y animado, mientras que Steve le preguntaba por lo que se encontraba haciendo en el laboratorio y esta se quejaba de la escuela, cosa que hacía reír al capitán. Tras varios minutos llegaron a un restaurante que parecía demasiado formal, lo que preocupó a la joven, por la ropa que traía, el cual se trataba de un vestido informal de flores y un suéter negro.
ESTÁS LEYENDO
Mystic: The little Avenger
Fanfiction"Todos estamos destinados a hacer grandes cosas, pero hay personas que tienen un destino más grande, y a la vez más difícil." Gaia era una chica fuera de lo común, pues a la tierna edad de 4 años, se dio cuenta de que tenía poderes, pero para no lla...