2 meses después
El calor del verano cada vez se acercaba más y el clima lo hacía evidente. El tiempo había pasado demasiado rápido desde que el agente Coulson la había prácticamente arrastrado de la escuela, y sus pensamientos aun estaban plagados de dudas. Por un lado tenía demasiado miedo de lo que pudieran hacerle, pero a su vez, el saber que podría ayudar a más personas, que lo más probable era que salvaría millones de vidas la hacía pensar que era buena idea. Cada vez se inclinaba más por aceptar la oferta, pero aun había algunos detalles que la hacían dudar.
Eran las cuatro de la tarde, pero al no tener práctica de porristas, había llegado temprano a casa, mas su madre le había pedido que la acompañara al banco. Toda la gente hacía fila, había niños corriendo, bebes llorando y parejas; no era mucha gente pero por los murmullos que había parecía que estuviera en un estadio.
Un leve cosquilleo en el cuello había desatado en ella una sensación de alerta. Gaia miraba constantemente a la puerta, algo dentro suyo le gritaba que saliera lo más rápido que pudiera de ahí, pero su madre aún estaba ocupada con los asuntos por los que iban al banco. Mientras miraba su alrededor, notó que un hombre de cabello negro y buen porte entró junto con otros cuatro. Se miraban como si buscaran a alguien, y fue en ese momento donde sus sentidos se agudizaron, ellos eran la causa de su sensación.
-¡Todos a piso, ahora!-grito uno a la vez que disparaba hacia el techo. Toda la gente empezó a gritar de horror, las personas comenzaron a agacharse.
-Gaia, ayúdame-dijo Cecilia a la vez que la miraba horrorizada. Gaia sintió un gran coraje al ver como su mamá se agachaba, pues movimientos como esos estaban prohibidos para su condición, su madre estaba operada de la columna.
Como pudo se hinco para después bajar la cabeza, pero Gaia seguía parada. Estaba a punto de hincarse, pero sintió algo frio en la nuca.
-He dicho que todos en el piso, ¿acaso estás sorda?-pregunto con rabia.
-La estoy ayudando a bajar-dijo con rabia en la voz.
-Ella puede sola, ¿me crees estúpido?-
-No puede sola, imbécil-dijo con enojo, para después escuchar cómo cargaba el arma.
-Ahora que la ayudaste, al piso-dijo restregando la pistola.
-Espera, ¿no es a ella a quien buscamos?-preguntó uno de los que acompañaban al de cabello negro. Era moreno, con ojos verdes y musculosos. Le mostraba una hoja, que parecía contener una fotografía.
Entonces empezó a ver el panorama, a cada esquina había un hombre, frente a ella de lado izquierdo estaba un hombre joven, de unos 23 años, castaño y ojos azules. A su derecha, un hombre de cabellos largos y rubios, bastante alto, de hecho, todos eran altos. El de buen porte analizaba la foto, para luego verla a ella.
-Es cierto, ¿así que la nueva arma de SHIELD es una niña?, patético-dijo con burla.
-No sé de qué hablas-dijo Gaia con seriedad.
-Se hace la que no entiende, que tierna-decía mientras los otros reían- ¿qué quiere SHIELD de ti?-pregunto ahora poniendo la pistola en su espalda.
-No sé qué es SHIELD-dijo indiferente, ella no tenía miedo, solo temía que le hicieran daño a su mamá y a la demás gente presente.
-Mientes-dijo golpeándola fuertemente en la corva. Gaia cayó hincada solo con una pierna.
-No sé de qué me hablan, lo juro-dijo entre dientes.
-No quieres hablar, bueno, atente a las consecuencias-menciono mientras apuntaba a una joven que cargaba a un bebé. Gaia escuchó como el gatillo se iba aplastando. La mujer lloraba a cantaros mientras apretaba al pequeño.
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Mystic: The little Avenger
Fanfic"Todos estamos destinados a hacer grandes cosas, pero hay personas que tienen un destino más grande, y a la vez más difícil." Gaia era una chica fuera de lo común, pues a la tierna edad de 4 años, se dio cuenta de que tenía poderes, pero para no lla...