Capítulo 3

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Los rayos del sol se filtraban por las rendijas de la persiana, provocando el fin de mi sueño, ya sé siempre me molestó la luz por la mañana.

Cuando abrí los ojos me dió un mini infarto. Los labios de Gabi y los míos estaban separados por escasos milímetros, nuestras narices se rozaban y nuestras respiraciones se mezclaban, además Gabi me abrazaba como si fuese un osito de peluche. Tenía que alejarme sin despertarlo, no quería que se despertase y me viese tan cerca, no iba a ser difícil, Gabi tiene el sueño muuuy pesado. Sin embargo, cuando iba a separarlo de mí, no fui capaz. Quería observarlo un poco más, se veía tan tranquilo... Unos mechones que se habían soltado de sus coletas se colocaron en su rostro, sus labios rosados se encontraban entreabiertos.

Una parte de mí reaccionó, ¿qué diablos estaba haciendo? Aparté su brazo de mi torso y me aleje lentamente.

Me levanté de la cama y subí del todo la persiana, el clima era excelente; dadas las circunstancias climáticas escogí una camisa blanca muy fina, unos pantalones vaqueros normales y unos tenis negros. Una vez me puse toda la ropa me dispuse a despertar al pelirosa.

—Gabi, es hora de levantarse —dije posando mis manos en sus brazos y moviéndolo levemente— ¡Gabi! —insistí.

—Hummm... —protestó tapándose la cara con sus brazos.

—Arriba, pareces un perezoso que se ha teñido el pelo.

—¿Qué me has llamado, niño rico? —su voz era ronca y casi imperceptible.

—Levántate si quieres ese algodón de azúcar.

—Jo, chantajeárme con el algodón es hacer trampa —por fin Gabi abrió sus hermosos ojos azules. Se incorporó y fue al baño tras coger su ropa para así poder cambiarse, mientras yo hacía la cama. A continuación, bajamos a desayunar mientras Gabi seguía quejándose frotándose un ojo.

—Buenos días, señorito Riccardo y señorito Gabriel, ¿han dormido bien?

—Buenas Miriam, yo he dormido genial _contesté con una media sonrisa.

—Yo también —secundó Gabi.

—Me alegro, señoritos. El desayuno se encuentra en el comedor.

Gabi y yo asentimos y nos encaminamos hacia dicha sala. Allí tomamos asiendo y nos dispusimos a desayunar.

—Por muchas veces que me quede a dormir en tu casa y desayune contigo, nunca me acostumbraré a tan grande variedad de alimentos.

—El desayuno es la comida más importante del día, Gabi, ha de ser abundante —dije mientras cogía una tortita.

—Como digas...

Al finalizar el desayuno el servicio recogió los platos y nosotros salimos al jardín.

—Dime, ¿qué te apetece hacer?

—Quiero mi algodón.

—Pero acabas de desayunar, no te sentará bien.

—No eres mi madre —protestó, aunque un poco sí que lo parecía.

—Demándame por preocuparme por ti —Gabi hinchó los mofletes y se cruzó de brazos. Que gracioso y adorable era cuando se ponía así—. Esta bien, pero si luego te encuentras mal no quiero saber nada.

—¡Bien! —una sonrisa se dibujó en su pálido rostro.

—Pero iremos despacio para que puedas hacer la digestión un poco.

Comenzamos a andar en la dirección de la tienda de gominolas, discutiendo sobre quién ganaría el partido de mañana, yo creía que ganaría el Earth Eleven, pero Gabi estaba convencido de que vencería el Raimon.

—Riccardo, mientras jugabais en el Gran Celesta, ¿cómo se comportaban Arion y Víctor? —dijo con una sonrisa pícara.

—¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?

—Me parece que hacen buena pareja, además antes de iros me daba la impresión de que se miraban mucho, ¡y menudas indirectas que se mandaban! —no pude evitar partirme de risa ante las explicaciones de Gabi.

—Pues yo no noté nada... —confesé intentando parar de reír—. Pero no creo que sean homosexuales, y menos Víctor. ¿No serán cosas tuyas?

Llegamos a la tienda y pedimos el algodón de azúcar, lo pagué y salimos de la tienda.

—Estoy convencido de que no &Gabi le pegó un mordisco al algodón.

—¿De que hablas?

—De lo de Arion y Víctor.

—¿Aún sigues con eso? De todas formas, ¿qué más te da?

&¿Esa de allí no es Sky? —cambió de tema y señalo a una chica de cabello azul oscuro y corto. Tenía la manía de dejar un tema por otro desde hace mucho tiempo, sobre todo cuando no le interesaba la respuesta de su compañero de conversación.

—Creo que sí, y no señales con el dedo, que es de mala educación —pasó de mí olímpicamente y corrió junto Sky— ¡Oye, espérame Gabi!

—Hola Sky— la peliazul se giró.

—Hola Gabi, hola Riccardo, iba a ver a Arion, ¿me acompañáis? —preguntó con una enorme sonrisa y los ojos cerrados.

—Por mí bien, ¿vamos Riccardo? —yo asentí y emprendimos el viaje hasta la casa del castaño.

—Antes de verte, Riccardo y yo discutíamos sobre Arion y Víctor ¿no crees que hacen buena pareja?

Sky agachó un poco la cabeza.

—No —nunca había escuchado un "no" tan cortante por parte de Sky, ¿acaso le gustaba alguno de los nombrados?—. ¿Podemos cambiar de tema, por favor?

—¿Cómo a que mañana el Earth Eleven ganará al Raimon? —dije sonriente y en un tono un poco burlón.

—Te has equivocado de orden, el Raimon ganará al Earth Eleven.

Y así empezamos otra discursión en la que Sky estaba ausente, Gabi disfrutaba de su algodón de azúcar y yo estaba pendiente de la reacción de Sky, parecía que no le agradó nada la pregunta de Gabi.

~*~

—¡Hola chicos! Pasad, Arion está en su habitación.

—Con permiso _dijimos todos a coro mientras nos quitábamos los zapatos.

Recorrimos el pasillo, el cual tenía colgados numerosos cuadros. Entramos al cuarto de Arion, que estaba con el móvil, cosa extraña en él.

—Hola chicos —saludó sin despegar la vista de la pantalla.

—Hola ¿qué haces? —preguntó Sky, curiosa.

—Hablo con Víctor —Sky frunció el ceño y se cruzó de brazos—. Dice que esta tarde quiere probar una nueva súper técnica, le voy a decir que sí, ¿queréis que le pregunte si podeis venir?

—Síii &respondió Gabi por todos, con un todo cantarín.

Arion tecleó y pronto se escuchó como llegaba un mensaje de Víctor.

—Dice que por supuesto. ¡Oye! Quedaos a comer y luego vamos todos juntos, a tía Silvia no le importará —Arion puso ojos de cachorrito, cosa que se le daba increíblemente bien.

—Avisaré a Miriam de que Gabi y yo nos quedaremos a comer, así que por nosotros no hay problema.

—Yo llamaré a mi madre para pedirle permiso.

Sky y yo llamamos para informar de nuestra ausencia a la comida y no hubo problema alguno.

—Aún falta mucho para la hora de comer, ¿que hacemos mientras? —preguntó Sky

—¿Más algodón?

—Ni se te ocurra, Gabi —posé sobre él una mirada asesina.

—Joooo.

Volveremos a jugar juntos al fútbol {TakuRan} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora