Capítulo 21

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—Puede que nos estemos precipitando, te recuerdo, Víctor, que oímos al entrenador Blaze decir que nos mantendría bajo vigilancia, igual ha contratado a alguien— expliqué, intentando no pensar que eran los de la organización los que nos vigilaban.

Ya era de noche, y los tres nos encontrábamos en mi cuarto sobre mi cama formando un círculo.

—Puede que tengas razón, hoy a la mañana Arion y yo pasamos por una zona en la que no había nadie y nos sentíamos vigilados, si nos estuviesen siguiendo para buscar el momento oportuno para secuestrarnos, lo más lógico habría sido hacerlo en ese momento.

Todos nos quedamos en silencio durante un tiempo, sin saber qué decir, intentando creer que no eran los de la organización quienes nos provocaban esa sensación angustiosa en la que notábamos presencias ajenas.

—¿Tú no dices nada, Arion? —le pregunté al castaño.

—¿Eh? Ah... pues no sé que decir... supongo que aunque nos vigilasen por encargo del entrenador Blaze, deberíamos estar con los ojos bien abiertos.

—Sí, tienes razón. Bueno, voy a tener que recordarle a Miriam que suba los colchones, porque se debe de haber olvidado. A propósito, ¿cuántos mando subir? Porque yo dormiré en mi cama, pero vosotros dos ¿cómo dormireis? ¿Juntitos o separados?

—¿¡Qué!? —exclamaron a la vez.

_Yo solo pregunto... Seguro que no sería la primera vez.

—¿Qué insinúas? ¡No te imagines cosas que no son! ¡Qué manía! —Víctor estaba sonrojado, y con lo pálido que es, se le notaba aún más. Arion tampoco se salvaba del sonrojo.

Comencé a reirme y ellos dos empezaron a gritarme y a lanzarme cojines aún con el sonrojo en las mejillas.

—Vale, ya... ya... —dije intentando calmar mi risa y quitándome una lágrima del ojo.

—Siento interrumpir las risas, pero si no bajan ya la cena se enfriará —nos informó Colette apoyada en la puerta que yo, sin darme cuenta cuenta, dejé un poco abierta. Esperaba que nadie hubiese oído nada, ni de la organización, ni de mis insinuaciones respecto, por lo menos para mí, la relación del delantero y del centrocampista.

—Muy bien, Colette. Enseguida bajamos —la chica francesa se fue sonriendo por el pasillo.

Rara vez no me avisa Miriam de lo que hay que hacer, ella es la persona que más me cuida de esta vivienda, a pesar de que hay muchísimas personas sirviendo en esta mansión, bueno, y que no sirven también, porque mis padres, aunque hayan cambiado, no creo que se preocupen tanto por mí como lo hace Miriam. No creo que jamás pueda experimentar lo que se siente cuando una madre te da su amor y cariño de forma incondicional, que te consuele cuando llores, que quiera pasar tiempo contigo y verte sonreír a todas horas... Debe de ser genial tener una madre así.

—Riccaaaaardo, que no hay nada en la puerta, deja de mirar para ella embobado —dijo Víctor moviendo de arriba a abajo su mano frente a mis ojos —. Siempre te quedas tonto cuando piensas.

—Lo sé, pero yo no puedo hacer nada. En fin, vamos a cenar.

—Vale, y recuérdale a Miriam que suba DOS colchones —insistió en el anterior tema de conversación recalcando el número dos.

Yo asentí y bajamos a cenar.

~*~

Arion y Víctor se marcharon hace unas dos horas, ya había comido, ya había estudiado y ya había tocado un poco el piano, así que ahora era la hora de ir a ayudar a Gabi con los deberes.

—¿Va a salir, señorito?

—Sí Colette, no volveré hasta las ocho o así. Cambiando de tema ¿y Miriam? No la he visto desde ayer, después de que viniesen Arion y Víctor. Al final tuviste que encargarte tú de los colchones.

—Pues no sé donde está, solo dijo que tenía que ver a alguien y se fue.

—Entiendo... Chao, Colette.

—Adiós.

Que raro me pareció. Miriam nunca daba tan poca información, aunque es su vida privada y no debería meterme en sus asuntos. Igual fue a ver a su novio y aún no habís vuelto. Además hoy ya no me sientía observado. Esto era muy extraño.

~*~

—A ver Gabi, yo el viernes en el instituto te di una hoja con las formulas de geometría, y tú me dices que: ¿la has perdido de un día para otro?

—Básicamente —se acercó un poco a mí —pero no te enfadarás conmigo, ¿verdad? Sé que odias que pierda las cosas y que sea tan desorganizado —me miró inocentemente acercándose peligrosamente a mis labios.

Deposité un pequeño beso en ellos y le respondí:

—¿Cómo podría yo enfadarme contigo? Te las volveré a escribir, ¿vale?

_¡Eres el mejor novio del mundo mundial! —me abrazó

—Y tú eres demasiado adorable.

—¡Yo no soy adorable! Soy sexy, son cosas diferentes.

—Lo que tú digas —le di la razón como a los locos ,y acto seguido acaricié su linda cabecita.

Tengo un serio problema con shippear a Arion y Victor ;-; en serio, los shippeo demasiado ;-; y por eso hoy la multimedia pertenece a este par de futbolistas.
Tengo pensado escribir otro fanfic con ellos dos, ya tengo pensada la historia y todo 7u7

En fiiiin, nos veeeeemos gente.

Volveremos a jugar juntos al fútbol {TakuRan} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora