Llevaba allí poco más de una semana y, aunque no es demasiado tiempo, ya no me importa casi nada. No me importa volver a casa, no me importa donde esté Miriam, no me importa cómo escapar de mi futuro en la empresa de mis padres, no me importa lo que pueda pasarme... solo me importa que Gabi esté bien, que se recupere completamente de Escorpión.
Las horas pasaban. Monótonas. Fue la única vez en mi vida que dejé de contar el tiempo. La penumbra iluminada tan solo por las lámparas roñosas de aquel maldito lugar era la única luz que miraba. Ni la sonrisa del sol, ni la de la luna, me eran dedicadas. Y yo me consumía entre las horas gemelas, marchitas, malditas.
Naira estaba en la sala de las cápsulas, observándonos. Arión y Víctor dormían, y no me extrañaba, el entrenamiento fue muy duro, debían estar exhaustos, al igual que yo. Y sin embargo,al contrario que ellos, era incapaz de conciliar el sueño, Morfeo se negaba a llevarme a su seno. Solo cerraba mis ojos porque pesaban, pesaban tanto que no podía abrirlos.
—Jefa, tenemos nueva información.
—Pues ya estás tardando en decirla —los hombres callaron por alguna razón —Si es por esos tres por lo que cerráis el pico, están dormido, así que desembuchad.
—Hemos descubierto que un joven ha usado Escorpión en un partido, aunque de eso hace ya algún tiempo... Y ha sobrevivido.
—¡¿Y cómo no me lo habéis dicho antes?!
—Odiamos el fútbol, jefa. Nunca vemos los partidos, por eso nos hemos enterado tan recientemente.
—Quiero a ese chico, tiene que se muy poderoso para poder utilizar Escorpión y vivir tras ello... ¿cómo se llama?
—Gabriel García, jefa.
Me dio un vuelco el corazón. No... tú no... no puedes estar en peligro, ya tienes suficiente con Escorpión...
Otra vez, Gabi, otra vez estabas en peligro por mi culpa. ¿Qué clase de monstruoso ser era, que dejaba a su amor a merced de quien quería hacerle daño? ¿Que dejaba que se sacrificarse tanto? Oh, Gabi, no merecía tu amor.
Quería gritarle a Naira, salir de la cápsula, arrancarle los pelos, los ojos, los brazos... Pero no podía, mis músculos no respondían a las ordenes de mi cerebro... Y sospechaba que, aunque lo hiciesen, me atravesarían las balas de sus gorilas.
—Averiguad donde vive y traedmelo aquí lo antes posible. Estos tres ya casi han sucumbido al control mental, pero ahora nos queda un cuarto.
~*~
—Os voy a presentar a vuestros compañeros de equipo —habló Naira. Su voz me daba asco.
Salieron 7 chicos de la nada y nos miraron fijamente, de arriba a abajo, como si quisiesen calcular con la mirada nuestras habilidades físicas.
—Falta un integrante que se unirá al equipo lo más pronto posible. Gabriel García, se llama. Nos será útil.
Arion y Víctor solo se sorprendieron y se quedaron mirando a Naira, pero yo no, yo avancé con paso decidido y la agarré por el cuello de la camisa.
—Cómo te atreves, vieja bruja —mi voz era un susurro, un susurro furioso y desgarrado—. Atrévete a tocarle un solo pelo y te juro por lo que más quieras que te destruiré, ¡no quedará un solo resto tuyo! —los guardias de Naira me cogieron por los brazos y me alejaron de ella, mientras que los 7 jugadores nuevos y Naira me miraban asombrados. La ira me dominaba— ¡No voy a permitir que le hagas daño!
Nunca me había sentido tan impotente, nunca me había sentido tan frustrado. Quiero proteger a la persona que amo, pero... ¿cómo? ¿Cómo voy a protegerle si ni siquiera sé protegerme a mi mismo ni controlar mis emociones?
—Y yo que pensaba que el control mental ya estaba funcionando... —yo también lo pensaba, pensaba que estaba sometido... Pero mi amor por Gabi es más fuerte que cualquier control que me quieran implantar—Ya veo que no. Da igual, acabarás sometiéndote ¡Miriam!
¿Miriam? ¿Llamó a Miriam? No puede ser... Seguro que era otra mujer con el mismo nombre. No podía ser ella.
—¿Me llamaba, señora? —apareció una silueta, una silueta muy familiar, al igual que la voz. La muchacha se aproximó un poco más y pude ver su rostro. Era mi Miriam...
—No —susurré. Mi voz temblorosa... rota— ¿Qué te han hecho? ¿Te han sometido a control mental? ¡Voy a acabar con...!
—No —me interrumpió. Su voz era suave y dulce, como siempre—. No me han obligado a nada, me uní yo.
—¿Qué?
—Estoy harta de ti y de tu familia, harta de que vosotros os deis la gran vida mientras yo no paro de trabajar, harta de vuestros caprichos y exigencias.Voy a destruíros empezando por ti y acabando por la empresa de tus padres.
Esa no era mi Miriam. No podía estar diciéndolo en serio... Ella ha estado con mi madre desde pequeña, siempre ha trabajado para mi familia con amor y cariño... No podía ser cierto.
—¿A qué es genial? —Naira miraba con admiración a Miriam— Llévalo a la sala de control mental potente, el de su cápsula no llega para someterlo.
Asintió y me cogió de brazo con desprecio, no la reconocía ¿Había estado fingiendo todo este tiempo?
—¿En qué te has convertido, Miriam?
—Yo siempre he sido así, Riccardo —era la primera vez que no me llamaba "señorito".
—Pensaba que te tratábamos bien, que estabas cómoda en tu trabajo...
—Pues siento decirte que te equivocas, y mucho. Riccardo Di Riggo... Vas a pasarlo muy mal, sobre todo cuando atrapen a tu querido amigo Gabi, ¿o debería decir novio? —Miriam rió.? Cómo era posible que hubiese estado tan ciego? ¿Que no me hibiese dado cuenta del monstruo que tenía en casa?
¡Saquen las antorchas! ¡Miriam traidora! D:
¿Qué piensan de ella? ¿Se lo esperaban?
Hija de su mamá la Naira esta :(
Bueeeeno, espero que les haya gustado mucho el cap. Chaiiii
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Volveremos a jugar juntos al fútbol {TakuRan} [EDITANDO]
FanfictionGabi está en peligro, pero no es por alguna enfermedad extraña o por un cáncer. No, es algo peor, algo que hizo por una promesa, una promesa que hizo por amor. Hay personas que odian el fútbol, que quieren acabar con él, sobre todo una mujer que suf...