—¿Te ha gustado, Gabi?
—¿Para qué lo preguntas? ¡Si ya sabes que sí! Amo como tocas el piano, nunca me cansaré de escuchar tus melodías, eres un gran pianista —Afirmó sonriendo. Después, Gabi se levantó de su asiento y se dirigió hacia mí— ¿Luego jugamos al fútbol? Hace mucho que no toco un balón.
—No —respondí seco.
—¿Eh? ¿Por qué no? Esto es raro en tí, ¿estás bien? —puso una mano en mi frente para comprobar mi temperatura, enredando mi flaquito entre sus dedos.
—Yo sí, pero tú no, no voy a jugar al fútbol contigo al menos por el momento —le agarré la muñeca de la mano que tenía en mi frente, y la retiré de mi frente.
—Pero... Yo estoy bien. Juega conmigo...
—Ni hablar, no quiero que Escorpión empeore. Es más, creo que...
Unos puños chocaron dos veces contra la puerta de madera, indicando que alguien reclamaba nuestra atención.
—Señoritos, ¿puedo pasar?
—Claro, adelante —respondí, un poco irritado, ya que no me gusta que me interrumpan en medio de una oración, pero Miriam no tenía la culpa, ella no sabía que estaba hablando.
-Solo quería informarles de que la comida ya está lista y que, por favor, bajen a comer- la mucama posó su mirada en Gabi- los señores de la casa comerán con ustedes- Gabi comprendió lo que quería decir Miriam.
-No te preocupes, no es molestia ninguna, tengo entendido que los señores Di Riggo han cambiado.
-Y no se erra usted.
Los tres bajamos las escaleras, Gabi y yo entramos en el comedor y Miriam se fué a la cocina.
-Buenas chicos, tomad asiento. Gabriel, ¿cómo te encuentras?
¿Evoluciona bien tu enfermedad?-Si señor, creo que pronto me recuperaré del todo.
-Esa es una excelente noticia.
~*~
-A mi esa me parece un dragón.
-¿Un dragón? Pues a mi me parece un antiguo templo.
-¿Donde eres capaz de ver un templo?
Eso de tumbarse a ver nubes sobre la verde hierba después de comer ya era una tradición, nos reíamos de lo distitas que podían llegar a ser nuestras mentes. Le cogí la mano a Gabi y giré la cabeza para verle el rostro.
-Gabi.
-Dime.
-¿Qué somos? Es decir, los dos hemos dicho nuestros sentimientos al otro... y nos besamos, pero...- Gabi giró la cabeza para mirarme a mi y luego volvió a mirar al cielo.
-Riccardo, ¿quieres salir conmigo?
Me senté y crucé mis piernas cono un indio, me quedé mirando a Gabi, con el rostro inexpresivo, sin pestañear.
-¿Qué ocurre?- se incorporó y se sentó como yo.
Me avalancé sobre él y los dos terminamos tumbados sobre la hierba otra vez, solo que esta vez su cuerpo estaba bajo el mío y nuestros labios unidos. Me encanta esta sensación, siento una explosión de fresas en mi boca, me encanta el sabor y el baile de nuestros labios.
-¿Eso es un sí?- pregunto Gabi al separarnos.
-Es un sí.
-¿Sabes que haría de hoy un día perfecto?
-¿Algodón de azucar?- pregunté como respuesta.
-¡Algodón de azucar!
Nos levantamos y salimos del mi casa hacia una tienda de gominolas, Gabi a veces es como un niño pequeño, un niño pequeño, inocente y adorable.
-Riccardo... no me siento bien- él se llevó su mano derecha a la frente.
-Gabi, ¿qué te ocurre?- empezó a tambalearse y se apoyó en mi, yo iba a pasarle el brazo por la cintura para poder sostenerlo, pero antes de que eso llegase a suceder Gabi cayó al suelo- ¡Gabi! ¡Gabi reacciona!
Lo cogí en brazos, y comencé a correr hacia el hospital, la gente miraba la escena con cara de preocupación, pero si ellos estaban preocupados por un chico desconocido que estaba inconsciente, ¿cómo creeis que me sentiría yo al ver a mi novio desmayado y sabiendo que tenía los efectos de Escorpión y que podía acabar con su vida en cualquier momento?
-¡Oh Dios mío!- dijo Camelia cuando me vió entrar en el hospital con Gabi en brazos. La libreta que sostenía en sus manos cayó y tapó su boca con ambas manos- Hay que hospitalizarlo en seguida, ¡Gabi está en peligro!
En seguida llegó una camilla que se llevó a Gabi a Dios sabe dónde.
-Riccardo, espera en la sala, tranquilo, está en buenas manos.
-Sí, Camelia.
Que está en buenas manos ya lo sé, pero eso no vale de nada, Escorpión no es una enfermedad, son una serie de consecuencias por haberlo usado, consecuencias extremadamente peligrosas, esos médicos no pueden hacer gran cosa por ayudarle.
-Sé lo que piensas Riccardo, pero déjame decirte que hay muchos avances nuevos, como por ejemplo las pastillas que le mandamos tomar.
-Pero ya ve para que ha servido.
-Riccardo... sé que le quieres mucho, pero en serio, Gabi saldrá de esta.
Asentí y fuí a la sala de espera, el tiempo que transcurriría hasta que me diesen noticias se me haría eterno, no quiero ni pensar lo qué le esté pasando a Gabi o qué pruebas le estén haciendo...
Uuuuy que beso más zepzy el de multimedia e.e
¿Les gusta la nueva portada? 7u7
Espero que sí, al igual que espero que les haya gustado el cap.Bueno, nos vemos en el siguiente capítulo
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Volveremos a jugar juntos al fútbol {TakuRan} [EDITANDO]
FanfictionGabi está en peligro, pero no es por alguna enfermedad extraña o por un cáncer. No, es algo peor, algo que hizo por una promesa, una promesa que hizo por amor. Hay personas que odian el fútbol, que quieren acabar con él, sobre todo una mujer que suf...