Capítulo 4

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—¡Estaba todo riquísimo, tía Silvia! —Exclamó Arion dándose palmadas en el abdomen.

—No entiendo cómo has podido engullir 15 bolas de arroz —dijo Sky fascinada.

—Es que esta mañana no desayuné y salí a correr —Arion colocó una de sus en su nuca mientras la otra sería en su barriga—. Tenía demasiada energía y no podía esperar más, la próxima vez desayunaré antes de salir.

—Aún así Arion, son muchas bolas.

Los dos siguieron discutiendo, yo los observaba sin prestar atención a lo que decían, hundiéndome cada vez más en mis pensamientos y olvidando todo lo que estaba a mi alrededor. Las voces cada vez se escuchaban más lejanas, mi mirada se perdía en la nada... Era algo normal para mí, me ocurría cada dos por tres. De repente un escalofrío recorrió mi cuerpo debido a que una brisa había terminado en mi oído, sacándome de la tranquilidad de mis pensamientos.

—¿¡Pero qué narices haces, Gabi!? —acto seguido llevé mis manos a mi oído derecho.

—Es una de las pocas formas de sacarte de tu trance —dijo riendo.

—¡Pues haber utilizado otro método!

—Pero así no me habría reído —Gabi comenzó a reír cada vez más fuerte, creía que le daba algo, poco más y se cae al suelo. Lo único que hice fue chocar mi mano contra mi frente.

Sky y Arion nos miraban extraño, como si nunca hubiesen visto de esta forma a dos mejores amigos.

—Te he sacado de tu trance para decirte que nos ayudes a recoger la mesa, cosa que puede que no entiendas, niño rico —me explicó una vez cesaron sus carcajadas y mientras se secaba una lagrimilla. Gabi estaba de guasa, eso ya lo sé, pero me molestaban bastante ese tipo de comentarios y él lo sabía, por eso lo hizo, le encanta fastidiarme.

—Hoy estas especialmente pesado, Gabi _me levanté y todos comenzamos a recoger.

~*~

—¡Víctor!

—¡Joba Arion, cómo gritas! —se quejó Sky tapando uno de sus oídos y cerrando los ojos.

Todos estábamos ya en el campo, Víctor con un balón en los pies y nosotros bajando las escaleras para reunirnos con él.

—Hola, chicos —saludó Víctor, posó su mirada en Arion y le dijo —. Ya he pensado la nueva súper técnica, ¿qué te parecería hacer dos tiros encadenados con nuestras armaduras de espíritu guerrero? Primero lanzaría yo y luego tu.

—¡Genial! —al castaño se le iluminaron los ojos. Ambos se alejaron, parecía como si no hubiesen notado nuestra presencia, comencé a pensar que la idea de Gabi no es tan descabellada.

—Gabi, a ver si me quitas el balón —nosotros habíamos llevado un par de balones más por si acaso.

—Em... Bueno...

—Gabi, ¿puedo hablar contigo un segundo? —se dirigió Sky al pelirrosa, a lo que el mencionado asintió.

Yo me encogí de hombros y comencé a chutar a la portería lo más fuerte que podía, aunque en un par de minutos volvió mi preciado amigo.

—¿Qué quería Sky? —pregunté.

—Na-nada i-importante... —fruncí el ceño, Gabi tartamudeaba cuando mentía.

—¿Por qué me mientes? No es propio de ti.

—N-no te miento...

—Bueno... si no me lo quieres contar no pasa nada, solo espero que no sea nada grave —alcé una ceja y pude mis brazos en jarra, Gabi asintió entusiasta.

Nos situamos uno frente al otro, con el balón en mis pies. Comencé a correr hacia Gabi, él intentó quitarme el balón y casi lo consigue, pero al final logré pasarlo, sin embargo cuando giré mi cabeza hacia atrás para ver al pelirrosa, mi sorpresa fue visualizar a Gabi respirando con dificultad, sus rodillas estaban flexionadas y sus manos apoyadas en ellas. Clavaba su mirada en el suelo y gotas de sudor perlaban su frente. Una de ellas resbaló hasta acabar en su barbilla.

—Gabi... —susurré— ¡Gabi! ¿¡Te encuentras bien!? No es normal esto en ti —Gabi asintió y se incorporó. No entiendo por qué hice esa pregunta, era evidente que no estaba bien.

—Sí... No te preocupes —fue lo único que respondió.

—Es imposible que tú estés tan cansado solo por intentar quitarme el balón, obviamente me preocupo.

—Te dije que no lo hicieses, ya se me pasará... En serio, relájate un poco —su respiración se estaba regulando.

—Gabi...

Él comenzó a andar y se sentó en el banco junto Sky, ignorándome por completo.

No entendía nada, ¿qué le ocurría? Me tenía muy inquieto, el pelirrosa tenía muy buena resistencia, esto era muy extraño. Sky miraba preocupada a Gabi, ¿acaso ella sabía lo que pasaba? Luego le preguntaría, con Gabi delante estaba seguro de que no me diría nada.

~*~

Pasamos toda la tarde en el campo de la rivera, sin embargo el cielo ya empezaba a tornarse de colores anaranjados, y a Gabi lo venían a buscar en breve a mi casa, así que debíamos marchar. Gabi no volvió a levantarse del banco en toda la tarde, simplemente me miraba serio mientras jugaba.

—Bueno, mañana es domingo, así que hasta el partido —me despedí.

—¡Chao! —se despidieron Sky, Arion y Víctor a coro, los dos primeros en ser mencionados con más efusividad que el último. Sky ya se iba a su casa, pero Arion y Víctor fueron a ver a Vladimir.

—Gabi, quiero que me cuentes qué te ocurre. No quiero desconfiar de ti ni hacer una montaña de un grano de arena, pero es que me parece tan inusual en ti... Me preocupas.

—N-no sé de qué me ha-hablas. Estoy perfectamente...

—Ya, claro... —me crucé de brazos y aparté la mirada de sus ojos azules.

—Riccardo, no te enfades —no contesté—. Riccardo... de verdad, no es nada, simplemente es cansancio acumulado —seguí ignorándolo—. Riccardo, ¡por el amor de Dios!, no seas como un niño pequeño y mimado.

—El único aquí que se comporta como un niño pequeño eres tú —dije alzando un poco la voz, pero sin llegar a gritar, al tiempo que le ponía mi dedo índice en el pecho. Ambos paramos en esa calle, la cual estaba poco transitada.

—Riccardo, no es para tanto, como tú has dicho: no hagas una montaña de un grano de arena. Ya te dije que solo es cansancio acumulado, que haya jadeado un poco en el entrenamiento no significa que me ocurra nada... Te preocupas demasiado —sonrió levemente—, y es algo que agradezco y que me parece muy bonito, pero has de admitir que a veces te excedes -me puse a pensar, puede que de verdad a veces me preocupase en demasía.

—¿Y qué te dijo Sky? ¿Por qué no me lo quisiste contar? ¿Por qué te miró tan preocupada? —las palabras salieron de mi boca antes de que pudiese tan siquiera pensarlas.

—Ya te dije que Sky no me dijo nada importante, no te lo he contado porque me pareció una pérdida de tiempo, y no tengo ni idea de por qué me mira preocupada —o Gabi había aprendido a mentir en un tiempo récord... o era cierto lo que me decía.

—Está bien, no le daré más vueltas al tema —o al menos eso intentaría.

—Bien, me alegra que hayas comprendido que estoy perfectamente —respondió a mi comentario con una enorme sonrisa mostrando sus blancos dientes y ladeando su cabeza.

Volveremos a jugar juntos al fútbol {TakuRan} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora