~Capítulo 31

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Lo más probable es que todos tengan en su salón de clase a esas dos personas que no soportan ni siquiera mirarse el uno al otro. Ellos sabían que se odiaban mutuamente, todos lo sabían, incluso los profesores. Ayer pensaba que esas dos personas eramos Harry y yo; sin embargo, ahí me encontraba, caminando de regreso a casa detrás de Harry; la bolsa de plástico llena porquerías colgaba entre sus dedos, él caminaba delante de mi mientras que yo cubría mis ojos del sol con mi antebrazo, el último mes el cielo estuvo decidiendo si llovería, nevaría o granizaría, pero justo cuando decido salir de la comodidad de mi sabanas para hacer algo con mi vida social, el sol aparece para joderme los ojos.

—¿Harry?,— el chico gira su cabeza sin desacelerar el paso.

—¿Qué pasa?

—¿Cómo lograste convencer a Valerie para que faltara aquel otro día a mis asesorías?

—Solo...— vacila por un momento como si intentara buscar una excusa razonable —ella tenía algo que hacer...

—¿En serio?— trato de alcanzarlo, tengo que correr pues mis piernas son mucho más cortas que las de él —pues ella me dijo que tu le habías prometido una cita para hoy.

—¿Ella te dijo eso?

—No me digas que lo olvidaste, nunca pensé que fueras tan cabeza de corcho

—No lo olvidé...— rasca su nuca repetidas veces antes de responder, estaba nervioso — es solo que... me pareció más importante venir aquí, nunca tomé en serio la cita con Valerie y imaginé que eventualmente lo olvidaría.

—¿Eres tonto...

Antes de terminar de insultarlo escucho un auto que avanzaba a gran velocidad acercarse, al pisar un charco de agua próximo, producto de la llovizna de ayer, toda la agua sucia moja mis zapatos y parte de mi ropa.

—¡Oi! idiota!, ¿tu mamá nunca te enseñó que un hombre nunca deja que una dama camine de este lado de la calle?— reclamo sacudiendo mis pies.

—Yo no veo ninguna dama por aquí— dice poniendo su mano arriba de sus ojos mientras que miraba al rededor, fingiendo que buscaba algo. Repentinamente me da un fuerte empujón en el hombro, haciéndome tambalear.

El chico comienza a caminar apresurado, dejándome atrás. En un ataque de ira tomo impuso y corro hacía él para después empujarlo. Cae sobre las flores del jardín de alguna casa.

—Torpe, aplastaste la comida— digo al ver su trasero sobre la bolsa.

—Estúpida...— toma el borde de mi camiseta y tira tan fuerte de ella que me hace caer junto al el.

Lo miro con furia pero a pesar de eso el no borraba esa tonta sonrisa de su rostro, ¿qué era lo que le causaba tanta gracia?

—Tienes una flor en la cabeza— acerca su mano hacia mi rostro y retira una pequeña flor roja que se encontraba atrapada en el cabello enredado que sobresalía de mi cola de caballo.

—¡Ustedes dos! ¡¿Qué creen que le hacen a mi jardín?! ¡llamaré a la policía!— escuchamos un grito agudo, una mujer se encontraba en la puerta de su casa con una expresión nada agradable —¡puedo reconocer sus caras!— grita de nueva cuenta, esta vez colocando su teléfono en su oreja.

—¡Corre, corre, corre!— exclama Harry mientras que me empuja —¡Debería poner una cerca!— grita, esta vez dirigiéndose a la mujer.

Ambos corremos lo más rápido que podemos, sin embargo, al tener pulmones del tamaño de una pasa, me cansaba demasiado rápido.

—¡¿Por qué demonios te paras?! ¡esa loca está llamando a la policía!

Balbuceo algo a lo que Harry responde mostrando una cara de confusión, tomo aire por la boca mientras que recargo mis manos sobre mis rodillas.

cáncer | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora