~Capítulo 9

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[Harry]

Estaba tensa, podía sentirlo, por como sus brazos estaban rígidos y sus dedos trataban de penetrar la pared de yeso, yo movía mis labios pero ella seguía inmóvil, comenzaba a perder las esperanzas de que ella me siguiera el beso, cuando siento que sus labios se mueven con los míos, la abrazo lentamente por la cintura y la acerco a mí, ella vacilante levanta poco a poco las manos hasta ponerlas en mi cuello y enredar sus dedos en mi cabello, a pesar del frio su cuerpo estaba caliente, ella era tan delgada y sentía que si la apretaba demasiado contra mí se rompería como una figura de cristal. Ella se tensa de nuevo y abre los ojos abruptamente, entonces baja las manos de mi cuello y las coloca en mis hombros para empujarme, la observo confundido mientras ella restriega sus labios con su antebrazo.

-¿Estás loco?- murmura

-¿Porque susurras?- ella señala la puerta

Bajo la mirada y en la línea en donde la puerta y el suelo se unen hay algunas sombras, había gente espiando, preparada para hacer correr la voz e inventar rumores de lo que sea que este pasado aquí dentro, en este momento debemos de ser la comida de toda la escuela

-¡¿Por qué me besaste?!- murmura de nuevo, pero aun así con un tono de reprimenda

-Me has hecho enojar y te advertí que te castigaría, y no finjas Jude que tú me has seguido el beso- murmuro de igual manera

La noto nerviosa, he dado en el clavo y ella lo sabe

-Simplemente fue por el calor del momento, nunca te besaría a voluntad propia- responde cruzándose de brazos

-¿Enserio? pensé que estabas 100% consiente de que era yo el que te besaba y no Leonardo DiCaprio- digo

-Ja ja- ríe con sarcasmo.

-¿A qué no beso bien?- pregunto, moviendo mis cejas arriba y abajo una y otra vez

-Eres un tonto- ella se encamina para tomar la perilla de la puerta

-Vamos Jude, sé que te ha gustado- abro mi boca y comienzo a mover mi lengua provocativamente, ella me mira con furia y gira el picaporte de la puerta.

Al abrirse la pequeña multitud que se había arremolinado detrás de esta se dispersa, como si nunca hubieran estado escuchando.

-Nunca había conocido a una persona tan horrible como tú- grita una vez esta fuera del cuarto

-Créeme, tú no eres mejor- respondo saliendo del armario

-También eres un imbécil y te mereces tener escrito eso- señala mi frente en donde antes estaba escrito "imbécil"- no sabes cuánto te odio

Trate de reprimir la furia, no quería gritarle, enserio no quería hacerlo pero mis impulsos fueron mucho más grandes

-¡No creo que me odies tanto como yo te odio a ti!- era mentira, realmente no la odiaba tanto como ella creía, aunque algunas veces enserio quería asesinarla.

Fuera del instituto caen rayos y el escándalo de las gotas de lluvia chocando contra el pavimento resuena hasta adentro de la institución, la iluminación de los relámpagos atravesaba las pequeñas ventanas rectangulares que se encontraban arriba de los casilleros, estábamos montando una escena, las personas que se encontraban cerca escuchaban disimuladamente, aunque prestando mucha atención.

-¡No vuelvas a dirigirme la palabra en tu vida maldita prostituta!- me grita furiosa

-¡No soy una prostituta!- grito- ¡Créeme, nunca le hablaría a una enferma como tú, me das asco!

Inmediatamente me arrepentí de haber dicho eso, nunca le había mencionado nada con respecto a su cáncer, sabía que me había pasado de la raya, trate de disculparme pero ella ya estaba caminando hacía otra dirección y yo no era lo suficientemente valiente como para ir a buscarla frente a todo el mundo, así que me di la vuelta y camine hacía el otro lado.

JUDE

Salí de la escuela, sin importar la lluvia ni que perdería el día entero de clases, era un descarado, un idiota, un hipócrita, me besa y después me grita que doy asco frente a todo el mundo; tenía ganas de estrangularlo, tenía ganas de asesinarlo, de degollarlo, de masacrarlo y de cortar sus extremidades pedazo por pedazo, pero sobre todo, tenía ganas de llorar, llorar hasta quedarme seca, llorar hasta que mis lágrimas se camuflaran con la lluvia, llorar hasta que este sentimiento de tristeza abandonara mi cuerpo. Tomo un taxi para llegar a casa, me seco las lágrimas pero me doy cuenta de que es inútil ya que se confunden con las gotas de lluvia que ruedan por mi rostro. Entro en casa escurriendo un hilo de agua por cada esquina de mi ropa, hago charcos enormes en el suelo de caoba, mi madre debe de estar en el trabajo puesto que no hay nadie en casa. Subo a mi cuarto para darme una ducha, meto mi uniforme en la lavadora y me recuesto en mi cama, nunca me había molestado que me pregunten sobre el cáncer, ni que lo mencionen tribalmente en una conversación, pero hacer referencia de esa manera sobre mi enfermedad me ha puesto a pensar ¿El mundo me ve de esa manera? ¿Me ven como una enferma? ¿De verdad doy asco? Otra lágrima se escapa de mi ojo, mi mente divaga sobre el mismo tema por unas horas, hasta que se hace las dos de la tarde.

En mi habitación hay tres paredes y una ventana enorme que ocupa un muro entero, la cual tiene una puerta de cristal que da a un pequeño balcón, tengo la vista de un gran árbol que hay en el patio trasero, el tejado de las demás casas y hacía el puente del río Támesis. Admiro el paisaje y el cielo gris, Niall y Abby ya han salido de clases, decido llamar a alguno de ellos, tomo mi móvil el cual Luke me devolvió hoy en la mañana lleno de números telefónicos, el celular vibra en mi mano y el tono de llamada suena en mi oído,  leo la pantalla del móvil la cual dice:

Número desconocido



cáncer | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora