~Capítulo 30

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Al día siguiente, justo después de tocar la campana que indicaba el fin del horario de clases, Harry se dirigió a la biblioteca de la escuela para pasar sus tres horas reglamentarias de castigo. Se sentó en una de las bancas hasta el fondo del apartado, justo a una ventana sostenida por una estantería baja. Su mirada estaba tan perdida en el cielo nublado y gris que la mayoría del tiempo cubría Londres, septiembre siempre traía un mal clima. Harry, perdido en sus pensamientos no notó que Anabeth se había sentado a su lado pesadamente, tratando de atraer la atención del chico, Anabeth carraspeó, sin embargo Harry no mostró señales de escucharla.

— ¡Oye idiota!— grita la castaña en su oído.

— ¡Ah!— Harry salta de su asiento completamente asustado — ¡¿Qué demonios?!

— ¿Qué te pasa...

— ¡Ustedes dos!— gritan el profesor a cargo.

Anabeth cierra su boca y dirige su mirada hacía el frente; mientras que Harry regresa sus ojos hacía la ventana llena de viejas gotas de lluvia, pertenecientes a la llovizna de la mañana. Jude vino a su pensamiento una vez más, "¡oye idiota!" así era como Anabeth la había gritado hace unos momentos, recordó que así solía llamar a Jude.

El profesor colocó unas orejeras en su cabeza mientras que leía un libro, Harry supuso que él tampoco estaba entusiasmado de estar con ellos tres horas.

No tardó mucho para que el profesor se quedara dormido en la silla de la bibliotecaria con el libro sobre su rostro.

— ¿Qué es lo que te pasa Harry?— escuchó la voz de Anabeth, Harry puso su dedo índice sobre sus labios, haciendo señas de que guardara silencio — Cuando ese hombre se duerme ni un terremoto puede despertarlo...— responde —, ¿Qué tienes?

—No tengo nada.

—Desde que llegué no has quitado la mirada de la ventana.

—Solo estoy pensando Ana.

—Eso es raro en ti.

—JA-JA-JA— río Harry con sarcasmo —Solo estoy pensando...

— ¿En Jude?

Las mejillas de Harry inmediatamente se pusieron rojas y sus ojos se abrieron más de lo usual al instante.

— ¿Disculpa?

—No te hagas el tonto conmigo, te conozco desde maternal, se cuándo una chica te gusta— Anabeth, al ver la expresión de Harry se sintió orgullosa, había dado en el clavo —; al principio pensaba que se trataba de un malentendido, pero ese día en segundo de secundaria, cuando en laboratorio la profesora te asigno trabajar con ella, recuerdo perfectamente que dijiste "No quiero trabajar con ella , me va a contagiar alguna enfermedad venérea", comencé a sospechar; pero luego, la internaron en el hospital, desde entonces siempre estabas triste, yo sabía la razón pero no quería admitirlo, luego la dieron de alta y tu brillo regresó con ella.— Anabeth se había explayado contando sus sentimientos más de la cuenta, Harry la observaba atento con algo de vergüenza en su rostro —quizá siento algo de remordimiento hacía ella.

—No tienes porque...

— ¡No me interrumpas mierda!— Harry, cohibido se movió un poco hacía atrás —desde que me enteré que te gustaba, comencé a pensar que eras un estúpido descerebrado.

— ¿En serio?... ¿Solo por eso comenzaste a pensar que era un estúpido descerebrado?

—Bueno, ese día y además aquel que te vi en el examen de cálculo sumar 6+4 en una calculadora.

cáncer | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora