~Capítulo 39

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—Jude —escucho una voz ronca murmurar en mi oreja— Jude, tu hermano está aquí.

Abro los ojos lentamente y veo a Harry acostado a mi lado, mirándome con sus ojos tiernos, el cielo ya se encontraba oscuro y el reloj de la mesa de noche de Harry marcaba las 8:30 de la noche. Me levanté abruptamente al ver la hora.

— ¿Qué acaba de pasar?

—Nos estábamos besando y te quedaste dormida —responde serio.

—Oh Dios, soy de lo peor —murmuro.

—Sí; lo eres, pero ya no me sorprende.

—Lo siento, mi medicina hace que me quede dormida en los peores momentos, la última vez que me pasó estaba haciendo pipí y mi hermano tuvo que sacarme del baño, un día oscuro que realmente quiero olvidar.

—Hablando de tu hermano, lleva quince minutos esperando en el auto.

— ¿Llevas quince minutos tratando de despertarme? —pregunto algo avergonzada.

—No, llevo quince minutos ignorándolo y besándote mientras dormías.

—Demonios Harry, ¿enserio hacías eso mientras yo estaba dormida y con mi hermano esperándome abajo? ¡Eso da miedo!

— ¡Por supuesto que no hice eso!, ¿Qué clase de psicótico me crees?

—A decir verdad sí creo en la posibilidad.

—Acabas de partirme el corazón por décima vez —bromea, a lo que río en voz baja.

Me levanto de la cama aun usando la sudadera de Harry.

—Te la devuelvo mañana.

—No hay problema, quédatela.

— ¿No tiene algún tipo de enfermedad o algo, verdad?

— ¿Qué cosas asquerosas crees que hago por las tardes Jude? —pregunta, con un falso tono ofendido.

—No sé, no quiero saber. Si has hecho algo asqueroso con esta sudadera no me digas nada, prefiero morir no sabiéndolo.

—Te voy a acompañar ¿sí?

Me abre la puerta de su habitación y sale detrás de mí, me sigue escaleras abajo mientras tarareaba una canción de Beyonce. Al llegar a la entrada de su casa efectivamente, veo a mi hermano con la frente apoyada en el  volante del vehículo.

—Regresa cuando quieras —me dice Harry, apoyado en el marco de la puerta.

—Solo si prometes no volver a cantar Single Ladies otra vez —, Harry suelta una pequeña risa— hablo en serio. No lo hagas. Jamás.

Antes de que pueda girarme para entrar en el auto de mi hermano Harry me toma la muñeca bruscamente, me choco contra su pecho y levanto la mirada, el me observaba con una sonrisa, adoraba ver aparecer los hoyuelos en sus mejillas cada vez que sonreía. Nunca en mi vida me hubiera imaginado tener esos pensamientos tan extraños sobre Harry Styles.

— ¿Te vas sin darme un beso?, ¿qué clase de novia supositoria eres?

—Una que quiere llegar a su casa a ver el maratón de The walking dead.

— ¿Cómo puedes cambiarme por un montón de muertos vivientes? —pregunta ofendido.

—No te cambio por un montón de muertos vivientes, te cambio por Andrew Lincoln.

—Ay, cierra la boca —dice, callándome con un beso.

El repentino estruendo del claxon me hace pegar un salto, me separo de Harry y volteo a ver molesta a mi hermano, quien no paraba de tocar la bocina del auto.

cáncer | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora