—¡Quiero dormir!—le grito a mi hermano lanzándole una almohada, la cual esquiva con un rápido movimiento—Mamá tiene que decirte algo—dice Luke, tirando de mis pies para sacarme de la cama
—¡¿A las cinco de la mañana?!—exclamo, sujetándome de los asideros que hay en cada esquina del catre que sostiene mi colchón
—Si, es muy importante —me suelto de los asideros y Luke deja de forcejear— quiere mostrarte algo
—¿Mostrarme qué? —pregunto, frunciendo mis tupidas cejas
—Es una sorpresa
Finalmente me decido a levantarme de la cama, me pongo mis zapatos y bajo detrás de Luke por las escaleras. Mi madre se encuentra sentada en uno de los sillones que tenemos en el salón, su sonrisa parece contener emoción.
—¿Qué te pasa mamá? —al escuchar mi voz se exalta, se levanta rápidamente del sillón y esconde algo detrás de su espalda— ¿Qué tienes ahí? —pregunto, señalando el objeto que acaba de esconder.
Sin rodeos, ella saca el antiguo uniforme de el instituto en el que estudiaba hace aproximadamente nueve meses, antes de la recaída.
Me habían dado de baja en el Instituto, ya que el doctor lo sugirió, para un adolescente normal eso puede ser cosa de suerte, pero para mi es una mala noticia, ya que significa que te vas a morir pronto y es mejor que no te agobies con los estudios ya que posiblemente no te vayan a servir de nada, literalmente estarás enterrado a unos tres metros bajo tierra. Una vez me recuperé mi madre contrató a un profesor privado por si acaso, pero no me volvió a inscribir en el Instituto.
Este uniforme era distinto, era más grande y se veía nuevo.
—No creo que eso te quede mamá —bromeo, al ver que no deja de sonreír.
—Es tu nuevo uniforme niña tonta —dice— volverás a la escuela
Buenas noticias, se trataba de buenas noticias, mi madre no estaba alegre de que yo volviera a estudiar, si no por lo que esto implicaba, quería decir que estaba mejorando.
—¿Y el Dr. T está bien con eso? —pregunto, tragándome la excitación.
Completamente...corre —me dice— o llegaras tarde
Se siente bien escuchar eso de nuevo, vacilo un poco antes de tomar el uniforme y salir corriendo a toda prisa por las escaleras, emocionada entro en la ducha y mientras lavo mi cabello con el shampoo analizo nuevamente la situación. Volvería a ver a Gwen, Abby y Niall, mis mejores amigos, ellos me visitaron constantemente durante estos nueve meses que estuve encerrada en casa como ermitaña, pero sus visitas se redujeron considerable estos últimos dos meses, los entendía, ahora que habían pasado de grado estaban más ocupados con tareas y todo eso, también vería a personas no tan agradables como Maddie quien era una muy buena amiga hace años, era muy popular, pero ella era diferente, no era santurrona, egolatra ni malvada, era linda, bonita y amigable, a diferencia de mi que las aptitudes sociales no eran lo mío, y en cuanto al aspecto físico no le llegaba ni a los talones a Maddie, yo estaba todo el tiempo con ella, con Gwen y Abby, no descubrieron que estaba enferma hasta que tuve la recaída, entonces ella se alejó de mi y simplemente no volvió a dirigirme la palabra; justo ahí tomamos caminos separados. Maddie se infiltró en el grupo de la desquiciada de Anabeth Royals y Harry Styles; ellos eran el perfecto estereotipo de chicos populares de película americana, fastidiosos, con aires de grandeza y egolatras además de ser increíblemente bellos. Me eran completamente indiferente, pero Harry. Harry es una historia aparte, desde que lo conocí a los once años ha sido la persona más indeseable que jamás hubiera conocido y su recuerdo hace que se me quiten las ganas de regresar al Instituto, posiblemente él es el que me provoca cáncer.
Salgo de la ducha y me pongo el uniforme que consta de una camisa blanca formal, un suéter azul obscuro y una falda a cuadros azules y blancos, teníamos que llevar unas calcetas obscuras por reglamento y por último unos zapatos negros.
Me paro frente al espejo en donde me trenzo el cabello hacía un lado, haciendo que este caiga sobre mi hombro derecho, me admiro un momento en el espejo. Nunca me sentí la chica más bonita sobre el mundo, cuando tuve la recaída era una niña pálida, pequeña y escuálida (más de lo habitual), no tenía cabello y mi cara era huesuda y redonda al mismo tiempo, estaba hecha un desastre; nada había cambiado desde entonces, simplemente mi cabello había crecido considerablemente y era un poco más alta, pero seguía siento la chica pequeña, delgada y físicamente frágil de antes, con ese rostro de niña de doce años, sinceramente no entiendo como mi último novio se ha podido fijar en mi, aunque claro, en ese entonces teníamos 14 años. A pesar de que mi cara no sea desagradable ni fea hay chicas buenas y con pechos por todas partes mientras que yo soy tan pequeña.
Bajo corriendo las escaleras dispuesta a encontrarme a Luke en el salón, esperándome ya listo con su mochila en mano. Al verme se levanta y camina detrás del sofá y saca una mochila violeta
—Tómala —dice extendiendo la maleta llena de libros.
—Gracias —digo colgándola en mi hombro izquierdo.
—Te vez sexy con tu uniforme —dice mi hermano arqueando ambas cejas.
—Eso suena un poco asqueroso viniendo de ti.
—Es en serio —exclama— si te prostituyéramos usando eso seriamos millonarios.
—¡Luke! —lo regaña mamá. Ella se levanta del sofá y se para frente a mi, poniendo ambas manos sobre mis hombros— estoy preocupada de que Luke te lleva a la escuela estando él al volante...
—Espera un minuto mamá —la interrumpe Luke— hace un año que obtuve mi permiso y conduzco yo solo a la escuela pero, ¿solo te preocupas si ella me acompaña?
—Es que ella es mi niña, la que saca buenas calificaciones y se parece a mi físicamente, la más bonita y además la menor, es natural Luke.
—Acabas de romperme el corazón...
—Tu no tienes corazón Luke —bromeo.
—Es broma cariño— la rubia se acerca a su hijo para ponerse de puntillas y plantar un beso en su frente.
—Odio cuando bromeas así conmigo...
—Ya váyanse.
Entonces salimos de la casa y subimos al viejo auto usado que mamá le había regalado a Luke en su cumpleaños numero 17, mamá se encuentra de pie en la puerta, se despide con la mano y suelta un sollozo que puedo escuchar a distancia, ella siempre había sido una mujer llorona. Luke enciende el motor y partimos.
—¡pónganse el cinturón de seguridad! —la logro escuchar gritar antes de perderle de vista.
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cáncer | harry styles
FanfictionJude Hemmings, una chica de 16 años que padece cáncer, una chica apática, necia y con un cruel sentido del humor. Harry Styles por otra parte es un adolescente inmaduro, torpe y escandaloso. Harry guarda un secreto desde hace más de cuatro años. Do...