cáncer | harry styles

~Capítulo 33

—Realmente no puedo, declaro que detesto la química— exclama Niall, tirando su lápiz completamente exhausto sobre la mesa.

—No pienses tanto, puedo ver el humo saliendo de tu cabeza.

—¿Cómo es posible que alguien en este mundo pueda aprenderse todas estas reglas?

—No puedes aprenderte 60 reglas, sin embargo memorizaste todas las canciones de High School Musical— respondo.

—Solo recuerdo cosas importantes.

Suelto una risa (aunque realmente se escuchó más como un resoplido), y comienzo a mirar alrededor hacia las demás mesas del laboratorio, las cuales se encontraban organizadas en forma de "U"; por un lado estaban Gwen y Karen, su compañera de mesa, y por el otro se encontraban Abby y Justin, y justo frente a mi mesa, estaba Harry y Anabeth. Junta a dos estúpidos en una mesa de laboratorio y lo unico que obtienes es una explosión, aunque era divertido levantar la vista y ver a dos simios jugando con probetas y vasos de precipitado.

—¿Crees que si repruebo química aún me acepten para ser stripper?

—¿Con esas piernas de pollo?, no creo que te acepten ni para estar dentro de una botarga

—¿De qué hablas?, si mi novia dice que tengo un cuerpo hermoso, aunque creo que está conmigo solo por el sexo— exclama orgulloso y con la barbilla en alto.

—Estoy segura de que la batería de mi celular dura más que tú.

—Te equivocas, en la cama soy como un soldado en batallón— Niall y yo nos miramos por unos segundos, él con una cara sonriente.

—Eres virgen ¿verdad?

—Si—, responde con la cabeza gacha— pero Abby y yo nos damos unos besos muy apasionados.

— ¿Besos apasionados? ¡wow!, ¿y usan protección?

— ¡Odio tu estúpido sarcasmo!— exclama, tomando mis mejillas y estirándolas con fuerza.

— ¡Auch!, ¡me lastimas bruto!

— ¡Ustedes dos!— grita la maestra.

Niall suelta mis mejillas, las cuales me quedan doliendo.

—Si no terminan los ejercicios a tiempo, los veré en castigo toda esta semana

Niall y yo nos acomodamos en nuestros asientos, mirando cabizbajos hacía el frente.
Harry tenía la mirada fija en nosotros y de él se desprendía un aura no muy agradable, pero simplemente lo ignoro y regreso la vista hacia abajo, observando mi libreta de notas.

Al acabar las primeras cuatro clases, lo primero que hago es dirigirme a mi casillero para guardar mis libros; la puerta de éste se cierra de repente.

—¿Acaso tratas de cortarme los dedos?— exclamo, descubriendo a un Harry sonriente justo a mi lado.

—¿Qué te pasa?— pregunta con una mirada soberbia.

—¿Por qué preguntas?

—Sentí tu mirada de "voy a cortarte las pelotas" toda la clase de química y me ignoraste por completo en matemáticas.

—Lamento ser la primera persona en no prestarte la atención por la cual estás tan desesperado —respondo.

Doy media vuelta y comienzo a caminar.

—¿Estás molesta?— pregunta, siguiéndome.

—¿Por qué debería estarlo?

—¿Acaso mal interpretaste algo?