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Chicago, IL.

Septiembre 19

Aún recuerdo mi décimo cumpleaños.

-¡Sopla las velas Jude!- gritaba mi madre

Mi tía Sophia, mi mamá y mi hermano me rodeaban mientras que mi padre se encontraba al fonto de la habitación, fumando y mostrandome una cariñosa sonrisa, el fuego vivaz y parpadeante se movía en ondas irregulares frente a mi, llevaba ya cuatro semanas continuas con gripe, pero nada arruinaría mi décimo cumpleaños, me incline hacía el pastel de chocolate blanco y entubé mis labios para soplar las velas, pero inmediatamente unas ganas de sacar mi organismo por la boca se apoderaron de mi cuerpo, comencé a toser sin control durante unos segundos, una vez me estabilice observe como mi madre, mi tía y mi hermano me miraban horrorizados, mire hacia abajo, la crema blanca del pastel se encontraba salpicada con pequeñas manchas rojas, lleve mi mano hacia mi boca, en donde sentí una sustancia tibia y pegajosa, sentí el sabor metalizado de la sangre en mi labios, y cuando mire mi mano; esta se encontraba llena de ese líquido rojo y espeso, inmediatamente me llevaron al hospital.

Chicago, IL.

Septiembre 19 del siguiente año.

-¡Feliz cumpleaños Jude!- gritan a la par

Sonreía a pesar de que la cánula impedía que mis mejillas se expandieran.

-Te vez preciosa hermanita- dijo mi hermano Luke, con quien nunca había tenido una buena relación.

Sabía que era mentira, sabía que me veía nefasta, con la piel pálida y fría, mi cara huesuda pero al mismo tiempo inflamada, esas enormes ojeras negras y esos labios amoratados y agrietados, pero lo más notorio era mi falta de cabello, parecía más muerta que viva, pero apreciaba su intento de subirme el ánimo. Extraño a mi papá.

Chicago, IL.

Enero 15, dos años después de mi diagnóstico.

Me ahogaba, podía sentirlo, el doctor le susurraba a mi madre que era mejor desconectar el respirador, ella sollozaba, lo veía a través de la pequeña ventana de la puerta, ella entro con su mejor sonrisa; pero las sonrisas ya no significaban lo mismo para mi, cada vez que alguien sonreía para mi quería decir que se acercaban malas noticias, sin embargo, mamá no me quería ver llorar. Una vez estuviera muerta, sabía que el único tesoro de mi madre sería Luke. Sentía el sabor del vómito en mis labios.

Reino Unido, LN.

Octubre 23, cuatro años después de mi diagnóstico.

Me habían trasladado a el Reino Unido para tratamientos más avanzados, justo el lugar en donde nací. Logré superar el tratamiento en estos dos años, mi cabello estaba corto y algunas veces me confundían con un niño, tenía el mismo corte de cabello que mi hermano, vergonzoso ¿no?, mi madre firmaba unos papeles para que yo por fin pudiera salir del hospital.

Por primera vez en cuatro años, me sentía feliz.

cáncer | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora