Eren lo sintió, aquellos brazos protectores, aquellos brazos que buscaban ponerlo a salvo y después...después un dolor agudo le atravesó las entrañas, caía...caía más y más...oscuridad era todo lo que podía ver....luego los gritos...voces....murmullos y mucho frio, no lograba entender, pero aun sentía a su capitán que lo tenía aferrado hacia si....cuando su vista se enfocó mejor en lo que estaba alrededor lo pudo ver....un lugar sombrío...sin luz solar y ellos dos se precipitan hacia una enorme extensión de agua rojiza...rojiza...como la sangre.
Cayeron a aquel lago y lo comprobó...era sangre y mientras pataleaba para salir a flote con el cuerpo de su capitán que no se movía que era solo un peso muerto aferrado a él, trago de aquella sustancia y su paladar se llenó de un sabor metalico....se ahogaba...cada segundo menos aire...trataba de tomar más aire, aquel aire que también le quemaba los pulmones como si tuviera fuego en el...ya no podía respirar y entonces....entonces sus manos se aferraron a una tierna hierba.
- ¿Hierba? – sentía la garganta cerrada y sus ojos ardían, había una cálida luz que se filtraba a través de sus parpados entrecerrados y golpeaba su retina...con los músculos adoloridos levanto medio cuerpo apoyándose en sus codos, su visión estaba borrosa, pero poco a poco se aclaraba y entonces lo vio, estaba en el patio de entrenamiento del cuartel de la Legión – ¿acaso todo aquello había sido una pesadilla y se había quedado inconsciente entrenado? – pero entonces lo vio, ahí a su lado respirando erráticamente pero inconsciente estaba su Capitán con los dedos aferrados a su capa.
- ¿Que paso aquí? – su mente era un revoltijo de preguntas, pero volcó toda su atención al hombre de cabellos azabaches – ¿Capitán? ¿Capitán?...despierte – nada, el hombre no respondía, lo tomo en sus brazos, y lo noto a pesar de todo aquel cuerpo era liviano.
Lo llevo a su habitación, le quito las botas, le seco con una toalla, lo acostó y lo cubrió con las matas, arrastro una silla y se sentó al lado de la cama a esperar que su superior despertara.
Varias horas después cuando la luna estaba alta en el cielo, escucho el golpeteo de los casco de los caballos, bajo a toda velocidad y los vio, la tropa de la Legión estaba regresando, dos minutos más tarde los brazos de Mikasa lo tenían envuelto en sus brazos como tentáculos de pulpo a su presa.
- Eren, Eren, Eren – lloraba, Mikasa lloraba – creí que te había perdido, Eren – las lágrimas le mojaron la ropa, poco después Armin, Hanji y Erwin se acercaron.
- Eren tenemos que hablar – la voz del comandante le lleno los oídos y el solo pudo asentir desde su posición
Las velas del despacho del Comandante crepitaban, los ojos azules estaban fijos en el muchacho de cabellera castaña.
- ¿Qué fue lo que paso hace unas horas Eren? –
- No lo sé, señor – la voz era débil aun le ardía la garganta
- Hanji dice que desaparecieron, como si fueran una ilusión, ¿acaso ese es otro poder tuyo Eren?, dime Eren ya había pasado antes – Erwin necesitaba una respuesta rápido, aquello se había salido de su comprensión
- No señor, nunca y no sé qué paso - en su mente estaba el hombre menudo que reposaba a unas habitaciones de ahí
- ¿Y Levi, Eren? – Hanji se oía preocupada
- En su habitación señora, el capitán esta inconsciente, no logre despertarlo – sus ojos temblaban de preocupación.
- Erwin me retiro, quiero ir a revisar a Levi – las manos de Hanji se apretujaban en sus ropas.
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Destino Erróneo
RomanceEl amor puede ser tan imperdonable como asesinar y es mejor a veces jamás intentar nada que dejarlo entrar...El amor es catástrofe...el amor es perdición.