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Un año y medio atrás.

—¡Luke! ¡Luke! ¡No permitas que me dejen aquí! ¡Por favor!—grité mientras aporreaba la puerta—¡No necesito la puta ayuda de nadie!

Podía ver a Luke a través de la ventana de mi "celda", estaba caminando para irse, a varios metros ya, pero se dio la vuelta y se acercó.

—Si que necesitas ayuda Holy. Sólo estarás aquí un tiempo, dentro de poco saldrás de aquí orgullosa de haberlo superado.

—¡Pero yo no quiero superarlo! ¡Son la única forma de olvidar, de no sentir!—continué gritándole, las lágrimas se resbalaban por toda mi cara.

—Sé que es tu forma de huir de la realidad, pero no puedes huir de ella toda tu vida, tienes que afrontarla y dejar de jodértela más con lo que te piensas que es el escape.
Las drogas sólo empeoran tu vida.—Él intentaba no mirarme con pena, pero no podía evitarlo.

—Lo sé, pero ya está tan jodida que no pasa nada si se jode un poco más—sonreí tristemente—, y como tú has dicho las drogas me ayudan a escapar de la realidad. ¡Son mi salvación, no lo ves! Si no fuera por ellas no seguiría viva.

No me gustaba que nadie me viese llorar, me di la vuelta y cuando me giré Luke ya no estaba.

Los días pasaban y echaba tan en falta las drogas que decidí que necesitaba un nuevo vicio. Una nueva adicción a la que aferrarme.

Y allí no habían muchas opciones.

Así que me decanté por una que en un principio me resultó asquerosa pero que terminó siendo una fuente de inmensa satisfacción sexual.

Pero eso no tiene importancia.

Estuve tres meses en el centro de desintoxicación. Me sentía tan impotente por la falta de drogas y tan deprimida...sólo quería dormir, dormir para siempre.

Cada vez comía menos, pero continuaba comiendo cantidades decentes porque me obligaban. Cuando salí tenía diecisiete.

Mi madre se había ido de casa casi un año atrás, así que sabía de sobra que no iba a venir el día que salí.

Lo que no esperaba es que no viniese mi padre, solo vino Luke.

Me abrazó, me felicitó y me llevó a mi casa.

Los siguientes meses fueron duros. Mi padre pasaba de mí. Volví a clases, a cursar el segundo año de bachillerato, y el bullying volvió. Cada vez tenía más ganas de morirme y comía menos.

Terminé volviendo a probar las drogas y con anorexia. Mi padre me obligó a volver al centro.

La verdad es que jamás quise dejarlas realmente. ¿Por qué iba a dejar algo que me hacia sentir tan jodidamente bien, que me ayudaba a olvidar?

En el centro hice una amiga que fue la que consiguió abrirme los ojos y hacerme ver cuán equivocada estaba, hablaré de ella en otra carta.

Hacia mucho que no relataba un hecho del pasado. Quizás vuelvo a hacerlo porque ahora se va a acercar la parte dolorosa del "presente" y no sé si voy a ser capaz de escribirla.

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Van a volver los caps del pasado, tambn son necesarios.

No voy a pausar la historia, jamás me replanteé hacerlo realmente, solo estaba enfadada. No cuesta nada votar, y de hecho me funcionó un poco la nota, a raíz de ella cinco fantasmas votaron todos los caps. Siento haber asustado a las que sois lectoras fieles.

¿Les gustó este cap?

¿Qué piensan que es lo malo que se acerca en el "presente"?

Recuerden pequeños detalles e indirectas. Hay uno de hace mucho sobre el que incluso hice pregunta y recalqué, que quizás les podría ayudar a sacar algún teoría. Nvo.

No, no se me han colado esas tres letras.

Muchas gracias por 17.7K! <F

Fucking Society.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora