Si llega a 100 comentarios para mañana, mañana subo otro. Ya lo tengo escrito :3
_______________________Me desperté al medio día y conduje hasta el lugar de comida rápida más cercano. Fui a la caja a pedir y casi se me cayó el monedero de la impresión.
—¿Está bien?—me preguntó. Joder, hasta la voz era igual.
—¿Jenevie?
—Debe haberse equivocado—habló con calma—¿Qué va a pedir?
—Te pareces muchísimo a una amiga que tuve—seguí insistiendo.
—¿Va a pedir algo o no?—preguntó algo irritada.
—La BBQ y una Pepsi.—Puse los ojos en blanco. Se fue a la parte trasera y le dijo algo a una compañera. Más tarde la vi a fuera del restaurante, a través de la ventana, andaba rápido y miraba hacia atrás.
No lo dudé y salí sin importarme mi pedido ya que por suerte aún no lo había pagado.
Mi móvil comenzó a sonar. Era Jasher. Lo cogí por si acaso, sin dejar de seguir a la chica.
—Ve al grano. Estoy corriendo detrás de alguien—le avisé.
—Hola a ti también Holy. ¿Dejas a Elty y ya estás persiguiendo otro culo?
—No es de tu incumbencia. Y te dije que vayas al grano.
—Está bien. ¿Sabes si Elty sigue drogándose?
—Lo admitió él mismo. No vuelvas a llamarme si no es importante. No quiero saber nada de vosotros dos.
—Yo no te hice nada, preciosa.
—Me mentiste, igual que él. Mierda, la he perdido de vista.—Colgué. Y miré a todos lados. No la encontré. Pero era imposible que fuese Jenevie. Por mucho que se parecía no terminaba de ser del todo igual.
Cansada por lo rápido que había andado tomé dos respiraciones profundas y volví hacia atrás. No había pasado mucho tiempo, así que aunque la que me atendió me dijo de mala leche que disfrutara mi frío pedido, pude recogerlo. Comí y retorné al coche.
Conduje a mi casa, con las ideas más claras que antes.
Al llegar cual fue mi sorpresa al encontrarme a mi madre delante de la puerta. Entrecerré los ojos y salí rápido. Me dispuse a abrir la puerta sin siquiera mirarle.
—Holy, no me ignores.—Su cercanía me ponía nerviosa y no conseguía abrir la puerta—. Vine a hablar de cómo están las cosas con tu padre.
—Que pusiera de su parte un espermatozoide no significa que lo sea. Y tampoco tú.—Conseguí abrir la puerta y le cerré en sus narices.
—Tan cobarde como siempre—me dijo del otro lado. Y sin pensarlo abrí enfadada. Pasó, cómoda como si fuera su casa. Llevaba unos vaqueros y una camiseta lisa, eso era raro en ella.
—Adelante, finge que te importo por cinco minutos, pero no vuelvas a venir.
Se sentó elegantemente en el sofá y cruzó las piernas.
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Fucking Society.
Short StorySer juzgada nunca antes le dolió tanto. Punky. Activista. Orgullosa de pasar la tarde en un cementerio con sus amigos del grupo de alcohólicos anónimos. Feliz al margen de los estúpidos prejuicios de la sociedad. *** -Das miedo-me dijo el chico que...