Narra Jasher
—Te perdonará—intenté reconfortarle—, o no. Pero la vida sigue.
—Menudos consuelos me das.—Siguió llorando y gastándome más pañuelos.
—Esto me recuerda a los viejos tiempos.
—Yo no te consolaba así de mal cuando lo de tu cleptomanía.
—Pues yo no recuerdo que se te diese muy bien, por algo robabas dinero para pagarme el psicólogo.—Le acaricié el pelo.
—No aproveches Sean—me advirtió. Levanté las manos en gesto de inocencia.
—Es difícil cuando tienes la cabeza sobre mi regazo.—Me lanzó un cojín a la cara. Él estaba tumbado en el sofá y yo sentado.—Au, joder, me ha dado la cremallera en el ojo.—Comenzó a partirse de risa, me alegró verle un poco feliz.—Echaba de menos tu risa—murmuré y me acerqué. Elty colocó su mano en mi pecho y me apartó.
—Sean, joder.
—Lo siento—le dije sinceramente. Era muy egoísta aprovecharme de la situación, pero era el momento perfecto—. Me cuesta controlarme cuando se trata de ti.
—No vine para que ligues conmigo.
—Está bien, ya paro. ¿Qué tal...si jugamos a algo? Tengo un arcade.
—¿Cómo lo conseguiste?
—Aún venden. No se comparan con los antiguos, pero son arcades al fin y al cabo.
Bajamos al sótano y jugamos un rato largo a los marcianitos. Le dejé ganar para intentar que se animase mínimamente.
—No es divertido si me dejas ganar—me dijo.
—No estoy haciendo eso.
—He tenido bastantes mentiras a mi alrededor últimamente. No quiero más por pequeñas que sean, Sean.—Se rió al decir esto último.
—Ja, ja, ja. Ese juego de palabras es una mierda. Y te recuerdo que tú decidiste mentir.
—Lo sé, y por ello la he perdido.—Le pasé una cerveza y nos sentamos en unos taburetes.
—Las palabras son poderosas Elty, y las mentiras son palabras. Pueden destruir y crear, pero todo lo que crean termina destruyéndose.
Dio vueltas a la lata, pero no la abrió.
—Si le hubiera dicho la verdad mucho antes también me habría dejado. ¿Quién querría estar con alguien que no sabe seguro si te ama?
—Pero al ser más pronto no le habrías hecho tanto daño. Pensaba que eras más inteligente.—Me fulminó con la mirada.
—Para aclararme he de saber si Marien está viva. Y necesito tu ayuda.—No era la primera vez que me hablaba de que pensaba que Marien no había muerto.
—No lo está Elty.
—¿Y qué me dices de la foto? ¿De la fecha?—Le dio vueltas más rápido a la lata.
—Yo hice la mezcla de la jeringuilla, era mortal—confesé.
—Jamás me contaste eso.
—No es algo que me guste decir en voz alta, obviamente.
—¿Y cómo sabes que esa mezcla era la que estuvo en la última jeringuilla?
–¡Dios Elty!—Di un golpe en la mesa con mi lata—. Está muerta. Asúmelo, igual que yo lo hice. Y deja de tener falsas esperanzas e intentar transmitírmelas.
—No lo está, lo verás.—Se levantó enfadado.
—Ahora deberías estar centrado en otra persona, no en una muerta.—Mis palabras eran duras, pero mierda, si no lo aceptaba solo se iba a perjudicar más.
—También lo hago por Holy. Si la encuentro me aclararé y...
—Oh, no. No vayas por ese camino Elty. Esto lo haces por ti y solo por ti. Porque sigues sintiéndote culpable. Ni siquiera es porque la querías.—Me lanzó la lata a la cabeza, pero conseguí esquivarla.—No estás bien.
—No es porque me sienta culpable, no vuelvas a decir eso—espetó con furia.
—Las drogas te han afectado lo suyo. En tu vida me habrías tirado algo a la cabeza, ni aunque hubiera mencionado a tu madre, y como se suicidó.—Se acercó a mí y rodeó mi cuello con sus manos. Apretó y comenzó a faltarme el aire. Puse mis manos sobre las suyas para intentar apartarlas, pero no podía. Cuando ya sentía que me ahogaba, le pegué una patada en sus partes, consiguiendo que liberara su agarre.
—Dios—exclamó.
Pegué una bocanada profunda y me apoyé sobre la pared.
—Estás jodido Elty—musité.
—No pensé antes de hacerlo, lo siento
—Vete de mi casa—le señalé la puerta—. Ahora. Y consíguete un psicólogo.
—No me hace falta—Después de decir eso se fue. Hizo un intento fallido de portazo, pero la puerta estaba algo rota y rebotó.
Con lo de su madre solo pretendía provocarle, ver hasta dónde podía llegar. Comprobar que realmente no estaba bien, en el pasado había metido la pata otras veces con ese tema y no había reaccionado de forma violenta. Quería pensar que no seguía drogándose, pero era perfectamente capaz de cambiar sus resultados cuando le examinaban, y no sería de extrañar que siguiese.
Cogí el teléfono y marqué a alguien que podría saberlo.
—Ve al grano. Estoy corriendo detrás de alguien—fue lo primero que me dijo.
—Hola a ti también Holy. ¿Dejas a Elty y ya estás persiguiendo otro culo?—bromeé.
—No es de tu incumbencia. Y te dije que vayas al grano.
—Está bien. ¿Sabes si Elty sigue drogándose?
—Lo admitió él mismo. No vuelvas a llamarme si no es importante. No quiero saber nada de vosotros dos.
—Yo no te hice nada, preciosa.
—Me mentiste, igual que él. Mierda, la he perdido de vista.—Colgó sin siquiera despedirse.
Me encargaría de ayudar a Elty con el tema de las drogas, pero antes tenía que ocuparme de otro asunto.
Marqué otro número.
—Soy Sean.
—Más te vale que sea importante.
—Elty piensa que Marien está viva, tenemos que hablar.
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¿Alguna teoría?¿Les gustó que narrara Jasher?
¿Les gustó el capítulo?
Extrañé subir, ya terminé todos los exámenes del curso :D
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Fucking Society.
Historia CortaSer juzgada nunca antes le dolió tanto. Punky. Activista. Orgullosa de pasar la tarde en un cementerio con sus amigos del grupo de alcohólicos anónimos. Feliz al margen de los estúpidos prejuicios de la sociedad. *** -Das miedo-me dijo el chico que...