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Intenté conseguir drogas por mis propios medios, pero al chico al que Jenevie a su forma se las compraba, le habían pillado, y estaba de juicios. En el presente está en la cárcel.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que mi problema era muy grave, demasiado. Sentía que mi vida ya no tenía sentido, y no quería sentirme así. Y la muerte de mi amiga me dolió jodidamente, pero me dolió más haber perdido a quien me proporcionaba drogas, eso no era normal. No podía creer hasta qué punto me había hecho dependiente de las drogas, yo no quería depender de nada y menos de algo así. En el fondo seguí queriendo drogarme los siguientes meses, pero desde lo de Jenevie y lo de que pillaron al camello una parte de mí empezaba a replantearse que debía dejarlo, cosa que ya llevaba mucho tiempo sin pensar. Debía superarlo.

La conclusión sería que no lo dejé solo por la muerte de Jenevie. Lo dejé porque ya no tenía acceso a ello, y jamás me había sentido tan mal como en esos momentos. Era como si me retorciesen el hipotálamo, como si exprimieran todo sentimiento positivo y dejaran los negativos flotando en mi interior. Ahogándose porque se habían acostumbrado a una forma de vida a la que ya no podían acceder. Me quitaron la tela de los ojos, y el mundo que había construido se rompió. Y no quería reconstruirlo. Quería volver a vivir en el mundo real por duro que fuese.

La muerte de Jenevie fue mi propulsor, fue una puerta que encerró además de a una persona importante, a las drogas, para que no volvieran a salir. Pero al final lo superé por mí, solo por mí. Porque quería seguir viviendo, y las drogas ya habían comenzado a matarme.

Estuve tres meses más allí hasta que por fin me dieron el alta.

El día que me la dieron lloraba emocionada mientras Luke me abrazaba.

-Sabía que lo conseguirías.

-Yo jamás pensé lograrlo.

-Pues lo hiciste-Me sonrió ampliamente-. Estoy muy orgulloso de ti.

-Yo también lo estoy.

También me prometí que nadie volvería a hacerme daño como me lo habían hecho, y mi sinceridad, además de ser parte de mi personalidad, se convirtió en mi escudo. No era sobre convertirme en una roca, era sobre defenderme, sobre no dejarme pisotear como lo había hecho en el pasado. Podría haber denunciado a Lynnette a la policía, podría haberlo hecho perfectamente, pero nadie me apoyó y no fui capaz de solucionarlo sola.

Hasta los acontecimientos de la primera carta pasaron cuatro meses en los que seguí asistiendo a terapias grupales de Narcóticos anónimos. Allí hice algunos amigos.

Y en esos meses bebí varias veces, mis problemas con el alcohol nunca fueron muy graves, y de hecho esos meses lo llevé bien. De vez en cuando también fumaba. Pero no volví a tocar las drogas.

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En un ratito el último capítulo del pasado. Pero realmente como que el cierre es este.

¿Les gustó cómo terminó el pasado? Queda uno, sí, pero ya lo entenderán.

¿Qué es lo que más les ha gustado de los capítulos del pasado?

¿Los echaran de menos?

En los primeros capítulos dice que ella iba a reuniones de Alcohólicos Anónimos y no de Narcóticos anónimos (drogadictos)

Tengan en cuenta que he escrito esta historia sobre la marcha y cuando la comencé no tenía casi nada planeado. Al terminar la editaré y arreglaré todos esos detalles que o encajan

Fucking Society.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora