-82-

660 108 34
                                    

Un año y medio atrás.

Hacía encargos y John se quedaba el dinero, él insistía en darme la mitad, pero ignore me negaba, bastante hacía ya dándome un lugar donde dormir y comer, un hogar.

—¿Por qué tu hijo nunca está?—le pregunté por curiosidad. Sabía que tenía un hijo pequeño.

—Vive con mi hermana.

—¿Por qué?

—Es una larga historia, pero así es mejor.

—¿No le echas de menos?

—Le veo de vez en cuando.

Llevaba ya unos pocos meses viviendo con John. Seguía consumiendo drogas, la culpabilidad por matar a mi propio hijo sin nacer no me abandonaba, pero cuando estaba drogada sí.

Esa tarde recibí un mensaje de Lynnette, no la había visto desde que terminé la secundaria, por suerte. Y no sabía cómo había conseguido mi nuevo número.

"Menudo vídeo, la confirmación de que eres una puta. Una amiga me lo pasó, y cómo no, no podía ser tan egoísta de no compartirlo con nuestros antiguos compañeros."

Varias lágrimas se deslizaron por mi rostro al leer eso. Me puse un cojín en la cara para amortiguar los gritos de impotencia que pegué minutos después. El vídeo ya no estaba en YouTube, pero jamás dejaría de circular. Todas las personas que se metieron conmigo y más que no se fijaron en mí estarían riéndose y viéndolo ahora mismo, Lynnette era capaz de habérselo enviado absolutamente a toda la secundaria. Y dios, si Luke lo había visto, el único amigo que había tenido...

Continué llorando un largo rato, John no estaba.

Me sentía tan hunillada, indignada y enfadada. Quería desaparecer, no dejaban de pasarme cosas malas y estaba harta de sentir este dolor. Pero ellos no ganarían por completo, no me arrebatarían la vida. Y había algo que hacía desaparecer temporalmente el dolor. Pero si en esos momentos me drogaba no sería en una cantidad muy pequeña como estos últimos meses, eso no sería suficiente para librarme del dolor. Y aunque no dejaba mi adicción sabía que estaba mal, que me hacía mal, que jodía todo más. Me prometí no consumir ese día, pero hice lo peor que podía hacer, volví a coger mi móvil. Estaba repleto de mensajes horribles de todos mis antiguos compañeros.

"Tan zorra como siempre pensamos."

"Eres estúpida, acostarte con un capullo que subió un vídeo follándote? O quizás le dejaste, hay gente a la que le gusta ser observada, y con lo rara que eres no me extrañaría."

"Siempre cagándola, a ver si te matas de una vez."

"Ni siquiera eres digna de observar desnuda, adelgaza un poco, foca. "

"Siento pena por lo que te han hecho. No hagas caso a los gilipollas ignorantes."

Ese último me sacó una pequeña sonrisa pero no compensaba esos de arriba y otros muchos más que habían. Encima los leí todos para torturarme, era tan estúpida, tenían razón.

Estampé el móvil contra la pared y cogí todos mis ahorros.

Al día siguiente me desperté en el hospital. Mi padre estaba en la habitación, mirándome decepcionando, no era una mirada que no hubiese visto antes. John le había llamado.

—¿Por qué Holy?

—No finjas que te importa—dije con voz ronca. Entrecerré los ojos, tenía un horrible dolor de cabeza.

—Una chica de tu clase te encontró inconsciente y llamó a la ambulancia. Si hubiese tardado un poco más estarías muerta.—Por primera vez lucía preocupado por mí.

—Hubiese sido lo mejor.

—Volverás al centro de desintoxicación en cuanto te den el alta.

—¡¿Qué?! ¡No!—grité.

—No estás bien Holy, sé que jamás te traté como te merecías, y te he dicho cosas horribles, pero muy en el fondo te quiero un poco. Y no voy a dejar que mueras así.—Una lágrima cayó de su ojo derecho, la secó y se fue.

_____
¿Opiniones?

Quizás suba más tarde capítulo del presente :)

Fucking Society.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora