Fucking Society.

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Respondan las preguntas/comenten a lo largo del capítulo y subo mañana.

Dedicatoria a la persona que más comente :)

son los últimos capítulos, no les cuesta nada dejar aunque sea un comentario, ni siquiera exijo, solo les animo con la recompensa de subir más pronto.

Y tampoco doy la tabarra con los votos.
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Me desperté por el puto sol dándome en la cara. Aunque no veía nada el calor se sentía bien, y me sentía en paz, simplemente en paz.

Me vestí y desayuné tranquila, aún me quedaba una hora para ir a trabajar. El mes siguiente empezaría el primer año de bachillerato artístico y el horario no era compatible con mi actual trabajo, tenía que ir buscando otro.

La mañana transcurrió aburrida, como la mayoría, solo iba de lunes a jueves. No pagaban mucho, pero era suficiente para pagar el alquiler y necesidades básicas. Y algunas veces cuidaba a mi vecino Onik, lo mencioné hace mucho, su hermano mayor, Shoon; se suicidó por bullying.

Ese día lo único más o menos interesante que pasó fue que me tropecé gracias a un chico torpe llamado Alan. Se le cayó un estuche abierto al suelo y por no mirar me resbalé con todos los lápices.

—Joder—murmuré. Me había caído hacia atrás y mi espalda dolía lo suyo.

—Lo siento—me dijo y me dio la mano para ayudarme a levantarme. No la cogí.

—Ten más cuidado.

—Ha sido sin querer.—Puso los ojos en blanco. Comenzó a recoger los lápices y a meterlos en el estuche.

No volví a verle en todo el día. Llegué a casa con la esperanza de poder simplemente hacer el vago, pero mi madre estaba delante de la puerta.

—Dios. ¿Qué quieres esta vez?

—Lo que llevo queriendo desde hace mucho tiempo. Una segunda oportunidad.

—No te la mereces, ¿tanto le cuesta a tus neuronas procesar eso?

—No me hables así.

—No vuelvas a mi casa.

Abrí la puerta, me empujó y entró.

—No me iré hasta que hablemos y te convenza.—Se sentó en el sofá y cruzó las piernas.—¿Tienes té?

—No para ti. Vete de mi casa—le pedí firme—. Simplemente verte me pone mal. Me entran ganas de estampar tu cara contra la pared, y me provoca más rabia de la que ya tengo el no poder hacerlo—me sinceré. Me ponía tan furiosa su simple presencia. Tomé una respiración profunda.

—Hazlo—me animó.

—Sabes que no voy a hacerlo. Eso no me quitaría todo el odio que siento hacia ti.

—Holy, no sé qué más hacer, lo siento de verdad.—Se levantó del sofá y se arrodilló—. Perdóname por favor.

—Buena actuación. Subiré a echar la siesta. Cuando quieras irte de una vez sabes dónde está la puerta.

—Está bien me iré. Pero lee esto.—Metió la mano en su bolso y sacó un sobre muy elegante. Ya me imaginaba lo que era. Por fin salió por la puerta.

La leí. Su boda sería en dos meses. Arrugué la invitación y la tiré a la basura. Bho se merecía a alguien mejor, mucho mejor.

El sonido del timbre me despejó de mis pensamientos. Esperaba que no fuese mi madre. Al ver quien era abrí sin dudarlo.

—Ho-oly—sollozó.

—¿Qué ha pasado?—Todo su rostro estaba empapado en lágrimas. Y sus ojos estaban completamente vacíos, nunca le había visto así. Parecía un muerto viviente. Se tiró al suelo, se agarró de mi pierna y sollozo más, notaba sus lágrimas contra mi piel, pero no me importó.—¿Qué ha pasado?—repetí.

—Se ha ido—musitó y soltó varios sollozos más—. Se ha ido, se ha ido, no...

—¿Por eso te has puesto así? Mierda Jasher, me asustaste. Sí, Elty se ha ido, ¿y qué? Tiene derecho a rehacer su vida lejos de nosotros.

—¡No me refiero a eso joder!—me gritó—. Fui a su casa y él estaba...su cuerpo...—musitó y abrazó mi pierna con más fuerza.

—Jasher, esto no tiene gracia—escupí con rabia.

Más lágrimas cayeron de sus ojos, soltó el agarre de mi pierna y se quedó tumbado en el suelo.

—A su lado, a su lado había una anotación. Combinaciones de drogas para...

—No, no sigas. En serio, no me hace ni puta gracia—me mantuve firme.

—Yo tampoco quería creerlo.—Se tapó la cara con las manos y siguió sollozando. Saqué mi móvil y marqué el número de Elty; no lo cogió—. Se quería suicidar, Holy—sollozó.

—No. No. No es verdad—repetí más para mí que para él. Entré a casa y apoyé las manos sobre la mesa. Jasher se levantó y me siguió—. Dime que no es verdad, por favor.

—Lo siento Holy.

—No, no, no, no.—Pegué un golpe en la mesa y tiré de una todo lo que había en ella. Escuché como las cosas se rompían al impactar contra el suelo. Como Jasher decía algo y seguía llorado. Como las lágrimas se negaban a salir de mis ojos, porque yo seguía negándome a creer que era real. Sentí una punzada en el pecho, seguida de otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y me retorcí de dolor, me costaba respirar, las lágrimas seguían sin salir, caí al suelo, no era verdad, no lo era. No podía serlo. Me faltaba tan poco para amarlo, y no me faltaba nada para quererle, no me faltaba nada para querer morirme al saber que no iba a volver a escuchar su risa, sus pensamientos filosóficos, a ver sus manos bailar sobre el papel, a verlas danzar sobre mi cuerpo. A admirar su cara amorfa, a recriminarle sus mentiras, a sentir que había encontrado a alguien que me comprendía y me quería, a sentir que había encontrado a la parte de mí que me faltaba, a alguien que podía llenar el vacío que siempre sentí. El arte nos unió, la vida, el destino, lo que fuese nos unió, nos unió y no podía arrebatármelo, no podía. Podía aceptar que se fuese lejos, pero no podía aceptar que se fuese tan lejos. Era como si me clavaran estacas en todas las partes de mi cuerpo, un dolor se había apoderado de mí y no podía soportarlo, era demasiado.

La primera lágrima cayó, cogí un marco y lo tiré al suelo con rabia. Pisé con fuerza los cristales rotos y grité. Los pisé más fuerte y volví a gritar, no los sentía, no sentía nada más que el vacío que se estaba abriendo en mí. Jasher me abrazó por detrás.

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¿Se esperaban eso?

¿Cómo creen que avanzará la historia?

¿Cómo creen que afectará a la larga a Holy?

¿Y a Jasher?

¿Reacciones? Presiento que habrá un bando feliz y otro triste.

¿Creen que Arina y Bho se casarán?

Si queréis que os dedique uno de los capítulos anteriores decidlo en este párrafo :)