Capítulo # 17

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Narro yo.

Flash y la pequeña Nova se encontraban en su casa pasando una mañana entre padre e hija. Los domingos era el día en que ellos la pasaban genial. Ya sea viendo películas desde las primeras horas del día hasta la noche o un pequeño paseo por la ciudad. Para Nova, los domingos, eran sus días favoritos, pues debido al duro y pesado trabajo de su padre, no pasan mucho tiempo juntos y los domingos recompensaban todo el tiempo que han estado distanciado.

Luego de un delicioso desayuno matutino, decidieron ver televisión los dos juntos.

Eran alrededor de las tres de la tarde, y padre e hija ya se habían aburrido de la televisión, así que decidieron salir de su hogar para dar un paseo.

-Hija, ¿Dónde quieres ir? -Le preguntó Flash a su hija antes de atravesar la puerta.

-Quiero ir a la juguetería, papá. -Le respondió con una voz dulce. -Quisiera una muñeca nueva.

-Entonces alla vamos. -Le agarró la mano para luego salir de la casa.

Los dos ya estaban a pocos centímetros del auto, pero una voz que de inmediato reconoció Flash los detuvo.

-Hola Flashito. -Aquella voz era la de Spitfire.

Flash se preguntaba que diablo hacia ella ahí. No podía creer que hasta en un domingo le toca soportar a aquella mujer.

-Hola Spitfire. -La saludo lo más cordial posible. -¿Qué haces aquí?

-Para estar contigo, obvio. -Le respondió muy confiada y segura de sí mismo. -Quiero pasar una tarde contigo, y no como colegas, sino como amigos.

-Lo siento mucho Spitfire, pero en este mismo momento llevaré a mi hija a la juguetería. -Le dijo, mirando a Nova.

-Oh ya veo. -Dijo apenada mientras veía a la pequeña tratando lo más posible de no hacer mala cara. En sí, Sitfire no tiene ese lado maternal de muchas mujeres, le interesa poco los niños y siempre consideraba a Nova como un obstáculo en su misión de conquistar a Flash por el simple hecho de que la pequeña tiene el mismo retrato de su madre "fallecida" y eso la enfurecía al máximo. -Tal vez podría ir con ustedes. -Mostró una sonrisa inocente.

-Lamentó decirte que no. -Respondió Flash. -En realidad este día lo usó sólo para estar con mi hija. Eso quiere decir que no quiero entrometer cosas de trabajo y eso incluye a mis colegas.

-Entiendo. -La mujer sonría forzosamente. -Sólo es entre tu hija y tú y eso me parece increíble y muy lindo. Digo, que un padre quiera estar con su hija, eso sí es tierno.

-Gracias por entenderlo. -Flash le sonrió. -Si me disculpas, ya nos vamos.

Dicho eso. Flash y Nova se fueron  a su destino.

Spitfire quedó muy ofendida y resignada al saber que fue ignorada por el hombre al que ella tanto ama y todo su coraje caía sobre la pequeña.

-Mocosa. -Masculló entre dientes. -Ya veremos a quien obedecerá cuando Flash caiga ante mí. Y presiento que será muy pronto. -En su rostro apareció una sonrisa vil.

Narra Dark.

-Rarity, espero que esta visita al centro comercial no sea tan larga y aburrida como las veces pasadas. -Me queje mientras seguía  a mi amiga que no paraba de contemplar las vitrinas de ropa.

Rarity me terminó convenciendo de acompañarla al mall a realizar sus frecuentes compras. En realidad, ya sabía en que iba terminar esto; ósea, largas horas de espera hasta que ella decida que vestido escoger, o cual le queda mejor y cual no, o cual color le queda mejor a su color de piel. Sin duda era un martirio acompañarla pero como siempre me termina convenciendo.

-Querida, deja de quejarte y también acompañame a decidir qué tienda escoger. -Me dijo mientras miraba por todos lados. -¡Esta! -Exclamó parando en seco frente a una boutique. -Ahí venden la mejor marca de ropa de alta moda. ¡Vamos!. -Tiró de mi brazo.

-Ehh, no. -Me solté de su agarre. -Prefiero quedarme aquí afuera. Aquí te espero.

-¿Segura? Estando aquí afuera te aburrirás.

-No lo creo. Además estoy segura que me aburriré más allá adentro que estando aquí afuera. -Le sonríe.

-Está bien, lo que tú digas, Star. Me esperas aquí. -Se adentro a la boutique.

Yo me quedé afuera y me dirigí a un asiento que estaba frente al lugar para ahí esperar a amiga amante de la moda.

Extrañaba mucho estar en el exterior. En los últimos meses he estado metida en la guarida completando mis misiones, las únicas veces que salía era en la noche para robar, pero no es lo mismo estar afuera con una máscara y con el temor de ser capturada, que salir y pasear por las calles como ciudadana normal, eso de alguna forma me hacía sentir muy relajada.

Seguía viendo la gente como pasaba, hasta que llegué al punto de tener mi mente perdida. Pero de pronto unos sollozos me termina sacando de mi ensimismamiento.

Era un pequeña niña quien lloraba. Estaba sola, estaba perdida.

Una vida que no logro recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora