Narra Flash.
Tantos años la organización ha hecho lo posible por querer encontrar la guarida de Sombra, y hasta ahora no ha tenido suerte en su búsqueda. Las veces en las que Celestia nos mostraba nuevos escondites o callejones donde podría estar el lugar tan añorado por ésta, con todas las esperanzas del mundo ibamos hasta allá, pero como siempre, al final nunca hemos tenido suerte... Sin embargo nunca me hubiese imaginado llegar a pisar aquel lugar de una manera tan fácil y sencilla; recibir en mi laptop un correo donde me dice la dirección y llegar hasta allá en menos de una hora, sin duda esto no sucede todos los días. Pero a diferencia de las anteriores veces, fallidas por cierto, ésta es con el fin de rescatar a la mujer que amo y alejarnos de aquella guarida lo más pronto posible.
La tímida doctora me llevó hacia un pasillo, me indicó que la oficina de Sombra estaba al fondo de ésta. Decidí seguir sin la compañía de ella, estaba muy asustada, a penas tenía fuerza para hablar. La chica giró sobre sus talones para luego perderse entre la oscuridad, pero antes de que se aleje de mí me pidió que la perdone, el cual lo termine haciendo sin saber la razón; no le tomé importancia sinceramente, sólo quería sacar a Twilight de aquí.
Dos hombres que estaban en la puerta me empezaron a ver con una sonrisa arrogante, supongo que estaban esperando mi llegada.
-No creas que entraras a la oficina tan fácilmente, agente presumido. -Vociferó uno de ellos. -Quizá lograste con los otros, pero no con nosotros dos.
-El jefe te quiere vivo en su oficina, pero no estaría nada mal divertirnos un poco. -Dijo el otro.
Aquellos hombres se empezaron a acercar a mí con el fin de querer una batalla conmigo. No tenía el tiempo para una pelea, necesitaba entrar a esa oficina cuento antes. Saque mi arma con el objetivo de dispararles, pero de pronto una fria boca de un arma posada sobre mi nuca me detiene, al igual que lo hicieron los dos guardias que corrían hacia mí. Un escalofrio recorría mi espinal dorsal.
-Baja el arma... -Me susurra una voz femenina en mi oído. -o no podrás ver a tu mujercita nunca más.
Lentamente hice lo que ella exigió, una presencia que se presentó a mi lado me la termina quitando... Conocía a aquella voz, sabía muy bien quien era la persona que estaba detrás mío, mas no sabía quien era la chica enmascarada que seguía estando al lado mío y que ahora me apunta con mi propia arma.
-¡¿Trixie?! -Exclamó uno de los guardias con una expresión de sorpresa. -¿Qué haces aquí?
-¿Qué crees que estoy haciendo? -Ella cuestionó irónicamente. Los dos se miraron confundidos, para luego encogerse de hombros. -¡Mi trabajo, estúpidos!
-Pero se supone que tu trabajo es afuera, robando alguna joyería.-Pues hoy no lo es. Sombra me pidió que llevara a este agente a su oficina. Así que abran paso.
-Pero no hemos recibido...
-¡Abran paso! -Interrumpió.
-¿Quién es ella? -Uno de ellos señaló a la chica enmascarada mientras la inspeccionaba de pies a cabeza. Trixie la miró por unos segundos.
-Es nueva. ¡Ya! ¡Abran paso! -Esta vez exigió con tono desesperado.
Los guardias volvieron a mirarse con sus ceños fruncidos y con desconfianza. Dudaban en las palabras de Trixie. Algo en ella vieron que no hacía que sus palabras parezcan reales. Llevaron sus manos a un lado de su cintura para luego sacar sus revólveres.
-Deja al agente a un lado. O tú y tu amiga morirán ahora mismo. -Dijo mientras la apuntaba, su compañero apuntó a la enmascarada. -Es mejor que te vayas de aquí, Trixie. Está claro que este no es tu trabajo. No sé qué es lo que planeas, pero de seguro no es nada bueno.
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Una vida que no logro recordar
Hayran KurguDark Star, es una de las ladronas más buscadas en toda la ciudad de Canterlot, pero no es una ladrona cualquiera, ni roba cualquier cosa, sino es una ladrona de diamantes. Trabaja para el jefe Sombra, un hombre sin escrúpulos que no le importa la vi...