Capítulo # 33

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Narra Flash.

-¿Me llamó, Celestia? -Me coloqué al frente de su escritorio. El espaldar de su silla era lo único que me mostraba.

-Por última vez, Sentry. ¿Dónde  está Dark Star? -Me preguntó con arrogancia y coraje.

-Y por ultima vez, no pienso decírselo. -Le respondí con el mismo tono de voz.

Giró sobre su silla para luego ponerse de pie y golpear fuertemente el escritorio con las palmas de sus manos.

-¡Le exijo a que me diga el paradero de esa ladrona!

-Esa persona el cual llama  ladrona es la mujer que yo amo. No pienso perderla nuevamente. -Repliqué entre dientes.

Ella suspiró rendida, acto seguido, se tiró sobre su silla mientras pasaba su mano sobre su frente.

-¿Piensa dar la espalda a esta organización sólo por una ladrona? -Me miró decepcionada. 

-Si se trata de mantener a salvo a mi mujer, sí, dejaría todo con tal de no volver alejarme de ella.

-Pero no se está dando cuenta que está dejando todo lo que alguna vez fue su mayor sueño, y que ahora es parte de su presente.

Sus palabras me dejaron en que pensar. Como dijo Celestia, ser un agente siempre fue mi sueño; y el día en que se volvió realidad prometí nunca dejar esta profesión, es más, hasta jure lealtad y renunciar a cualquier cosa con tal de no perder mi placa. Pero... las cosas cambiaron en este presente.

-Eso... ya no es algo importante para mí. Sí, cumplí mi sueño,  pero ahora mi objetivo es otro.

-Y ¿Recuerda el juramento que usted dijo ante esta organización y, sobre todo, ante mí?

-Pero también le hice un juramento a Twilight, el cuál no pienso romper de ninguna manera... A diferencia de esta organización, a ella le jure estar en las buenas y en las malas,  amor eterno, al que nada ni nadie logrará romper. Ni siquiera los años que estuvimos separados lograron hacerlo. Y ahora mi único objetivo es rescatar nuestra felicidad.

-¿Una felicidad con una persona que se está haciendo pasar por su esposa fallecida? -Se cruzó de brazos. -Porque está más que claro que esa mujer lo engañó con el parecido que tienen con Twilight. Lo está confundiendo.

Volteé para sobar mi frente de lo cansado que estaba de que nadie en esta organización me creyera.

-Ella es Twilight.

-Sería más fácil creerle si la trae a este lugar.

-Y para luego meterla presa, no creo. -Negué. Ella frunció su ceño. -Usted es de esas persona que más les importa quedar bien ante la sociedad que quedar bien con sus allegados. Si se trata de sacrificar a uno de nosotros, usted no lo piensa dos veces. Y en este caso; si viera a Twilight y reconoce que es ella, no le importaría nada, ignoraría por completo lo que fue Twilight en este lugar hace cinco años y no tardaría en meterla presa, porque como dije, sólo le interesa ser reconocida como una excelente agente mas no como una gran amiga... Si me disculpa, seguiré recogiendo mis cosas.

Giré para caminar hacia la puerta. Pero la voz de Celestia me detuvó.

-Aún así salga de esa puerta, todavía tienes la oportunidad de entregar a Dark y que yo olvide todos los problemas que has provocado.

Tomé aire para seguir mi camino. Nada ni nadie me hacía cambiar de opinión.

Tomé el rumbo hacia mi oficina, Spitfire aparece al frente mío desprevenidamente. Trataba de seguir hacia adelante, pero ella evadía mi paso sin dejar de devorarme con su mirada. Si me movía hacia la izquierda, ella también lo hacía; si iba hacia la derecha, hacía lo mismo. Esto ya  parecía un juego de niños.

-¿Me puedes hacer el favor de dejarme pasar?

-No lo haré hasta que me digas que no dejarás esta organización. -Me exigió.

Solté una carcajada ante tal cosa.

-¿Quién eres tú para venir a decirme eso?

-La unica mujer que te ama con locura.

-¿Qué?

De un momento a otro me vi sometido contra la pared y los labios de aquella mujer unidos completamente a los míos... No tarde en empujarla.

-¡Estás loca! -Exclamé mientras pasaba mi mano sobre mi boca. -¡¿Qué te sucede?!

-Sí, Sentry. Loca por ti... Acaso no te das cuenta, yo te amo.

-Pero yo a ti no.

-Deja ir a la muerta de tu esposa, ella ya no existe. No debes amar a alguien que ya no está en este mundo.

-¡Cállate! Ella no está muerta.

-Claro que lo está. ¡Está enterrada bajo cien metros de tierra! ¡Está muerta!

Mi furia sobrepasó mi límite. No pude controlarme y, como resultado, termine abofeteandola. Ella empezó a sollozar mientras tenía su mano apoyada sobre su majilla.

-Entiende de una vez por todas que Twilight está viva, y que ella es Dark Star.

-No sé que es lo que más me duele, que me hayas golpeado o que aún sigas rechazando mi amor por ti.

Suspiré. -Lo siento, Spitfire. Pero esto no es amor. Ya rindete. 

-No... -Negó con su cabeza. -No dejaré que esa maldita ladrona termine con la persona que ¡amo!

-Nunca podrás con ella.

-Te demostrare que ella no es tu esposa muerta. -Me señalaba mientras una lágrima de coraje resbalaba su mejilla.

-Estás demente.

-Eso lo veremos Sentry... Haré lo posible por quitar del camino a aquella mujer. -Me advirtió mientras se alejaba de mí sin dejar de mirarme con enojo. -¡Twilight Sparkle está muerta!

Hay veces en las que pienso que para llegar al amor, es un largo camino muy difícil de cruzar. Por más que quieres buscar la felicidad, siempre habrá algo o alguien que hará lo posible por impedirlo. En mi caso, al parecer, todo el mundo está en contra de ello; y lo peor de todo, es que con la persona con quién me quieren ver lejos es con mi propia esposa, la madre de mi hija. Ni siquiera en el época de nuestro noviazgo hemos pasado por tantas peripecias como ahora. Nuestro amor se volvió prohibido después de habernos casado, formar una familia y, por más raro que suene, después de "la muerte".

Una vida que no logro recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora