Capítulo # 36

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Un señor de aproximadamente treinta y cinco años miraba a sus dos hijas con una pequeña sonrisa.

-Papá... ¿Por qué me das esto? -Preguntó su hija mayor, Trixie, que llevaba un pequeño maletín en sus manos.

-Adentro de ese maletín lleva algo muy importante. -Señaló el objeto. Las chicas observaban con atención. -Trixie... -Obligó a su hija a mirarlo a los ojos. -Te estoy dando esto para que lo guardes en un lugar en el que nadie lo puedo encontrar, ni siquiera yo... Ahora esto te pertenece.

-¿A mí?

-Sí, hija  -Asintió. -No dejes que nadie lo tome. 

- Pero... ¿Qué es lo que hay adentro? -Preguntó su otra hija.

El hombre sonrió, abrió el maletín después de haber puesto la contraseña. Adentro de ésta llevaba seis hermosos diamantes, cada uno llevaba un color diferente. Las chicas se sorprendieron al verlos, pues era la primera vez que ellas veían lo que había dentro de aquel maletín metalico.

 Las chicas se sorprendieron al verlos, pues era la primera vez que ellas veían lo que había dentro de aquel maletín metalico

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-Estos son los "Elementos de la armonía". -Explicó. -Estos diamantes le pertenecían a seis guerreras del siglo XV, después de que la última de ellas falleció, estas hermosas piedras terminaron en varios museos del mundo durante siglos. Pero hace varios años, cuando éstas llegaron a Canterlot, mi padre logró lo que varios no han podido lograr en los siglos pasados.

-El abuelo era asombroso. -Dijo Sunset muy orgullosa.

-Sí que lo era.

-Pero papá, ¿Por qué me das esto ahora? -Replicó Trixie con preocupación. -Por lo que nos has contado, el abuelo te dio este maletín pocas horas antes de morir. Y tú me aseguraste que lo ibas hacer conmigo cuando... tu muerte esté cerca.

El Sr. Lullamoon empezó a acariciar el cabello de sus dos hijas. Suspiró.

-Debes mantenerlos bien escondidos, Trixie. -Decidió evadir aquella pregunta que le hizo su hija. -Deben estar alejados de las manos del enemigo. Muchos desean estos diamantes, y no hay que permitir eso... Promete que vas a cuidar estos diamantes.

-Sí... te lo prometo. -Trixie agachó su mirada.

-Y recuerda, la contraseña es el cumpleaños de tu madre.

[...]

A los dos lados de la puerta de la oficina de Sombra, se encontraban dos guardias. Al ver a las dos mujeres que se estaban acercando, ellos sonríen para luego dejarlas pasar.

-Señor Sombra... Aquí está lo que le prometí. -Dijo la agente Spitfire con orgullo, mientras obligaba a Dark a sentarse en una silla.

Sombra giró junto con su enorme silla para estar frente a frente con ellas. Él llevaba una gran sonrisa. Empezó a mirar a la ladrona maliciosamente.

-Sabía que tarde o temprano me ibas a sorprender. -Dijo Sombra a Spitfire.

-Soy agente, señor. Mi deber es atrapar a los peones de Sombra. -Dijo con ironía. Él rió por tal chiste.

-¿Qué alguien me explique de  qué se trata esto? -Preguntó Dark con exasperación. -Se supone que los agentes son nuestros enemigos.

-Pero yo soy la excepción... En realidad desde mucho antes de que entrara a la organización, ya servía para Sombra. -Explicó Spitfire. -Todos me conocen aquí, excepto tú... Ya era parte del plan.

-Después de tu supuesta muerte, querida Twilight Sparkle. Mandé a Spitfire a trabajar a la  organización de su querida tía Celestia. -Dijo Sombra burlonamente. Spitfire gruñó a lo bajo, odiaba a Celestia. Y escuchar a Sombra decir eso, la enojada demasiado. El día en el que su jefe le dijo la propuesta de ir a trabajar allá, al principio ella se opuso rotundamente. Odiaba la justicia, sólo quería seguir ganando a través del robo. Pero las amenazas de Sombra la terminaron convenciendo. Y como era sobrina de la dueña de aquella organización, su entrada fue de un dos por tres.

-Mi misión era informarle a Sombra de todos los  movimientos y estrategias que realizaba la organización, y así evitar sorpresas de parte de ellos.
-Y con tu ayuda. -Sombra apuntó a Dark. -Pude ganar el triple de lo que mi padre logró. Sólo necesitaba quitarte tu memoria. Tú, siendo agente, sólo servias para arruinar mis planes.

-Y ¿Ahora que pasará que ya sé toda la verdad? -Replicó entre dientes. -¡La miserable vida que tuve en este lugar fue por tu maldita culpa!

-Ahora deberías estar muerta. -Respondió el hombre con prepotencia. -Se suponía que Spitfire te iba a asesinar aquella noche del robo. -Golpeó su escritorio, la agente agachó su mirada apenada. -Y todo fue culpa de ese maldito de Sentry. -Apretó su puño. -¡Esta noche los dos van a morir!

-Sentry ya ha de estar en camino. -Mostró Spitfire una sonrisa de lado.

El corazón de Dark se empezó a acelerar a una gran velocidad. Lo que menos quiera era que Flash termine encontrando la guarida de Sombra Y que él llegue a formar parte de esto.

-¡Esta batalla es entre tú y yo, Sombra! -Gritó Dark.

Él se empezó a reír a carcajadas después de haber escuchado aquello.

-Ay querida Dark. Hay veces en las que eres muy graciosa. -Recuperó su respiración. -Te pregunto algo, ¿Qué batalla? Ahora estás completamente atrapada. Ahora mismo me puedo dar el lujo de agarrar un arma y matarte en este mismo instante. Pero no, debo ser paciente, debo esperar a que aquel agente vea, nuevamente, a su querida esposa morir... Admitelo ya, yo gané esta batalla.

Dark sólo quería mostrarse fuerte y segura de cumplir su objetivo. Pero a quién quería engañar. Tal y como dijo Sombra, esta batalla ya la había ganado él, y odiaba admitirlo.

De pronto unos disparos se empiezan a escuchar a lo lejos. Un hombre informa a través de la radio de Sombra que uno de los agentes de la organización se ha infiltrado en la guarida. Sombra sonríe, al igual que lo hace Spitfire.

-Hagan lo posible por atraparlo y traiganlo vivo a mi oficina. -Ordenó.

-No lo atraparan. -Dijo Dark muy segura.

-Pero vendrá a buscarte... Así que da lo mismo si lo atrapan o no.

Ella agachó su mirada con preocupación.

El agente Sentry había logrado pelear con los guardias que estaban afuera de la guarida, a uno de ellos tuvo que dispararle... No sabía que dirección tomar, pero debía recuperar a Dark. No quería cometer la misma equivocación de hace cinco años. Siguió caminando por los oscuros pasillos con su arma en manos, listo para disparar por si llegara a aparecer alguien.

A lo lejos escuchó unos pequeños sollozos. A varios metros, una  chica se encontraba apoyada sobre la pared sin parar de llorar. Flash se acerca a ella.

-¿Dónde está Sombra? -Preguntó, desinteresado por el estado de la  chica.

Fluttershy alzó su cabeza, de inmediato se asusta al tener a un agente al frente de ella.

-N-No me hagas nada... po-por favor. -Tartamudeó.

-Sólo quiero saber donde está Dark. Debo salvarla.

-¿Dark? -Secó una de sus lágrimas. En ese momento Fluttershy reconoció al hombre que estaba al frente de ella. -¿Agente Sentry?

Él asintió.

-Quiero que me lleves a donde está ella.

-Pero...

-No puedo permitir que le suceda algo. - La interrumpió. -Debo salvarla.

Fluttershy se resignó a aceptar. 

Una vida que no logro recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora