Capítulo 14.

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Justin PDV.

No quiero que lo que está pasando pase, no me refiero a mi relación con Stella, me refiero a que no quiero que Jazmyn se encariñe tan rápido. Tal vez eso a Stella le de miedo, lo que llevaría a que me deje y eso no me gusta para nada. La quiero demasiado como para alejarme ahora, por eso no me vuelvo a marchar. Además, quiero establecerme por primera vez en mi vida. No estoy utilizando a Stella para conseguir eso, no, pero si estoy en la calle va a ser muy difícil conseguir un empleo y lograr establecerme.

Me siento en el sofá y en cuestión de, unos pocos, minutos Stella se sienta a mi lado, ya que me ha dicho que debe hablar conmigo. Y mientras que ella fue a hacer que Jazmyn yo me he quedado dando vueltas en la sala. Seguramente me dirá que va a terminar lo que sea que tengamos y no querrá tener contacto ni conmigo ni con Jazmyn. Joder, que me pongo nervioso y pienso estupideces.

—No volverá a pasar, lo prometo —comienzo a hablar—, le explicaré a Jazmyn que no debe llamarte as... —no puedo seguir hablando, debido a que une sus labios con los míos.

El beso no dura mucho, ya que al parecer ella sólo pretendía callarme, cosa que agradezco mucho, porque estaba diciendo puras mierdas. Aunque si ella quiere que hable con Jazmyn, lo haré.

—Mañana comienzas a trabajar —sonríe.

Frunzo el ceño, confundido. ¿Cómo que mañana comienzo a trabajar? Pero si yo aún no he salido a pedir trabajo a ningún lado. Todavía tengo que ir a renovar mis documentos de identidad, así que no puedo trabajar aún, no legalmente.

—Vas a repartir los paquetes dentro de la empresa —toma mis manos—. Sé que aún debes renovar tus documentos de identidad, pero mientras que no los tengas, vas para ir acostumbrándote al trabajo —sonríe.

Lo único que hago es acercarle hacia mi y unir nuestros labios, en plan de agradecerle. Agradecerle por todo lo que hizo, y está, haciendo por mí y Jazmyn, aunque no encuentro manera de agradecerle.

De la nada, el beso se vuelve un poco, bastante, subido de tono y yo estoy recostado en el sofá mientras que ella está encima mío. Su lengua juega con la mía, dándose suaves caricias mutuamente. Aunque su lengua acompaña los movimientos de cadera que ella, Stella, ejerce sobre mi intimidad.

Tengo muchas ganas de esto, tengo muchas ganas de entrar en ella y oírla gemir mi nombre. Pero no puedo, quiero hacerlo pero a la vez siento que aún es pronto, una parte de mí no está lista aún.

—S-stella —alejo mis labios de los suyos, pero ella inmediatamente vuelve a besarme.

Por un momento me rindo, me auto-convenzo de que estoy listo para esto y que ya no hay vuelta atrás. Pero todo cambia en el momento que siento la mano de Stella en el botón de mi pantalón, una parte de mí reacciona y ese miedo, por decirle así, vuelve a despertar.

Llevo mis manos a sus hombros y, con cuidado, la aparto. Ella me mira confundida, sólo por unos segundos, ya que al parecer entiende lo que sucede.

—Lo siento —murmura, antes de ponerse de pie y salir de la sala. Dejándome completamente sólo.

Tomo uno de los almohadones del sofá y lo lanzo hacia la pared, tratando de calmar mi enojo. Pero no lo logro, al igual que no logro poder dejar de tener miedo al momento de tener sexo. Joder, que nunca lo he hecho y el miedo de lastimar a Stella, o de hacer algo mal, me gana.

Debo enfrentar ese miedo, no quiero que Stella se sienta mal por mi culpa. Es la segunda vez que la rechazo y eso no debe de ser bonito para ella. 




Stay with me → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora