Capítulo 15.

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Stella PDV.

Es horrible, se siente horrible. Nunca en toda mi vida me han rechazado, y ahora en menos de un mes lo han hecho dos veces, el mismo hombre. Sé que él aún es virgen, que no está listo todavía, según él, y todas esas mierdas. Pero su rechazo me hace mal, siento que ya no soy provocativa, que ya no causo nada en un hombre. Joder, no sé como explicarlo. Lo único que puedo decir es que me siento horrible. No puedo seguir así, a partir de ahora, si él no se me acerca, yo no lo haré. No sé si podré aguantar un rechazo más de su parte.

Termino de quitarme la ropa y me miró en el espejo de mi tocador. No entiendo porqué Justin le da tantas vueltas al asunto, es sólo sexo, es algo normal. Es muy común querer que tu primera vez sea con alguien especial, sí, pero él ya tiene veintiocho años. ¿Cuando va a tener sexo? ¿Un día antes de morirse? Eso no me sorprendería.

Tetas firmes, vientre plano, culo grande y firme, piernas delgadas. Estoy perfecta, joder.

—No tienes nada malo.

No puedo evitar saltar del susto al oírle hablar detrás de mí. Mi corazón comienza a palpita aún más rápido y comienzo a respirar hondo, tratando de calmarme un poco. Pero el intento de calmarme o funciona, ya que él coloca sus manos en mi cintura, dándole suaves caricias con sus pulgares.

—No me provoques si me vas a rechazar otra vez —susurro, cerrando mis ojos y disfrutando de las caricias que me brinda Justin con sus pulgares.

De un momento a otro, me voltea y pega su cuerpo con el mío, haciéndome abrir los ojos. Su mirada miel viaja hacia mis pechos y al parecer le gusta lo que ve, porque sé muerde el labio inferior y me apretándome aún más hacia él, si es que es eso posible.

—No quiero que te sientas mal por mi culpa —susurra.

—¿Me rechazarás? —es lo único que digo, ignorando por completo su... ¿Disculpa?

Él no dice nada, simplemente une sus labios con los míos. No lo pienso dos veces y me aparto de él, provocando que se quede confundido, pero toso rastro de confusión desaparece cuando le empujo para que caiga sobre la cama.

Lentamente me acerco a la cama y me siento encima de él, sobre su regazo, para luego hacerle sentar y así poder quitarle la remera y darle un pequeño beso en los labios antes de volver a hacer que se recueste. Llevo mis manos hacia mi espalda para poder desprender mi brazier, una vez que me lo quito, lo tiro por la habitación.

Justin toma un poco de confianza y toma mis pechos entre sus manos temblorosas. Pasa sus pulgares por mis pezones y echo mi cabeza hacia atrás, soltando un suave gemido. Me encanta que jueguen con mis pezones.

Me inclino hacia adelante y comienzo a besar su pecho, bajando lentamente hasta el inicio de su pantalón, desprendo el botón de éste y le miro para asegurarme de que hace esto porque quiere y no para hacerme sentir mejor. Y cuando él mueve su cabeza de arriba hacia abajo, varias veces, es cuando le quito por completo el pantalón y a la misma vez los bóxers.

Tomo su pene con mis dos manos y comienzo a moverlas de abajo hacia arriba, estimulándolo. Sonrío al notar que su respiración se ha entrecortado. Paso mi lengua por su pene, de abajo hacia arriba, antes de meter dentro de mí boca todo lo que puedo. Abro grande mi boca, metiendo su miembro en elo y comenzar a meterlo, y sacarlo, rápidamente de ella, pasándole la lengua por la punta varias veces. Continúo así hasta que su miembro queda parado y totalmente duro.

Me quito mi tanga de encaje roja y me vuelvo a subir en su regazo, pero esta vez tomo su pene y coloco en mi entrada antes de sentarme. Y al momento que está dentro de mí, por completo, ambos soltamos un gemido de placer mientas que yo comienzo a moverme de adelante hacia atrás.

Él estira uno de sus brazos hacia mi cuello y me inclina hacia él para poder besarme, posando una mano en mi cintura y con la otra deja de sujetarse el cuello para tomar una de mis manos y entrelazar nuestros dedos. ¿Los dedos de esa forma significan algo? ¿Algo como que ahora estamos juntos?

Muerdo su labio inferior, dando por finalizado el beso, y me vuelvo a enderezar para comenzar a moverme rápido, sacando y metiendo su pene dentro de mí.

—Oh... Oh Stella —gruñe, comenzando a acompañar mis movimientos con su cadera.

Mis paredes se aferran a su pene y cuando Justin se aferra a mí, comienzo a sentir como se está viviendo dentro de mí. Me muevo un poco más rápido y llego junto a él. Ambos gimiendo y totalmente cansados.

—Te quiero —susurra Justin, abrazándome.

Me quiere, me quiere, me quiere. Joder, él me quiere. Que emoción. Aunque, tal vez lo dijo porque acabamos de tener sexo. O tal vez realmente lo siente, tal vez realmente me quiere. No lo sé.

—También yo —le beso. 



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