Stay with me → j.b

Capítulo 29.

Jazmyn corre por todo el jardín, cerca del establo, juntando lindas flores, totalmente sonriente y feliz. Stella la observa, sentada bajo la sombra de un árbol, igual de sonriente que la pequeña, tratando de no pensar en el hecho de la mañana, ese intercambio de miradas entre Justin y la estúpida sirvienta.

—Es hermosa —sonríe el oji-miel, sentándose al lado de su novia.

Las ganas de preguntarle si se refiere a Jazmyn o Ana le sobran a Stella, pero aún así calla, solo para evitar discusiones.

—¿Pasa algo? —pregunta Justin, ya que no recibe respuesta por parte de Stella.

—¿Tiene que pasar algo? —no deja de mirar a Jazmyn.

—Estás rara —murmura el castaño.

Ella simplemente pone sus ojos en blanco, aguantando sus ganas de decirle unas cuantas verdades y mandarlo a la mierda. Debe de calmarse y evitar discusiones si no quiere que su bebé se altere también.

—Estoy normal, Justin —habla, tosca—. Tengo antojo de helado de menta granizada —miente—, ¿me traes, por favor?

Puede estar muy enojada y toda la mierda, pero por eso no va a dejar de ser educada y cordial. Todos esos años en esa escuela de modales, a la que su madre le obligaba a ir, no han sido en vano.

—No sé si habrá aquí, probablemente tenga que ir al pueblo y no sé como llegar ahí ni donde comprar.

—Puedes pedirle a Ana que te acompañe —el sarcasmo gotea de cada una de las palabras que sale de su boca.

—¡Buena idea! —rápidamente se levanta del suelo y comienza a correr hacia la casa, sin notar el sarcasmo de Stella.

Stella gruñe, mirando como el oji-miel entra a la casa, con una gran sonrisa en su rostro. Un gran grito de frustración se escapa de los labios de la rubia, logrando captar la atención de Jazmyn, quien no tarda en dejar todo lo que hace y correr hacia su madre.

—¿Estás bien, mami? ¿Le pasa algo a mi hermanito? —pregunta la pequeña, muy preocupada, tocando el vientre de la rubia.

—Estoy bien, mi amor, estoy bien —murmura, tratando de no desquitar su furia con la pequeña.