Capítulo 22.

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Rabia, eso es lo que Stella siente mientras ve como su madre intercambia susurros con Angelina. Ya han cenado, por suerte se ha terminado ese momento incómodo en el que Angelina no hacía otra cosa que no fuera coquetear con Justin, incluso ella ni siquiera comió. De haber sabido que la visita sorpresa es Angelina, Stella ni se hubiera molestado en venir.

Ella ya sabe cual es el estúpido jueguito de su madre y no quiere jugarlo, ya está cansada de que su madre quiera controlarla como se le antoje y que no la deje vivir, cada vez deja más en claro que lo único que le importa es el dinero y no la felicidad de su hija.

—Me disculpo por lo que ha hecho tu madre, hija —suspira Raphael, mientras que se sienta al lado de Stella en uno de los sofás que se encuentran en la sala.

—No tienes porque pedir disculpas, papá, sé como es mamá y también sé que tú no tienes la culpa de nada —murmura Stella, mirando como su novio y su hija hablan.


Por otro lado, Angelina no deja de escuchar a su tía, quien le está diciendo lo que debe de hacer, aunque todo lo que su tía le dice le entra por un oído y le sale por el otro, ella igualmente le presta atención.

—Tía —interrumpe la morena—, déjame que yo sé lo que debo de hacer —sonríe, mirando al hermoso chico de ojos mieles.

—Quiero que hagas todo bien, Angelina, el inepto parece estar más que hipnotizado y enamorado con Stella —Gloria no hace otra cosa más que gruñir, fastidiada.

—Aún no entiendo porqué te molesta tanto que Stella esté en pareja con él, parece un buen tipo —Angelina frunce el ceño, bastante interesada en eso.

—Puede que sea un buen tipo, pero es pobre —su tía mira con asco al chico—. Y si es pobre no sirve, ganó la lotería, sí, pero su descendencia es de gente pobre e inútil.

La morena se queda en silencio, sin sorprenderse en absoluto por las palabras de su tía. Ya está acostumbrada a que en su familia solo se interesen por el dinero, ya que su madre es igual a su tía, y desde que es una niña ambas le han enseñado que si un hombre no tiene dinero no sirve para nada, al igual que también se lo han enseñado a su prima Stella, quien siempre ha sido liberada y nunca le ha hecho mucho caso a las palabras de su madre, por eso es que no le interesa si alguien tiene dinero o no.


Justin sonríe al ver como Jazmyn y Raphael juegan, su suegro le ha tomado mucho cariño a su hija y eso le agrada, a pesar de que le da miedo por si en algún futuro él y Stella ya no están juntos, cosa que duda mucho que vaya a pasar, o al menos eso espera.

—Que lindo que se lleven tan bien —Angelina se acerca a él, sonriendo a lo grande.

—Mhm... Sí —murmura el oji-miel, sin mucho para decir.

La morena suelta una estúpida carcajada, como si lo que acaba de decir el chico fuera un muy buen chiste, cuando en realidad ha dicho solo dos palabras, y hasta por ahí nomas.

—Espero que un buen chiste haya sido la razón por la cual soltaste tu estúpida risa de foca dando a luz —Stella mira mal a su prima, antes de enroscar su brazo alrededor de el brazo de Justin.

—Puedo tener una risa fea pero al menos no soy una fracasada en todos los sentidos, como otras personas —Angelina mira con asco a su prima.

Desde que son niñas la envidia que Angelina le tiene a su prima sigue siendo la misma, incluso ha ido aumentando a medida que han ido creciendo. El simple hecho de que Stella siempre hace lo que quiere es lo que provoca que Angelina quiera ser ella, porque a Stella su madre no la apoya pero su padre sí, y él siempre está ahí. Mientras que los padres de Angelina siempre la están presionando para que sea la mujer perfecta y es muy difícil que alguno de los dos la apoyen en alguna cosa que ella realmente quiera hacer, que no tenga que hacerla por petición de ellos.

—Eres una puta, estúpida y fracasada —chilla Stella, respirando con dificultad, debido a lo enojada que está.

—¡Tú no eres quien para insultarla! —Angelina levanta su mano, con la intención de golpearla, pero eso no sucede gracias a que Justin toma a Stella y la aleja.

—¿¡Estás loca!? —grita Justin, completamente furioso. Nadie puede ni atraverse a tocar a su Stella, ni mucho menos en el estado que está—, ¿¡como vas a golpearla en el estado que está!?

Todos los presentes en la sala se quedan en silencio, mirando a Justin muy confundidos, excepto Stella, quien solo suelta un suspiro.

—¿De qué hablas? —Gloria frunce el ceño, acercándose a ellos.

—Yo... —Stella mira a todos— Estoy embarazada —suspira, sin dejar de ver a su padre.

Gloria se mueve tan rápido que a nadie le da el tiempo de reaccionar antes de que suceda, antes de que Stella sea golpeada por su madre. Jazmyn suelta un pequeño grito, rápidamente acercándose a sus padres. Mientras que Raphael mira con odio a su esposa, antes de acercarse a su hija, quien está a punto de llorar.

—Eso es una noticia muy buena, mi amor —la abraza, apartándola de los brazos de Justin —. Felicitaciones —besa su mejilla—. Otra vez, disculpa a tu madre, no sabe lo que hace —le susurra al oído.

Stella simplemente se aferra a su padre, sin poder creer lo que acaba de pasar. Esperaba cualquier cosa de su madre, cualquier reacción, pero no que la golpeara. Se le ha ido demasiado la mano, literal. 


¿Les gusta que narre así o prefieren que narre como antes? Je.

Admito que se me hace más fácil narrar en tercera persona y si se me hace fácil actualizo más seguido, pero bue, eso lo deciden ustedes <3.

¡Espero que les guste!

Stay with me → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora