Capítulo 11.

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Stella PDV.

—¿Crees que haya sido buena idea? —pregunta Justin a los dos segundos que cierro la puerta, después de que Louis, Harry y Jazmyn salieran por ella.

Es un exagerado, ha estado haciéndole miles de preguntas a Louis y Harry mientras que yo preparaba a Jazmyn, si no les preguntó de que color eran sus bóxers es porque se le olvidó. Realmente ha sido muy exagerado, sé que él no conoce bien a Louis o Harry, pero yo los conozco muy bien a ambos y confío en ellos, eso tendría que ser suficiente para él, si está en mi casa es porque confía en mí, a pesar de la necesidad que está pasando, porque si no confías en alguien no te quedas en su casa, estés pasando por la situación que estés pasando.

—Ha sido una magnífica idea, Justin. La niña necesita despejarse un poco, además, debemos hablar y organizar algunas cosas sobre las fiestas, especialmente del día de navidad, quiero que sea una navidad única e inolvidable para Jazmyn —sonrío, caminando hacia la sala.

No sólo quiero hablar con Justin sobre lo que pasó ayer a la noche, también quiero que me ayude a comprarle obsequios a Jazmyn, que me diga qué es lo que ella más desea, ese juguete que seguramente sueña con que Santa Claus le deje bajo el árbol.

—¿Sobre qué quieres hablar? ¿Sobre el beso? —pregunta, sentándose en el sofá. Muevo mi cabeza, indicándole que si, que es sobre eso que quiero hablar con él— Fue sólo eso, Stella, un beso, nada más. 

¿Sólo un beso? Eso habrá sido para él, porque para mí algo más que un beso, joder. Ningún otro chico me ha vuelto loca sólo con un beso, ni tampoco me han dejado sin poder dormir. No le estoy diciendo que nos casemos, pero me encantaría poder obtener más que sólo un beso de su parte.

—No le des tantas vueltas al asunto, no quiero que nada arruine esta relación de amigos que hemos formado en tan poco tiempo —suspira.

—Puede que para ti haya sido sólo un beso, pero para mí no lo fue —me cruzo de brazos, sin poder evitar formar un puchero con mis labios.

Él me mira durante unos pocos segundos y comienza a reír mientras mueve su cabeza de un lado a otro, sin mirarme. Sé que se está riendo porque parezco una niña malcriada cuando no obtiene su juguete favorito de la tienda, pero es que realmente soy así, siempre obtengo lo que quiero, y a pesar de todo me ofende que Justin prácticamente me rechace.

—Eres una niña totalmente malcriada —se pasa la mano por el cabello.

Dejo de cruzar mis brazos en mi pecho y los coloco a mis lados, con mis manos en puños. Lo único que quiero hacer ahora es golpearlo, golpearlo fuerte hasta que sangre, no tan asesina así, pero hacerle un poco de daño no estaría mal.

Me acerco un poco a él, lo suficientemente cerca como para golpearlo, y cuando me auto-convenzo de golpearlo, y estoy a punto de hacerlo, el timbre suena.

Suelto un grito, frustrada, antes de voltearme y caminar hacia la puerta principal del apartamento. Al llegar a ella, la abro de muy mala manera y todo el enojo que siento es reemplazado por confusión y nervios al ver que es mi madre, mi madre está parada frente a mí y Justin, un chico totalmente desconocido para ella y de la calle, está en la sala. Bien, hubiese preferido que fuera mi padre quien me estuviera visitando y no ella.

—¿Por qué esa cara larga? ¿Acaso no estás feliz de verme? —entra, sin mi autorización, mientras que se quita el costoso abrigo que trae puesto.

Me tira su abrigo, al que con suerte logro atrapar, y camina hacia la sala, en la entrada de esta deja de caminar, y eso es lo que me da a entender que ya ha visto a Justin. Mierda, necesito que mi padre esté aquí, él me entendería y me ayudaría a controlar la fiera que está por mostrar mi madre.

Stay with me → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora