La Periodista

Carrera

Abrí los ojos y pude ver un dormidísimo Seb a mi lado lo que me sorprendió bastante ya que él era siempre el primero en levantarse en la cama, así que estire mi brazo para coger mi móvil que indicaba que eran las 7:00 de la mañana aunque como no tenia sueño decidí bajar al gimnasio un rato. No soy una chica demasiado deportista pero nada más llegar al hotel, aquel gimnasio me enamoro y debía probarlo.
Una vez allí, no sabía realmente ni por dónde empezar. Había ido un par de veces a algún gimnasio pero siempre con amigos por lo tanto yo simplemente los seguía y trataba de repetir todo lo que ellos hacían.
Empecé por tratar de hacer pesas ya que me parecía lo más sencillo pero cuando estaba a punto de intentar levantarlas alguien me agarro fuerte por la cintura y me alejo de ellas.

-Tú estás loca, verdad?-dijo el besando mi mejilla.

-Por qué? Aun encima que me quiero poner cachas-dije yo.

-Pero no ves que eso es mucho peso, pequeña?.

-A pues no lo sabía, soy una negada-dije riendo.

-Yo te ayudo-dijo el cogiendo la pesa.

Definitivamente podría acostumbrarme a esto, una vez a la semana tampoco me venía mal. Después de aquella sesión de entrenamiento subimos a la habitación para poder ducharnos y vestirnos ya que hoy nos esperaba un día largo, la carrera.

-Cuando vivamos juntos asegúrate de que nuestra casa tenga dos baños, si no esto va ser una locura.

-Los tiene-dijo él.

-Qué? Tenemos casa?

-Tenemos la mía-dijo el.

-Quieres que me vaya a vivir contigo?

-Claro, porque no?

-No vamos algo rápido?

-Yo no sé ir despacio, pequeña.

Después de aquella frase, Seb se metió en el baño para terminar de prepararse y yo me quede sola con mis pensamientos. Era ese el tipo de relación que quería? Estaba realmente segura de lo que quería? Ni yo misma sabía muy bien lo que quería.
La verdad es que mi vida había tomado un giro de 180º en una sola semana y me había dejado bastante perpleja y era algo difícil de asimilar, así que mi cabeza estaba hecha un verdadero lio. Al momento note unas manos posarse en mis hombros y supe que él estaba allí.

-Cuéntame que te pasa-dijo Seb.

-No sé, Seb-dije yo.

-Vamos, puedes contármelo todo, ya lo sabes-dijo el.

-Pues que tengo miedo Seb.

-Miedo de que pequeña?-pregunto él.

-De todo esto, de ir tan rápido, de dejar de gustarte, de perderte-dije yo sollozando.

-Laura, la razón por la cual vamos tan rápido es porque tengo plena confianza en lo nuestro. Si fueras otra persona iría mucho más despacio.

-Estas plenamente seguro?-dije yo mirándole a los ojos.

-Por favor Laura, acabas de decir que tienes miedo de perderme, claro que esto va a funcionar. Nunca he estado más seguro de algo en mi vida.

-Eres lo mejor, cariño-dije yo.

-Te quiero.

-Yo más.

Salimos del hotel de la mano y nos dirigimos a su coche, como no, yo en el asiento del conductor.

-Lau-dijo Seb.

-Dime.

-Sobre venirte a vivir conmigo?