Bienvenidos a casa

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Habían pasado ya tres días desde él nacimiento de los trillizos y por fin nos íbamos a casa.
Después de casi 3 meses fuera tenia ganas de volver a casa y empezar por fin nuestra vida como familia.
Yo salí del hospital con Leo y Emily en brazos mientras que Seb llevaba a Marco y mi maleta.
Ahora llegaba él momento de atarlos en sus sillitas.
Seb, como no, quería enfundarlos en cosas con la marca Ferrari así que como nos sus sillitas del coche eran de Ferrari.

 Seb, como no, quería enfundarlos en cosas con la marca Ferrari así que como nos sus sillitas del coche eran de Ferrari

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-Creo que esto de la marca Ferrari se te va algo de las manos-dije yo riendo.

-A ver, estos niños han hecho que tengamos que comprar esta monstruosidad para llevarlos en coche y me han quitado mi Ferrari, así que creo que esto es lo mínimo, no?-dijo él

-Estas fatal-dije yo riendo

Terminamos de colocar a los niños y nos pusimos en marcha.
La verdad es que no se que tienen los bebes con los coches pero siempre los relajan y se acaban quedando dormidos.
Por supuesto los nuestros no iban a ser menos.
Pero despues de unos 20 minutos por fin estabamos en casa, nuestra casa. A pesar de que los niños estaban dormidisimos en cuanto los sacamos de la silla del coche inmediatamente empezaron a llorar. Como no tenian hambre.
Abrí la puerta y rápidamente me senté en él sofá a dar el pecho a dos mientras que Seb se ocupaba del biberón.

-Menuda imagen-dijo alguien estras nuestra-Estáis para foto

-Antti! Dame un segundo-dije yo

En cuanto los pequeñajos acabaron los deje suavemente sobre la cama y me acerque a Antti para abrazarlo muy fuerte.

-Te eche de menos. Que haces aquí?-dije yo

-Tu chico que dijo que quedara por aqui ya que vine casi forzado-dijo él

-Gracias Antti-dije yo- Si no fuera por ti y por Britta no hubiera llegado.

-Nada mujer. Tienes una buena colección-dijo él mirando él sofá.

-Mira, este es Marco, esta es Emily y este es Leo.

-Que lindos. Es bastante fáciles diferenciarlos, son bastante diferentes-dijo él

-Diselo a su padre. Leo y Marco para él son la misma persona-dije yo

-Es que se me parecen mucho los dos-dijo Seb.

-Menudo padre-dijo Antti riendo

-Yo soy muy buen padre-dijo él enfadado

-Eso es cierto-dije yo-Es un muy buen padre.

-Te lo dije-dijo Seb echándole la lengua a Antti.

-Te lo dije-dijo él haciéndole la burla.

-Sois peores que los niños-dijo él

-Espera a que crezcan-dijo Antti

-Seguiréis siendo peores igual-dije yo

Después de aquello Seb y yo subimos a la habitación con los peques y nos tumbamos sobre la cama.

Después de aquello Seb y yo subimos a la habitación con los peques y nos tumbamos sobre la cama

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Poco después apareció Junior. Él empezó a olisquear a los pequeñajos y con cuidado los esquivó para acercarse a nosotros.

-Junior! Ven-dije yo para que se acercara y comencé a acariciarlo.

-Creó que deberíamos sacarlo-dijo Seb-Lleva mucho aquí encerrado.

-Te acuerdas de él día que lo sacamos cuando yo ya estaba embarazada y dijimos que algún di lo haríamos pero con un carrito?-dije yo- Deberíamos hacerlo hoy.

-Seria divertido. Vamos?-dijo el

-Venga, va-dije yo

Las sillitas seguían en sus cajas. Ni las había sacado.
Con la ayuda de Seb los montamos y me fui directa a por mis niños.
Los cogió y los coloque en la sillita de gemelos.
Seb cogió a Emily y la puso en el carrito individual.
Yo cogí a Junior y le puse su collar.
La verdad es que hacia muy buen tiempo y apetecía él paseo.
Me encantaba ver a Seb desde que los trillizos habían nacido, se veía que esto le llenaba. Era feliz y me encantaba.
La verdad es que volvía todo a su sitio y me encantaba.

-Estoy orgulloso de nosotros, Lau-dije yo

-Yo también, lo estamos llevando mejor de lo yo hubiera soñado. Somos un súper equipo-dije yo

-Siempre. Todo porque ellos sean felices-dijo él

-Felices no se pero van a tener una vida plagada de emociones-dije yo mirándolos.
La verdad es que eran tan lindos mientras dormían. Eran pequeños angelitos

-Con nosotros como padres por supuesto-dije yo

-A veces somos muy empalagosos-dije yo apoyando mi cabeza en su hombro.

-Solo a veces?-dijo él esbozando una sonrisilla

-Bueno, siendo sincera, casi siempre-dije yo besando sus labios

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