Viejos amigos

881 42 16
                                    

Él Gran Premio de Barhein fue un Gran Premio para olvidar. Seb no llego si quiera a hacer la salida.
Problemas con él motor.
La verdad es que no le hacia mucha gracia. Después de hablar con él casi toda la semana seguía sin estar muy convencido pero poco a poco se fue convenciendo de que no pasaba nada por una carrera.
Las cosas por casa seguían igual, los peques crecían a ritmo acelerado.
En él fondo me daba penita, se hacían mayores demasiado rápido.
Pero era inevitable.
Últimamente no tenia tiempo ni para aburrirme, estaba todo él día de un lado para otro o si no tenia vistita.
Todo él mundo pensaba que Seb no estaba conmigo me aburría muchísimo y no les quito la razón pero no me gusta que me tomen como alguien dependiente de él. Yo podía arreglárselas perfectamente yo solita y creo que lo estaba demostrando con los niños.
Él timbre sonó por 5° o 6° vez en toda la semana y me acerque a abrir.

-Hola!-grito Carlos

-Carlos, Miriam! Hola chicos, cuanto tiempo!-dije yo envolviéndolos en un gran abrazo.

-Podemos pasar?-dijo Miriam.

-Adelante, como si estuvierais en vuestra casa-dije yo haciéndome a un lado.

-Quienes son estas preciosidades?-dijo Miriam acercándose a los pequeñajos.

-Estos son Emily,Marco y Leo-dije yo.
La verdad es que eran adorbles los tres pegaditos los unos a los otros.

La verdad es que eran adorbles los tres pegaditos los unos a los otros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Son preciosos-dijo Carlos arrodillándose en él suelo.

-Os dejó aquí un rato mientras voy a preparar la comida, vale?-dije yo

-Tu tranquila-dijo Miriam.

Yo me acerque a la cocina y me puse manos a la obra. Hoy cocinaba para tres.
En cuanto acabe me acerque a los pequeños. Les tocaba su hora de comer.
Miriam y Carlos se ofrecieron rápidamente a ayudar así que les deje a Leo y Marco y yo me ocupe de Emily, que solía ser la mas revoltosa a la hora de comer.
Cuando se saciaron me ayudaron a subirlos y los dejamos en sus cunitas. A ver cuanto aguantaban ahora durmiendo.

-Madre mía, y esto lo tienes que hacer tu sola?-dijo Miriam-Yo ya estoy cansada y solo me ocupe de un bebe.

-Siempre que Seb no este en casa, si-dije yo entrando en la cocina.

-Si normal que luego Seb hable maravillas de ti allá donde va-dijo Carlos sentándose a la mesa.

-Seb un exagerado-dije yo.

Nos pusimos los tres a comer y nada mas acabamos de comer nos sentamos los tres en él sofá a charlar.

-Bueno, y que tal vosotros?-dije yo.

-Ya nos ves. A mi me va genial, ahora soy la jefa-dijo ella.

-Ahora que yo ya no estoy lo tienes todo para ti solita-dije yo riendo-Y tu que Carlos? Como te va por Toro Rosso?

-Pues muy bien, cada vez mas y mas cómodo con él Fórmula 1-dijo él

-Vaya, por lo que veo nos va nada mal-dije yo

-A ti tampoco te va muy mal, menudo pedrusco, no?-dijo ella señalando mi mano.

-No os enterasteis? Seb me pidió matrimonio ya él año pasado-dije yo

-No esas cosas las calla y las guarda para él-dijo Carlos.

-No pasa nada, os cuento...

Les conté toda la historia de la pedida con pausa incluida para subir a por a Leo que no dejaba de llorar.

-Vaya...Carlos ya puedes prepararme una pedida mas que espectacular después de lo que acabo de oir-dijo Miriam riendo.

-Me pides mucho-dijo Carlos

-Que va, eres un quejica-dije ella riendo.

-Leo, porque estas tan revoltosillo? No te ha sentado bien la siesta?-dije yo tratando de mantenerlo quieto.

-Son como su padre-dijo Carlos.

-Tal cual. Has dado en él clavo-dije yo.

-Oye, y él baño?-pregunto Carlos.

-Sube las escaleras y la ultima puerta a la izquierda-dije yo.

-Vale, vengo ahora-dijo él.

-De paso, echales un ojo a los otros a ver que hacen-dije yo

-Sip-dijo él subiendo las escaleras.

-Me vuelve loca, Lau-dijo ella.

-Normal, a quien no?-dije yo entre risas.

-El tuyo es algo mas normalito-dijo ella.

-Seb? Mi Seb? Normalito? Es un chiste?-dije yo riendo.

-A que no? Yo lo veo tan tranquilo y dulce-dijo ella.

-Tranquilito? Ojala. Que poco lo conoces-dije yo riendo.

-Hola. Te traigo una bebe-dijo Carlos acercándome a Marco.

-Mi pequeño, hola-dije yo cogiéndolo con mi brazo libre.

-Oye, tu y yo para cuando?-dijo Carlos.

-Y lo cuidas tu, no?-dijo ella riendo.

-Si! Porfa-dijo él.

-Me lo pensaré-dijo ella

-Toma, quieres que te preste uno?-dije yo riendo

Carlos cogió a Leo y me acorde del nacimiento de los peques y la carita de Seb al cogerlo por primera vez.
Tenia claro que Carlos iba a ser un gran padre.

Él resto de la tarde se paso entre bromas y risas. Siempre estaba bien pasar él tiempo con amigos.

La PeriodistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora